Una de romanos, otra de egipcios: así se disputa el poder en "César y Cleopatra"

Una mujer cuya vida, reputación y legado ha trascendido mediante una considerable cantidad de expresiones del arte. Cleopatra, reina de Egipto, es generalmente retratada desde una visión negativa y polémica, como una mujer sensual y sedienta de poder, pero que no estaba sola.

En el estreno en Venezuela de la obra “César y Cleopatra”, escrita por el inglés George Bernard Shaw–Premio Nobel de Literatura, 1925–, y próxima a presentarse en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño los días 1, 2 y 3 de julio de 2022, Silvia De Abreu interpreta a esta icónica egipcia, última gobernante de la dinastía ptolemaica, de la cual algunos miembros clave aparecen en escena con este montaje teatral.

Tal es el caso de Ptolomeo, famoso faraón que, con apenas doce años de edad, vivió la dualidad de ser el hermano y el esposo de Cleopatra. Jessica Valbuena encarna a este personaje, a quien describe como “un niño que está jugando a ser gobernante. No tiene la experiencia necesaria para mandar y menos para manejar una invasión romana, por lo que se deja llevar por sus consejeros y termina siendo una de las grandes víctimas de esta obra. Su relación con Cleopatra es turbia; ambos ambicionan el poder y cada uno sueña con cortarle la cabeza al otro para obtener el trono, pero lo que predomina al final del día es que son familia y los únicos que quedan de su linaje”.

Además, Valbuena, asumiendo el reto de actuar como hombre, explica que ha tenido que investigar mucho sobre la historia de Ptolomeo, al tiempo que ha comenzado a estudiar cómo se comportan los niños que se encuentran dentro de ese rango de edad, para así adaptar a ella misma sus conductas.

Entre esas figuras que, de una u otra forma, representan una referencia, podemos destacar tres. En primer lugar, Potino –Reinaldo Rivas–, quien preserva la dinastía del joven regente, siendo un fiel creyente y defensor de las costumbres de su tierra, mientras procura su permanencia dentro del juego político sin importar que el riesgo le lleve la vida. Asimismo, Teodoto –Orlando Villalobos– es maestro y tutor de los reyes egipcios, y como parte de la corte, simboliza la sabiduría y la protección a las tradiciones, aunque, inicialmente, ante César adopta una actitud valiente para luego adularlo y, por último, postrarse ante el emperador romano al presenciar el incendio de la Biblioteca de Alejandría.

En tercera instancia, Aquilas – Bernardo Cuomo – es el general y el ministro del rey Ptolomeo; a pesar de ser de origen romano y comandante del ejército de Roma de ocupación en Egipto, pronto se adapta a ese territorio y está del lado del Faraón en la disputa por el trono con su hermana Cleopatra.

Sin embargo, esta mujer no se encuentra sola: cuenta con Apolodoro, leal amigo y seguidor. El actor Asdrúbal Blanco interpreta a este siciliano, con quien alega guardar muchas similitudes: “La picardía, su bohemia, su alegría y su caballerosidad, aunque en Apolodoro sea, en momentos, por conveniencia. Lo que me atrapa de él es su encanto, su sentido del humor; siempre está buscando encantar, venderse a él y su mercancía. Es un enamorado de la vida y de Cleopatra”.

Ahora bien, si hablamos de personajes trascendentalmente importantes dentro de la vida de la reina, quien encabeza la lista es Ftataateeta –Nathaly Ordaz–: “Se trata de su aya principal y, por ello, su mano derecha, cuidadora, confidente, su figura materna. Es la influencia más cercana, capaz de moldear a Cleopatra a su imagen y semejanza. Su relación es de amor y odio; en estos tiempos, podríamos llamarla ‘una relación tóxica’. Es increíble cómo pueden pasar de ‘amarse hasta lo indecible’ a odiarse hasta lo profundo de la violencia”.

Lo trascendental: poder y ambición

En la obra, la principal divinidad egipcia, el dios Ra –Aroldo Betancourt–, acoge bajo su Sol al político y militar Julio César –José Tomás Angola–, quien presencia cómo la otrora jovencita Cleopatra ve el poder como sinónimo de dolor, pasión y dominio.

Otra de las figuras que suben al escenario de la Ríos Reyna para contarnos su rol dentro de la historia es Rufio, encarnado por el actor Germán Anzola, quien indica: “Por primera vez en mi carrera me toca representar un clásico del teatro a gran escala como es este. Nunca me había enfrentado a un personaje que podría parecer frío y cruel, pero que, en realidad, es sumamente noble y leal, con unos principios y valores muy firmes”.De acuerdo con Anzola, para entender a este comandante de la Antigua Roma, al igual que al resto de los protagonistas de la trama, “hay que ubicarlo en su época y su contexto”.

No obstante, gran parte de la belleza del arte radica en su habilidad para comunicar más allá del tiempo y el espacio. Si bien se apuesta a que el espectador conecte con el momento y el entorno en el que se desarrolla “César y Cleopatra”, la pieza presenta temas universales que impactarán en nuestro presente.

En ese sentido, Egon Ilka, joven actor que encarna al Centurión, espera que el montaje tenga el efecto que realmente genera un texto de Bernard Shaw: “Traigo a colación una de sus frases célebres que decía: ‘El hombre razonable trata de adaptarse al mundo; el necio, trata de adaptar el mundo a sí mismo’. Creo que esta es una oportunidad para entender que la codicia y el poder siguen siendo el peor veneno del hombre impuesto en la humanidad”.

