Echemos un ojo a las estadísticas y logros del siempre polémico pitcher venezolano: El Kid es dueño de la marca de más juegos salvados para una temporada de las Grandes Ligas (62), ha sido convocado a seis Juegos de las Estrellas, ocupa la séptima casilla en el apartado de rescates de todos los tiempos (378), es el escopetero activo que más candado ha puesto en su carrera y aparece entre los 40 lanzadores con mas apariciones en la historia de la gran carpa. Además, siendo relevista, ha recibido votos para el Cy Young en tres ocasiones. Y para rematar, a sus 33 años de edad luce infalible sobre la loma, perfeccionando sus pitcheos quebrados para no depender de la velocidad salvaje que mostraba en su era dorada con los Angelinos de Los Ángeles.
Se dice fácil, pero armar semejante hoja de vida no es un reto para simples mortales. El detalle es que históricamente el Salón de la Fama no le ha picado el ojo a los relevistas. Hasta ahora parece no existir números mágicos que garanticen la entrada a un cerrador. Solo Dennis Eckersley aparece como exaltado entre los que están en el Top Ten de salvados vitalicios, aunque a partir del año que viene Trevor Hoffman y Billy Wagner serán elegibles. Y para 2018 lo será también Mariano Rivera. Uno cree que al menos los dos derechos deben ser inmortalizados sin mayores debates. Y lo que pase con Wagner, justamente, es lo que aclarará un poco el panorama del Kid.
K-Rod ha sido el hombre que más joven ha llegado a las cifras de 150, 200, 250, 300 y 350 salvados en las mayores y probablemente el año que viene supere la barrera de los 400, para ubicarse en el top seis vitalicio junto a Rivera, Hoffman, Lee Smith, John Franco y Wagner.
Además está la efectividad ajustada (ERA+), que consiste en comparar la efectividad de un pitcher con el rendimiento de cada lanzador, cada temporada y en cada escenario. El promedio de la liga es 100. Cada punto por encima o por debajo de ese registro es un punto porcentual sobre o bajo la media. Y en ese apartado Rodríguez posee 156 de por vida, es decir, ha sido 56 por ciento mejor que el promedio de los serpentineros de su época, un registro sobresaliente si tomamos en cuenta que los mejores tres entre los escopeteros con más de 1.000 capítulos en la historia de las mayores son Rivera (205), Pedro Martinez (154) y Clayton Kershaw (153).
Leyendas como Rogers Clemens (143), Cy Young (138), Bruce Sutter (136) y Randy Johnson (135) dejaron una efectividad ajustada por debajo de la que muestra el Kid- que amaneció este jueves con un total de 879 innings de experiencia en la gran carpa – un argumento sólido para impulsar sus opciones.
Es que cifras, récords y hazañas importantes tiene el venezolano para engordar su expediente y emprender camino hacia el pequeño poblado del condado de Otsego, en el estado de Nueva York, pero habrá que esperar también cuanto puede afectar su polémico historial, que incluye aquél episodio que protagonizó junto a su suegro en Citi Field en 2010, cuando fue puesto bajo custodia policial, tuvo que comparecer ante los tribunales en Queens y fue suspendido sin pago por los Mets. Es que su etapa en Nueva York fue tumultuosa, pues en año y medio tuvo enfrentamientos con un empleado de las oficinas (Tony Bernazard), con el coach Randy Niemann y con un oponente (Brian Bruney) justo antes de iniciar un partido. Estos sucesos pudieran afectar las intenciones de algunos votantes, aunque desde entonces no ha salido a la luz pública mayores problemas de conducta.
Dentro de las “rayas de cal” (que ya no son de cal) los méritos son indiscutibles. La efectividad vitalicia del venezolano (2.69) es mejor que la de Hoffman (2.87), Smith (3.03), Eckersley (3.50), Franco (2.89) y otros apagafuegos destacados como Rollie Fingers (2.90). Además su promedio de 10.8 ponches por cada nueve episodios es más alto que el del mismísimo Mariano Rivera (8.2).
Todos suponemos que el panameño tiene su placa asegurada en el templo de los inmortales, no solo por los 652 triunfos que preservó de por vida en ronda regular, si no por lo que hizo en postemporada. Entonces da la impresión de que para asegurar su presencia en el Salón de la Fama, el Kid debe agregar al menos tres o cuatro campañas como las de 2014 (44 salvados) y 2015 (lleva 30) a su currículum, superando los 1.000 tramos de labor, acercándose a los 500 rescates de por vida y metiéndose en el Top Tres de todos los tiempos.
La buena noticia es que en los últimos años se ha reinventado con éxito, sacando de paso a los bateadores con un indescifrable cambio de velocidad, ese que viaja a una velocidad promedio de 82.7 millas por hora y que ahora utiliza más del 42% de las veces que ejecuta un envío a la goma, según datos recopilados en fangraphs.com. Esa arma la ha aprendido a combinar con la sinker (90 MPH), la recta (89.6 MPH) y la curva (75.2 MPH).
Este año Rodríguez ha salvado 30 juegos en 30 oportunidades y posee una efectividad de 2.06 con 51 ponches y nueve boletos en 43.2 tramos. Desde el 27 de agosto de 2014 ha hilvanado una racha de 35 chances de rescatar sin desperdiciar, la más larga de la historia para un lanzador venezolano.
«Antes, lo me pedía el catcher lo lanzaba lo más duro posible. Hoy en día, dependo más del release point (punto en que suelta la bola) y mi comando. Hay que ir situación por situación», le dijo Rodríguez al reportero David Venn, durante una entrevista en Cincinnati previa al pasado All Star.
Si el cambio de velocidad continúa engañando a los oponentes, K-Rod seguirá su marcha hacia los 1.000 innings, 500 salvados y hacia Cooperstown…la meta final.
