Venezuela

Ese video, esa foto

Esta semana, un video y una foto que recibí a través de dos grupos de Whatsapp me dejaron desconcertada, con una mezcla de rabia y tristeza a la vez.

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Fotografía: Cortesía

El video en cuestión ha debido ser filmado por un funcionario, no sé si del Indepabis o del Instituto Nacional de Transporte Terrestre. En todo caso, no importa quién lo haya grabado. Lo que me produce esa desazón es la escena: el funcionario filmado entra al autobús y pregunta a los usuarios que cuánto habían pagado por el pasaje. Ellos responden que Bs. 500. Acto seguido, increpa al conductor. Éste responde que él había cobrado “lo que pudieran pagar”. De nuevo el funcionario se dirige a los usuarios, quienes responden que nadie les dio a escoger, que les cobraron los Bs. 500. Después de este intercambio se desarrolla una escena tan humillante, donde el todopoderoso funcionario acosa al chofer, pidiéndole carnet de circulación, cédula, certificado médico y le anuncia que le va a retirar las placas como sanción prevista en la ley para los infractores. Acto seguido, ordena devolver el dinero a los pasajeros y los manda a bajar de la unidad. Lo peor es que nadie, absolutamente nadie, defiende al conductor. El silencio de la gente supuestamente buena.

¿Es que estos empoderados empleados públicos no saben cuánto cuesta un repuesto de un vehículo? ¿Cuántos viajes a Bs. 300 –con los que no se compra ni un durazno- tiene que hacer un chofer para pagar un repuesto para su autobús? ¡Esas medidas son absolutamente injustas, desmedidas, degradantes y encima, bochornosas! Se amparan detrás del argumento de que están “protegiendo al pueblo”, como si los choferes de autobuses no fueran pueblo.

Estos señores están trabajando duro, muchos desde la madrugada, para sustentar a sus familias. Estoy segura de que la mayoría de ellos compraron las unidades con mucho esfuerzo, con el fin de tener un trabajo independiente, que, en otras mejores épocas del país, les alcanzó para vivir con comodidad. Hoy no. Y encima, se ven atacados –porque sí, fue un ataque- por estos funcionarios arrogantes y despiadados.

¿Por qué no persiguen a los bolichicos? ¿Por qué no persiguen a los militares que tienen toda clase de negocios –todos sucios- con la gasolina, los alimentos, las medicinas? ¿Por qué no persiguen a los funcionarios del Saime que cobran fortunas en dólares por sacar y renovar pasaportes? ¿Por qué no persiguen a los jueces que les ponen precio a sus decisiones? ¿Por qué no persiguen a los colectivos que hacen de las suyas ante la mirada indiferente de las autoridades, cada vez más incompetentes?… Puedo continuar esta lista ad infinitum… Pero no, la soga se revienta por lo más fino. Y en este caso particular, lo más fino fue el pobre conductor del autobús. Y luego sale Maduro jactándose de que él fue chofer… ¡cómo se nota que nunca trabajó!

La foto que menciono al principio de este artículo es también dantesca. Fue tomada en alguna parte de Argentina y es una franela de la campaña electoral que dice textualmente: “Me quedo con los que “se robaron todo”. Al menos tenían esa corrupta costumbre de repartirnos el tesoro”. ¿Y es que los latinoamericanos nunca vamos a aprender? ¿Es que acaso Macri es un mago para resolver el desastre y la corrupción de los Kirchner en tan poco tiempo? ¡La repartidera! La repartidera no crea fuentes de empleo ni riquezas. Esta sistemática destrucción del trabajo por los gobiernos populistas, aunada a la ignorancia es un cóctel explosivo que destruye las sociedades. Yo entiendo que hay momentos cuando es necesario un apoyo de los gobiernos, ciertos subsidios y créditos a intereses bajos. Pero ese populismo de ofrecer y ofrecer, cuando es imposible darles a todos, es una vileza. Encima, esos regímenes autodenominados socialistas, lo que han hecho es robar los tesoros nacionales y repartir migajas…

Argentina es un caso patético. La segunda economía del mundo a principios del siglo XX, fue destrozada por Perón. Pero hoy, todos los partidos son peronistas y a Perón se le rinde culto como si se hubiera tratado de un héroe. ¿Será que dentro de cincuenta años los venezolanos estarán rindiendo homenajes a Hugo Chávez, el gran destructor de nuestro país, y todos los partidos peleándose por ver cuál es el más chavista de todos?…

En fin… ¡qué desgracia! Cuando pareciera que estamos saliendo a flote, siempre pasa algo que nos hunde. Uno termina preguntándose si García Márquez fue un visionario cuando dijo que “las estirpes condenadas a vivir cien años de soledad no tienen otra oportunidad sobre la tierra”.

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