Venezuela

Entrevista | "Don" Andrés Bello reencarnado en un corrector del nuevo siglo

Nombres como el del presidente Nicolás Maduro o el de Winston Vallenilla le han dado "demasiado trabajo".  Los acentos mal colocados -o no colocados en lo absoluto-  reprobaron a varios, mientras que las fallas en el uso de mayúsculas y comas ya son un clásico. 

Publicidad

Andrés de Jesús María y José Bello López es producto y maestro del siglo de las luces. Hispanoamérica lo considera un caudillo intelectual de su independencia, fue uno de los hombres que integraron la primera misión diplomática de Venezuela a Londres, y en 1851 fue nombrado miembro honorario de la Real Academia Española de la Lengua por la misma institución.

Como precursor de la lingüística moderna, la suma y síntesis de sus trabajos le valieron sobrenombres como  «poeta egregio», «el pacífico Virgilio de los americanos», «maestro de repúblicas» o «señor y legislador de su majestuosa lengua». Su obra cumbre fue la Gramática de la lengua castellana, publicada en Valparaíso en 1847. El texto fue declarado como una  «obra clásica de la literatura castellana» por Rufino José Cuervo y referida por Rodolfo Lenz como «el compendio más completo y concienzudo que existe respecto a la gramática moderna de la lengua española».

Aunque murió en Chile, en 1865, recientemente sus inclinaciones intelectuales han reencarnado en el nuevo siglo. Bajo un señorial seudónimo en la red social de Twitter,  Andrés Bello ahora es un «Don» que baja puntos por errores ortográficos.

Don Andrés Bello (@DonAndresBell0) es un personaje cuya verdadera identidad sigue bajo llave -las mejores apuestas apuntan a que es un profesor de literatura en la Universidad Central de Venezuela (UCV)- . Este se encarga de corregir los errores ortográficos de políticos, figuras e instituciones públicas mediante el referido usuario de Twitter. Las correcciones, en «tinta» roja, representan puntos menos para los afectados, cual profesor indignado que corrige un será sin acento en 5to semestre de la universidad.

Nombres como el del presidente Nicolás Maduro o el de Winston Vallenilla le han dado «demasiado trabajo».  Los acentos mal colocados -o no colocados en lo absoluto-  reprobaron a varios, mientras que las fallas en el uso de mayúsculas y comas ya son un clásico. 

En El Estímulo, a propósito de la más reciente corrección de @DonAndresBell0 a la nieta de Rómulo Gallegos -Theotiste Gallegos- quien habría hecho pública la profanación de los restos de su abuelo en el Cementerio del Sur con un mensaje en Twitter, entrevistamos a este «defensor» de la ortografía sin «horrores» tal como la concebía el maestro de Simón Bolívar.

Bello responde en minutos los mensajes directos en Twitter y tiene un correo con el mismo seudónimo, que aparentemente revisa metódicamente todos los días en la noche, además de un cronograma bastante apretado para responderlo. Las dudas sobre si es un profesor enmascarado de la UCV permanecen, al igual que sus sospechas sobre la gente que «no se preocupa por la lengua».

Caracas: 26/6/2016  14:37

Mi nombre es Andrés de Jesús María y José Bello López. En Venezuela se me conoce principalmente por haber sido maestro de Bolívar y por escribir la Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos. El resto de mis datos biográficos los puede revisar someramente en Wikipedia. Desde que me mudé al Cementerio General de Santiago de Chile, me había propuesto retirarme de la docencia y dedicarme enteramente al reposo, pero el terrible estado de abandono en el que se encuentra nuestro idioma me lo hace cada vez más difícil.

¿Desde cuándo comienza a utilizar las redes para corregir los errores ortográficos de otras personas y por qué?

Mi incursión en internet es muy reciente. En octubre de 2015 hice mi primera aparición en Twitter y Facebook. Decidí comenzar a hacer correcciones públicamente porque de esta forma espero poder producir un efecto real sobre quienes corrijo. Por mucha autoridad que yo tenga en la materia, me temo que si lo hiciera en privado simplemente me ignorarían.

