El presidente de Bolivia, Evo Morales, y el opositor Carlos Mesa se encuentran en un virtual empate técnico en intención de voto (31% contra 30%) para las elecciones presidenciales de octubre, según un sondeo difundido este miércoles por el diario Página Siete.
Según la encuestadora Mercados y Muestras, que trabaja para el periódico boliviano, Morales, en el poder desde 2006, tiene 31% de apoyo electoral, y el expresidente Mesa (2003-2005) le pisa los talones con 30%.
El trabajo muestra un cambio respecto a la encuesta difundida por Página Siete en diciembre de 2018, cuando Mesa se situaba con 39% y Morales con 30%. Los oficialistas, como el ministro de Comunicación, Manuel Canelas, señalaron que Mesa mostraba problemas, porque a su campaña le faltaba «calle» o contacto con la gente.
Para Mercados y Muestras, el nivel de indecisos es aún alto: 25%.
Luego siguen varios opositores en la intención de voto: en tercer lugar se encuentra el senador Oscar Ortiz (7%); en cuarto, el exmandatario socialdemócrata, Jaime Paz Zamora (3%); en quinto, el gobernador de La Paz, Félix Patzi (2%), y en sexto, el exvicepresidente y aymara Víctor Hugo Cárdenas (2%).
De acuerdo con la ley electoral, si ninguno de los candidatos sobrepasa 50% más uno de los votos o no hay una diferencia de 10 puntos entre el primero y el segundo, se va a balotaje entre los dos más votados.
En ese caso, Mesa vencería con 46% de los votos, frente 36% de Morales, aunque el porcentaje de indecisos es todavía del 18%.
La encuestadora informó que el trabajo de campo se realizó entre el 16 y el 19 de febrero y tiene un margen de error de 3,47%. La muestra se distribuyó en las 10 ciudades más importantes del país y 31 poblaciones intermedias.
Morales, un indígena izquierdista, aliado incondicional de Venezuela y Cuba, busca un cuarto mandato consecutivo, aunque la oposición señala que su candidatura es inconstitucional, porque ignora un referendo de febrero de 2016 que rechazó su repostulación.
El oficialismo logró en noviembre de 2017 que el Tribunal Constitucional declarase que era un derecho humano de Morales volver a presentarse a pesar de haber perdido la consulta en la que los ciudadanos bolivianos rechazaron la reelección indefinida.
En tono de interrogantes para sí mismo y para la audiencia, Andrés Cañizález se pasea por este escenario: ¿qué pasaría en Venezuela si la ciudadanía prodemocracia no sigue el guion escrito desde el Palacio Miraflores y una avalancha de votos convierte a Rosales en presidente?
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No hay opción perfecta, así que hay que buscar la posible ante una concepción del poder que no atiende ni a leyes ni a nada. ¿Dejar de participar? Jamás
