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Endurecen cargos contra el asesino de George Floyd

El policía Derek Chauvin será procesado por homicidio involuntario y homicidio sin premeditación. El fiscal del caso además amplió la acusación hasta los otros tres agentes involucrados en el evento que produjo la muerte de George Floyd

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protestas en y por George Floyd
TIMOTHY A. CLARY / AFP

El fiscal que investiga la muerte de George Floyd endureció los cargos contra el policía que lo asfixió y decidió procesar también a los otros tres agentes presentes durante el incidente, tras el cual se desató una ola de protestas que sigue remeciendo este miércoles a Estados Unidos.

A cinco meses de las elecciones, las imágenes del policía blanco Derek Chauvin presionando durante nueve minutos su rodilla contra el cuello de George Floyd, un estadounidense negro, atizaron el debate sobre el racismo y la brutalidad policial.

La indignación por el hecho ocurrido el 25 de mayo en Minneapolis llevó a una movilización no vista en décadas en Estados Unidos, con multitudinarias concentraciones pacíficas en grandes ciudades como Washington, Nueva York, Houston y Los Ángeles.

Sin embargo, al margen de las protestas se registraron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y saqueos que llevaron a las autoridades a imponer toques de queda en varios centros urbanos. En los últimos días, fueron detenidas 9.000 personas en todo el país, según medios locales.

Según los documentos judiciales, el agente Derek Chauvin, que la semana pasada fue acusado de homicidio involuntario, será procesado además por homicidio sin premeditación, un cargo que se sumó a los existentes y que conlleva penas más severas.

Además el fiscal imputará a los otros tres policías que estaban en el lugar acusándolos de asistir a Chauvin, y se les imputarán cargos por ayudar e instigar un homicidio sin premeditación.

La familia de George Floyd, que había pedido penas más duras y que se responsabilizara a todos los policías presentes en el momento de su muerte, celebró la decisión en un comunicado difundido por su abogado, Ben Crump: «Este es un paso importante hacia la justicia».

El jefe del Pentágono se distancia de Trump

La polémica por la gestión de la crisis también creció en Estados Unidos después de que el jefe del Pentágono, Mark Esper, marcó distancia con el presidente estadounidense Donald Trump y dijo que está en desacuerdo con usar a los militares para frenar la multitudinaria ola de protestas.

El lunes, Trump amenazó con desplegar a los militares para «arreglar rápidamente la situación», pero Esper dijo este miércoles que cree que las tropas en activo «sólo deberían ser usadas como un último recurso y sólo en las situaciones más urgentes y graves».

«Siempre he creído y sigo creyendo que la Guardia Nacional es más adecuada para prestar apoyo interno a las autoridades civiles en estas situaciones», dijo en una rueda de prensa el secretario de Defensa, en referencia al contingente de reservistas.

Esper también se refirió a la polémica después de que el lunes Trump ordenara reprimir a una manifestación pacífica cerca de la Casa Blanca, para despejar la zona y posar con una biblia delante de un templo dañado al margen de una protesta el fin de semana.

El jefe del Pentágono admitió que fue un error posar junto a Trump. «Hago lo posible por permanecer apolítico y por evitar situaciones que pueden parecer políticas», indicó. «A veces lo logro y otras no».

Trump, que busca la reelección en noviembre, mantuvo su discurso este miércoles y pese a las críticas repitió en Twitter su mensaje de «¡Ley y orden!».

«Uso desproporcionado de la fuerza»

Las movilizaciones callejeras alcanzaron una dimensión no vista desde la década de 1960 durante las protestas por los derechos civiles, pese a que Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia con más de 106.000 fallecidos y a que el brote sigue activo.

Este miércoles cientos de personas se congregaron delante del Capitolio en Washington, luego de que en la noche del martes manifestantes desafiaran el toque de queda en vigor, pero no se registraron desórdenes.

La alcaldesa de la ciudad volvió a imponer restricciones de circulación a partir de las 23H00 horas del miércoles (04H00 GMT del jueves).

En Nueva York -donde las autoridades extendieron hasta el 7 de junio el toque de queda nocturno- cientos de personas ignoraron la medida en la noche del martes gritando «Sin justicia, no hay paz» y coreando el nombre de George Floyd.

En Minneapolis, epicentro de las manifestaciones, la situación retorna a la calma de forma progresiva después de los disturbios del fin de semana.

Desde Ginebra, la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, dijo que Estados Unidos sufre un racismo «estructural» y denunció «agresiones sin precedentes» contra los periodistas en la actual crisis política.

La agencia de la ONU destacó que hay «informes creíbles sobre el uso innecesario y desproporcionado de la fuerza por parte de las fuerzas del orden» en las protestas.

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