Venezuela

Éxodo de docentes deja a las universidades con materias pendientes

Personajes de la intelectualidad venezolana como Jacinto Convit, Domingo Maza Zavala o Antonio Pasquiali no solo se encargaron de aportar al crecimiento y desarrollo del país desde áreas como la salud, economía y comunicación, sino además, tuvieron la inquietud de transmitir lo mejor de su conocimiento mediante la docencia, una profesión que atraviesa sus peores momentos por su falta de valorización y reconocimiento con condiciones laborales indignas. 

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Foto: Dagne Cobo Buschbeck

“El deterioro de las universidades nacionales es consecuencia de una política de Estado. Estas gestiones afectan directamente contra lo que ha sido durante siglos la principal fortaleza institucional, su capital humano”, dijo el secretario general de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (UCV), José Gregorio Afonso.

Entre el 2009 y 2015 este recinto académico registró la desincorporación de 1.122 docentes, más de la mitad por renuncias. Esto representa un 30% del total de profesores activos que era 4.263 al cierre del año pasado.

Cifras similares muestra la Universidad Simón Bolívar (USB). El presidente de la Asociación de Profesores de este espacio, Luis Alberto Buttó, reveló que en los últimos cinco años se ha ido la cuarta parte de sus profesores, un resultado para él “gravísimo y preocupante” en una planta profesoral de 1.200, esto significa que son más de 300 los que han abandonado su cargo.

Para el trimestre correspondiente a septiembre-diciembre 2016 recibieron la renuncia de 20 educadores.

Específicamente en esta institución no se resiente en las especialidades de las carreras sino en el ciclo básico y en las materias electivas. De una oferta de por lo menos 20 asignaturas de estudios generales ahora tienen disponible entre máximo dos o tres en varias escuelas, lo cual según Buttó “cierra las opciones del estudiante. Ya no tienen la flexibilidad de seleccionar sus tópicos dependiendo de su gusto, preferencia o preocupaciones intelectuales”.

El profesor comenta que el primer caso se atribuye a las dificultades de atender el primer curso de los pregrado. A pesar de que todos los años realizan un concurso para el nuevo ingreso de profesores, explica que los candidatos no se presentan o ni participan.

– Nuevos ingresos: el convencionalismo universitario – 

Buttó describió dicho concurso como uno “desierto”. Comenta que hay departamentos que solo alcanzan a ocupar cuatro o cinco puestos nuevos y otros que ninguno. Además, resalta que la mayoría de las veces la cantidad que ingresa no satisface lo que realmente se requiere.

Mientras tanto en la UCV, en la facultad de Humanidades (la segunda más grande de la Universidad) hay una disminución de 220 profesores de un total de 700, es decir, casi la tercera parte.

Aunque su reposición puede ser considerada casi perfecta porque se han incorporado 305, la mayoría de ellos son contratados a medio tiempo o convencionales, 225 para ser exactos. Esto supone que la sustitución del éxodo de la docencia en los últimos seis años ha sido cubierta 84% por profesionales con dedicaciones parciales.

Algunos de los profesores son recién graduados que comienzan a dictar clases incluso meses después de recibir su titulación como licenciados.

Afonso señaló que esto impacta directamente la creación de conocimientos en las universidades y con ello, el desarrollo de la ciencia y tecnología en Venezuela. Lamenta que se dejó atrás la figura del catedrático que, más allá de la docencia, se dedicaba la investigación, extensión y gestión universitaria.

«Las escuelas se están transformando. Estamos viviendo una etapa en la que solo se lleva a cabo la transferencia de las sapiencias”.

Esto es consecuencia del cambio en la distribución porcentual de las dedicaciones de docentes. En el período 1990-2004 estaban a tiempo completo y dedicación exclusiva un 56,05% y el resto era medio tiempo y convencional. Desde el 2009 al 2015 el promedio prácticamente se ha invertido. Actualmente en la UCV menos de la mitad (46,56%) de los profesores invierten todas sus horas laborales en la universidad.

Asimismo, Afonso indicó que aquellos que se desempeñan a dedicación exclusiva tampoco cumplen con los parámetros correspondientes a sus responsabilidades por cuestiones de sueldo. «Es que no les alcanza para vivir y esto al final tiene un deterioro inmenso sobre la academia.Ellos son jefes de cátedra, tienen labores administrativas, de investigación. Deberían participan en comisiones para registrar programas académicos y en proyectos comunitarios. Pero hay un vacío en todas estas áreas porque lo que les pagan ni siquiera cubre sus horas de clase».

– La precarización de la docencia –

Según estudios de investigadores de la UCV los salarios de los profesores universitarios a dedicación exclusiva en México, Colombia, Argentina y Brasil se ubican desde $2.007,5 correspondiente al escalafón más bajo que es instructor a $3.930,8 al más alto que son los titulares.

Agrega el documento que en el caso de Venezuela, para  febrero de 2016 calculado en una tasa promedio de Bs 105 entre los dos tipos de cambio vigentes en esa fecha (Bs 10 y Bs 200), la remuneración para el de menor cargo era de $214.87 mientras que al de alto nivel era $350,59, es decir, los docentes venezolanos ganaban diez veces menos en comparación con los similares a su cargo en importantes países latinoamericanos. Desde ese mes la tasa de cambio legal más alta se ha triplicado.

“Los profesores pagan para dar clases en la universidad”, dijo el periodista Néstor Garrido, quien tenía 20 años dando clases en la escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) hasta julio del año pasado.

Para febrero de 2015 recibía Bs 4.000 por ocho horas de clases a la semana. “Si uno hace un balance, yo me quedaba en mi casa trabajando y podía ganar mucho más. Yo tenía que comprar el marcador que usaba, esto me costaba más que la hora de clase. Si iba al cafetín a comer era lo mismo o por ejemplo, si me quería mantener actualizado, me compraba mis propios libros que al final era un subsidio para la universidad”, agregó.

Buttó resaltó que en el caso de la USB han sido numerosas las veces que el docente instructor recibe un sueldo menor al salario mínimo correspondiente para la fecha. “Es importante considerar que en los últimos años trabajamos con un presupuesto insuficiente para el funcionamiento correcto de la institución”. Para este año académico el Gobierno le asignó tan solo 15% de lo requerido, aseguró su rector, Enrique Planchart.

– Cátedras comprometidas – 

La reducción de la planta docente ha complicado la apertura de ciertas materias necesarias para la formación del estudiante. En la UCV hay vacantes en la cátedra de Orientación Educativa así como para Sociología de la Discapacidad.

La Escuela de Filosofía de esta universidad también ha sufrido las consecuencias, hasta la fecha no consiguen educadores que impartan Filosofía de la Práxis. Igualmente ocurrió en la Facultad de Farmacia cuando se vieron obligados a cerrar la mención de Microbiología.

“En estos momentos todas las carreras pueden estar en peligro porque el retiro de los docentes se ha presentado en nuestros 27 departamentos y en los diferentes ciclos del pregrado”, sostuvo Buttó.

Todas las autoridades coinciden en la desvalorización y deterioro de la docencia en el país. Preocupadas manifiestan la justa remuneración y cumplimiento de las condiciones laborales dignas para esta profesión.

“No podemos ser un mar de conocimiento con un centímetro de profundidad como muchos del Ejecutivo pretenden, debemos ser un mar de conocimiento profundo”, concluyó Afonso.

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