Igualmente, el intérprete y periodista Ignacio Serrano –Britano–, encuentra en la obra toda una metáfora de en lo que puede convertirse el poder cuando este es absoluto y está en manos de una sola persona, tal y como hemos visto en muchos países alrededor del mundo.

Serrano comenta: “Me parece muy interesante la evolución de Cleopatra una vez que se asienta en el trono: pasa de ser una niña a una mujer despiadada. Me asusta un poco esa reflexión, en paralelo a lo que representa César para el autor, pues acerca de mi pasado y presente como latinoamericano me dice que el poder para quien lo ejerce puede ser amargo, y puede serlo todavía mucho más para aquellos que son los súbditos, dependiendo de cómo se ejerza. Cleopatra, como niña, estaba llena de ilusiones, sueños e inocencia; pero se convierte en densa oscuridad en lo que se refiere a la defensa de su poder en peligro. Ese siempre es un riesgo”.

El arte en “César y Cleopatra”

En esta experiencia de impresionante escenografía e innovador video mapping y decorado virtual, Carolina Wolf, bailarina del Ballet Teresa Carreño, además de actuar, es la encargada de coreografiar a un cuerpo de baile del mismo teatro. En sus palabras: “Creo que las artes van muy bien entrelazadas e incluir danza en esta gran obra de teatro le da un toque fresco y dinámico al espectáculo. La coreografía de las esclavas le aporta misticismo y sensualidad a la escena y, al mismo tiempo, deja entrever a través de los movimientos la delicadeza y sumisión de ellas”.

Entre los apartados técnicos y artísticos que constituyen el montaje, el vestuario es un factor clave para nutrir la puesta en escena, pues idealiza la figura y la personalidad de quien lo porta. Así, Elizabeth Yrausquín de Postalian, directora de arte y vestuario, declara: “Un vestuario teatral se diferencia de una indumentaria original, en sentido ortodoxo, en que el vestuario teatral imprime individualidad al personaje, como una segunda piel, dando cuenta de una clase social, oficio o profesión. Debe ser un elemento que se aprecie desde cualquier ángulo, junto con la escenografía y la iluminación. En este caso, recurrimos a esculturas, pinturas y películas que han recreado maravillosamente antes que nosotros el imperio egipcio y el romano. Cualquier fuente es inspiración cuando el amor por el arte y lo que hacemos transciende nuestras limitaciones”.

El equipo

“César y Cleopatra” está protagonizada por José Tomás Angola como César; Aroldo Betancourt, interpretando al dios Ra; y Silvia De Abreu en el personaje de Cleopatra. Además, el montaje reúne a un cuerpo de baile y un gran elenco de más de 20 actores: Asdrúbal Blanco –Apolodoro–, Nathaly Ordaz –Ftataateeta–, Germán Anzola –Rufio–, Reinaldo Rivas –Potino–, Luis Vicente González –Lucio Septimus–, Egon Ilka –el Centurión–, Ignacio Serrano –Britano–, Carolina Wolf –la Aya–, Orlando Villalobos –Teodoto–, Bernardo Cuomo –Aquilas– y Jessica Valbuena –Ptolomeo–, incluyendo la participación de Nathalie Tablante y Ramón Góliz.

Para crear un sonido único, la pieza cuenta con música original de Alfonso Lopez Chollet, dirigiendo a la Orquesta Sinfónica Venezuela en vivo, y con la novedosa presencia en escena del músico electrónico de fama internacional Miguel Ángel Noya.

Por otro lado, el diseño de iluminación está a cargo de Valentina Sánchez; la operación de iluminación, de Valentina Sánchez y Manuel Troconis; la dirección de arte y vestuario, de Elizabeth Yrausquín de Postalian; el diseño y realización de escenografía, de Freddy Belisario; la utilería, de Oscar Salomón; la coreografía, de Carolina Wolf y Luis

Vicente González; el video, multimedia y VJ, de Ygnacio Narea–La Paleta Films–; la ingeniería de audio, de Tomás Vivas y Diego Brett; la jefatura de prensa, de Anakarina Fajardo; la traducción, de José Tomás Angola; la coordinación de producción, de Yorkis Díaz; la asistencia de dirección, de María Virginia Rivero; la producción artística, de María Consuelo Fernández; la producción general, de José Tomás Angola; y la dirección y puesta en escena, de José Tomás Angola y Eduardo Viloria y Díaz.

Se trata de una producción de La Máquina Teatro, la Fundación Asklepión, Teatro del Buen Paso, la Asociación Venezolana de Conciertos, el Centro de Artes Integradas, la Asociación Cultural del Colegio Emil Friedman, Aroldo Betancourt y la Fundación Teatro Teresa Carreño.

Texto: Anakarina Fajardo / Especial para El Estímulo

Coordenadas

“César y Cleopatra”se presentará en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño con tres únicas funciones: viernes 1 y sábado 2 de julio a las 5:30 P.M., y domingo 3 de julio a las 4:30 P.M. Entradas a la venta desde $15 en las taquillas del teatro y por la plataforma www.maketicket.com.ve.