Economía

Exportaciones no petroleras cayeron 36% al mes en el tercer trimestre de 2014

El efecto positivo que causó en el sector la venta de 40% de las divisas al Banco Central de Venezuela a tasa Sicad II (Bs 50 por dólar) y la administración del 60% restante para la compra de bienes en el exterior, se revirtió a partir de agosto con la prohibición de exportaciones de algunos productos considerados estratégicos por el gobierno.

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Las exportaciones no petroleras se ubicaron en $2.573 millones entre enero y octubre de 2014, lo que representó un incremento en relación a 2013, cuando alcanzaron $2.100 millones en todo el año.

El promedio mensual de este aumento fue de $289 millones en el primer semestre de 2014 y desde agosto iniciaron un descenso hasta octubre (última data del Instituto Nacional de Estadística) y registrar un promedio al mes de $184 millones, una caída de 36%.

Esta reducción coincide con la aplicación -desde agosto- de medidas de prohibición de exportaciones sujetas a licencias especial de exportación, solicitudes de permisos por regímenes legales del arancel de aduana y de certificados de demanda interna satisfecha, que han trabado las exportaciones de una parte importante de la oferta exportable del país, señaló en un comunicado Ramón Goyo, presidente de la Asociación Venezolana de Exportadores.

El dirigente señala que en el mejor de los casos, estos trámites demoran 2,5 meses en promedio, e incluso hay solicitudes que nunca tuvieron respuesta.

Esta situación “afecta la programación y la continuidad de las exportaciones de empresas manufacturaras de los sectores metalúrgicos y metalmecánicos, de empresas que tienen créditos de exportación otorgados por Bancoex, y de productores agrícolas con producción excedentaria como son los casos de las naranjas, el ajonjolí y el cacao”, dijo Goyo.

Recordó que por el sistema de cambio múltiple, el sector registra una reducción de los ingresos en bolívares y aumento de los gastos que redunda en una merma de la competitividad de las empresas exportadoras.

Con el Convenio Cambiario 33, la tasa de cambio del Sicad II fue eliminada el 11 de febrero dejando en un limbo jurídico al sector.

Goyo afirma que la última tasa de este mecanismo, de Bs 52,8 por dólar, quedó rezagada en relación al comportamiento de los precios internos que experimentaron un alza de 68,5% en 2014, disminuyendo los ingresos de los exportadores y los productos de exportación pierden competitividad en los mercados internacionales, afectando tanto las empresas privadas como públicas.

El entorno adverso para la actividad lleva a la Avex a hacer las siguientes solicitudes:

– Permitir a las empresas exportadoras administrar el 100% de los dólares que generan por ventas para cubrir los costos de importación en forma directa sin pasar por el Cencoex  y vender al BCV a una tasa de cambio competitiva los dólares necesarios que cubran el valor agregado naciona.

– Es necesario tomar medidas urgentes de políticas comerciales por parte de las empresas del Estado fabricantes de materias primas (acero, aluminio y polietileno) a objeto de que prioricen el mercado nacional por encima al mercado internacional.

– Garantizarle a las empresas manufactureras el acceso al uso, sin demoras en las aduanas, del régimen de suspensión de impuestos de importación denominado Admisión Temporal de Perfeccionamiento Activo (ATPA) para que puedan importar estas materias primas, procesarlas en el territorio nacional para luego reexportarlas como productos terminados.

– Reducir los tiempos operativos de los despachos de las exportaciones y evitar demoras e incumplimiento en la entrega de mercancía a los clientes en el exterior.

– Aumentar el capital ofrecido a Bancoex, a objeto de que este banco aumente su liquidez y su capacidad crediticia para atender a las empresas exportadoras.

– Suspender las penalizaciones que aplica Corpoelec a las empresas que incrementan su consumo eléctrico para exportar.

– Presentar proyectos concretos para las Zonas Económicas Especiales precisando su alcance, la infraestructura, la inversión a realizar, las fuentes de financiamiento, la normativa cambiaria y tributaria, para competir con posibilidades de éxito en la captación de nuevas inversiones.

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