Venezuela

En una patria tan fea como ésta…

El Miss Venezuela es un espejismo. Una noche linda en una patria fea. Porque la patria linda se nos convirtió en una patria fea.

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Ya las bambalinas del Miss Venezuela se mueven para anunciar que se acerca el esperado concurso. Veinte y tantas bellas mujeres en búsqueda de fama, reconocimiento y trabajo seguro, desfilarán al ritmo de la conocidísima canción “en una noche tan linda como ésta”.

El Miss Venezuela es un espejismo. Una noche linda en una patria fea. Porque la patria linda se nos convirtió en una patria fea. Por eso hay gente que se va. Por eso hay quienes quieren irse y no se pueden ir. Por eso hay gente resignada a quedarse. Y por fortuna, todavía hay gente dispuesta a luchar.

Sí, Venezuela es una patria fea. Ya me dirán apátrida, traidora y quién sabe cuántas cosas… Estoy aquí porque quiero una patria linda. Pero no una patria linda para un grupo. Quiero una patria linda para todos.

Me considero curada de asombro. Sin embargo, quizás no con asombro, pero sí con sobrecogimiento, leo comentarios que se publican sin pudor en las redes sociales. Así como del lado chavista consideran insulto el sacarle a uno la cuna y la familia –hechos absolutamente accidentales, porque nadie escogió dónde nacer ni a quiénes tener como familiares- del lado opositor siguen los epítetos de ignorantes, niches, “tukkis”, marginales, lambucios y otros más que para qué mencionar. Lo que esto significa es que de ninguno de los dos lados se ha aprendido la lección. Que en la patria fea se odia por clasismo, por racismo, por estupidez.

En la patria fea la corrupción se ha instalado para quedarse. Como el dinero lava todo, no existe sanción social. Los nietos –cuidado si hasta los hijos- de los nuevos ricos de hoy, se casarán con los hijos y los nietos de los nuevos ricos de ayer, de antier y de toda la vida. Y no ha pasado nada. Las historias de corruptelas quedarán siendo murmullos de pasillo cada vez más lejanas. Y nadie siquiera recordará que por esos actos de peculado se perdieron quién sabe cuántas toneladas de comida que hoy hacen falta, de medicinas que se necesitan. Que morirán enfermos de cáncer y de padecimientos crónicos porque unos sátrapas se robaron el dinero de las medicinas (ayer me llegó una historia de la corrupción en el IVSS que para los pelos de punta), pero que esos asesinatos quedarán impunes, porque ésta es una patria fea donde se castiga al que piensa distinto y se premia al que piensa igual, aunque sea ladrón o asesino.

En la patria fea a los patriotas cooperantes se les cree todo lo que dicen. Tanto, que se apresa a personas inocentes solo con que medie una denuncia de ellos. No importa que hayan descuartizado a alguien… basta con que sean considerados cooperantes.

En la patria fea, los poderes públicos están arrodillados frente al poder ejecutivo. Y es tan fea la patria, que no se sabe si ese poder ejecutivo está representado por el que vive en Miraflores o por el que vive en La Habana.

En la patria fea hay razias en contra de los adversarios políticos. Hay saña en los castigos y violencia en los procedimientos. Hay asesinatos todos los días en todas partes.

En la patria fea se instaló el odio. Se enseñorearon los vicios y se propagó la mediocridad. La educación ha dado paso a la ideologización, la tolerancia a la inflexibilidad, la buena disposición a la saña.

En la patria fea no hay cifras de nada, no hay políticas de nada, no hay ideas de nada. Solo hay un dogmatismo que domina todas las áreas de la vida nacional y que a pasos agigantados carcome las bases de una sociedad que con aún con sus defectos, otrora fue una sociedad próspera.

En una patria tan fea como ésta reina la desesperanza, la resignación, el duelo.

¿Cómo cambiar la patria fea por la patria linda?… Votando el 6 de diciembre. No volvamos a firmarle cheques en blanco a nadie. Si lo volvemos a hacer, o salimos corriendo o quedamos sumisos y callados… en una patria tan fea como ésta…

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