¿Por qué corregir errores de políticos e instituciones públicas? ¿Tiene alguna finalidad con esto o simplemente busca hacer quórum por la buena ortografía? El fin último es que se le vuelva a dar a la palabra su justo valor. No podemos pensar bien si no dominamos el instrumento con el que elaboramos nuestros pensamientos. Me he concentrado en instituciones y personajes públicos porque tienen una mayor responsabilidad. Son figuras ejemplares y sus fallas serán replicadas por cientos, miles o millones. Se podría creer que tengo una eternidad de tiempo libre, pero quiero aclarar que no dedico mis horas a cazar errores accidentales, eso sería muy ocioso de mi parte. Todos nos equivocamos, lo que me preocupa es la desvergonzada falta de cuidado a la hora de expresarse. La gente debería sospechar de quien no se preocupa por la lengua.

¿Por qué Andrés Bello y no Simón Rodríguez, por ejemplo? Valoro el aporte del maestro Simón Rodríguez al pensamiento y la cultura, pero lo mío es la lengua y eso me hace quien soy.

¿Cuál es su opinión sobre la profanación de la tumba de Rómulo Gallegos que se dio a conocer recientemente?Me parece muy lamentable, como a cualquier persona civilizada. En su momento hice una crítica a la publicación en la que su nieta denunciaba lo sucedido. Mis correcciones generaron mucha polémica. Algunas personas consideraron que ocuparse de señalar fallas lingüísticas era menospreciar lo sucedido. Yo, por el contrario, encontré que era tristemente irónico apelar al importante legado literario de Gallegos con un descuido tan penoso de la lengua. Me sorprende que algunos no alcanzaran a verlo. He aquí una demostración de que no solamente hemos perdido la capacidad de escribir bien, sino también de leer, que –a fin de cuentas– es entender el mundo y la realidad que nos rodea.

¿Cuál es el peor error que ha tenido que corregir de un político o figura pública?Los errores más graves son los que cometen las personas con mayor alcance e influencia sobre la gente.

¿Alguna vez ha recibido respuesta directa de estos?

Sí, he recibido muchas respuestas, algunas retrecheras, como la del señor Leonardo Villalobos; otras muy amables y agradecidas, como la de Diego Arria y la diputada María Gabriela Hernández. También he sido bloqueado por algunos de los usuarios que he corregido, que es otra manera de responder negativamente, por ejemplo: la Rectora García Arocha, Tarek William Saab y el Potro Álvarez.

¿Le parece que son las redes sociales la forma más efectiva de hacer este tipo de correcciones?Lo bueno de usar las redes sociales para esto es que atrae la atención de la gente sobre algo que quizás no sabían que era un error y despierta en más personas el interés por la correcta escritura.

¿Qué piensa de que su seudónimo hiciera eco y obtuviera cierto renombre, hay más presión al momento de hacer públicas sus correcciones?Me contenta que se valore lo que intento hacer.

¿Cuál es su sentir hacia Venezuela en estos momentos? ¿Posturas políticas, filosóficas, sociales?Creo que la sociedad venezolana se encuentra en un momento muy difícil. Ya no se puede hablar de una crisis política o económica, la descomposición ha alcanzado todos los aspectos de la vida del país y de sus ciudadanos. La solución menos traumática es la educación, pero no me refiero únicamente a la educación escolar, es necesaria una rehumanización que permita la convivencia y el diálogo. Aquí vuelvo a las palabras, no puede haber comunicación si manejamos pobremente la herramienta que la hace posible.

¿Si pudiera reencarnar en algún político, se atrevería a elegir a alguien?Aunque en mi tiempo también me ocupé de política, no me entusiasma la idea de asumir un rol de este tipo en la actualidad. Cada hombre debe hacer su tiempo. Además, si reencarnara en algún personaje político contemporáneo, me vería obligado a responsabilizarme por todos sus errores pasados, cosa realmente indeseable.

¿El sarcasmo como forma de enfrentar la realidad?Un maestro divertido tiene más éxito en su labor que uno aburrido.

¿Tiene predicciones sobre el futuro cercano de la situación de Venezuela? ¿Y las predicciones de los errores ortográficos?, es decir ¿Cuál es la cura para la enfermedad?El panorama venezolano es definitivamente turbio y depende de tantos factores que hacer una “predicción” sería irresponsable. El gran secreto para escribir correctamente es tener una actitud atenta y preocupada. No se trata de saber todas las reglas ortográficas y gramaticales, sino de reflexionar sobre lo que se dice. No todos podemos ser expertos en todo, pero la excelencia consiste en reconocer las debilidades propias y saber asesorarse. Si abordáramos el resto de los problemas del país con esa misma actitud y ese mismo cuidado, seguramente andaríamos una senda distinta.

Publicidad
Publicidad