Literatura

Fanuel Hanán Díaz: escribir para niños es un oficio muy serio y retador

Fanuel Hanán es venezolano y ganador en Colombia del Premio Nacional de Literatura Infantil Pedrito con su cuento “Hemos llegado a Berlín”, una historia relatada en primera persona que va contando las experiencias de un niño migrante que sale de Venezuela junto con su familia sin olvidar el país que ha sido su hogar

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Fanuel Hanán Díaz

Una historia que se nos hace común, la de los migrantes. El escritor venezolano Fanuel Hanán Díaz no pudo ser ajeno a sus compatriotas y publicó el cuento infantil “Hemos llegado a Berlín”, un tema que confiesa, le resulta emocional y muy fuerte y que lo ha llevado a ver en la literatura la expresión perfecta para generar empatía y de alguna forma evitar que olvidemos y que caigamos en los mismos errores.

“Creo que uno siente desolación y rabia. Es una mezcla de sentimientos encontrados porque soy de la generación que conoció la Venezuela saudita y ver esa miseria conmueve”, expresó Hanán Díaz.

El niño, en la historia de “Hemos llegado a Berlín”, a lo largo del viaje, va contando las experiencias que vive en el camino, mientras recuerda con nostalgia el hogar que dejó atrás. Un relato que invita al lector a sentir la incertidumbre del personaje al llegar a un lugar lejos de Caribe, donde el frío y la neblina son protagonistas, sin saber realmente su destino final.

Para Hanán “hay eventos que uno no puede dejar pasar, como lo que ha sucedido en Ecuador hace algunos años o ahora en Chile, eso de hacer fogatas y quemar las pertenencias de los venezolanos migrantes, hasta los juguetes de los niños, es inaudito. Eventos similares han pasado en otros momentos de la historia. Definitivamente, el ser humano no tiene una memoria genética y muchas situaciones similares se repiten”.

Berlín, un lugar que devora

El título de este cuento es una metáfora. El escritor nos ha explicado que Berlín es ese lugar que devora, al que todos le tienen miedo, es un peaje obligado en el camino. “En términos narrativos, uno como escritor necesita esos obstáculos insalvables para hacer crecer al protagonista o darle un contexto al tamaño de su experiencia”, dice Fanuel Hanán Díaz.

Fanuel Hanán Díaz

Berlín, paradójicamente, dice Hanán, tiene que ver con el muro tan emblemático. Llegar a Berlín representa algo así como llegar a ninguna parte, atravesar un paso oscuro. “De hecho, decidí dejar el final abierto porque el protagonista cuenta justamente esa incertidumbre, de no saber a ciencia cierta adónde va. Hemos llegado a Berlín cuenta un momento en medio de la nada, esta apertura deja al lector con una gran desolación, pero también con una sensación de esperanza”.

En opinión de este venezolano crítico, investigador y docente, el tema de la migración es un tema acuciante. Considera que, de hecho, es uno de esos temas que está de moda. Explica que una primera barrera que tuvo que superar fue el hecho de querer hablar sobre un fenómeno que tiene matices políticos o que podría ser visto como un texto más sobre una temática vendedora.

“Las historias, antes de nacer, tienen una especial condición de generarte incomodidad, ya que sabes que tienes que contar algo y no te quedas tranquilo hasta que le das forma. Eso pasó conmigo y con ‘Hemos llegado a Berlín’, un relato que asume la voz de un niño venezolano que está en medio del camino. Desde las tierras bajas y calientes se dirige, junto con su familia al páramo de Berlín (en Santander). Es un paso obligado para todos los ¨caminantes¨ que atraviesan Colombia y se dirigen al sur, quizás a Ecuador, Perú o aún más abajo”, relató.

A 4 mil metros de altura… el desarraigo

“Lo cierto es que 4 mil metros de altura el páramo de Berlín se ha tragado a muchos venezolanos que han muerto de hipotermia, ya que no vienen preparados para estas temperaturas. Quise contar la historia asumiendo el punto de vista de un niño de diez años que va en medio del camino, aquello que ve y que va pensando en esa soledad está tamizado por un fuerte sentimiento de desarraigo”.

A Fanuel Hanán Díaz el ser testigo presencial de lo que viven los migrantes venezolanos, le sirvió de punto de inspiración para este cuento laureado en Colombia, país que lo ha reconocido y que ha marcado en él esas historias al ver largas filas de caminantes venezolanos envueltos en cobijas como fantasmas, con una botella de agua en la mano y en esos grupos ha visto a muchos niños.

Fanuel Hanán Díaz

“Me he preguntado, qué puede sentir un niño migrante. De qué manera vive este proceso. Qué mira o en qué detalles se fija cuando va caminando. Vi algunos documentales sobre el drama de los migrantes venezolanos y además conecté con mi propia experiencia, mi propio sentimiento como migrante, que es muy fresco a pesar de tantos años que vivo aquí. Así que todos estos elementos alimentaron la historia y la hicieron nacer”.

El relato «Hemos llegado a Berlín» rinde homenaje a los caminantes venezolanos.

Y los cuentos de hadas…

El escritor explica que durante los últimos años se han producido cambios importantes en el territorio de los libros para niños, quedando atrás una visión desfasada de que los libros para niños contienen moralejas, son estereotipados o dulzones.

La literatura infantil, explica, ha dado cuenta de un desarrollo muy sofisticado, no solo porque las técnicas de impresión han permitido el despliegue de muchos recursos que redundan en la construcción de conceptos editoriales, en ilustraciones muy potentes y en la comunión de lenguajes en el interior de un libro, sino porque los libros infantiles se han diversificado de tal manera que hoy es un universo deslumbrante.

“Hay tendencias que atentan contra esta literatura y son las mismas que atentan contra otros productos culturales, como la sobreproducción y la no profesionalización de muchos involucrados. Escribir para niños es un oficio muy serio y retador”, reconoce Fanuel.

Señala que en la literatura infantil se pueden usar muchos recursos creativos que no suelen usarse en la literatura para adultos, como la convivencia entre realidad y fantasía, la construcción de espacios simbólicos o el diálogo entre textos e ilustraciones para construir significado.

“Hoy en día tenemos ‘géneros’ muy diversos y que son propios de este territorio, como el libro álbum y la novela gráfica. También una industria muy saludable que involucra creadores de distintos ámbitos, el abordaje de temas muy diversos, la relación de muchos libros con el cine y los formatos digitales. Lo que sí es innegable es que la literatura infantil todavía queda como un reducto para construir muchas dimensiones del ser que son fundamentales, como la visión poética del universo, el asombro y la musicalidad del lenguaje”, expresó.

A leer con los niños

Sobre el fomento de la lectura en los niños, Fanuel Hanán Díaz comenta que existen muchas formas con las que los adultos pueden formar este hábito en los niños y jóvenes. Explica que es una tarea que debe asumirse desde el hogar.

“Rituales como leer juntos, ya sea a la hora de dormir o en cualquier momento del día son contundentes a la hora de establecer ese nexo cercano, que conecta también a los adultos y abre canales de comunicación que puede ser más permanentes”, expresa.

“En el imaginario de los niños los cuentos maravillosos son esenciales. No solo las princesas, príncipes y castillos, sino la magia que contienen estos relatos. El bosque como espacio, el viaje, el encuentro con seres extraordinarios, las pruebas que vive el héroe en el camino, son muchos esquemas que presentan transformaciones y mensajes simbólicos que son esenciales, como la lucha entre el bien y el mal y la exploración interior”, dijo.

Aclara que la literatura infantil es mucho más que cuentos de hadas. Las historias realistas también son necesarias y tienen la posibilidad de generar empatía, de responder grandes interrogante y de sanar ciertas heridas. “Yo creo que la realidad más dura se puede contar, con la elegancia de la literatura y con los recursos potentes que permite la literatura infantil”.

Una vida dedicada a la literatura

Fanuel Hanán Diaz es escritor, crítico, investigador y docente venezolano. Licenciado en Letras por la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela) con especialización en Ciencias y Artes Aplicadas. Ha sido jurado del prestigioso premio Hans Christian Andersen, de la Bienal de Bratislava y del Bologna Ragazzi; además dirigió el departamento de selección de libros para niños del Banco del Libro.

En sus obras literarias destacan Panorama breve de la Literatura Infantil en Venezuela, Sombras, censuras y tabús en los libros para niños, Cartas a Leandro (2006, Lista de Honor de IBBY), Semillas de México (2007, incluido en el programa SEP), Papageno y la flauta mágica (2013, incluido en el programa SEP).

Su más reciente libro ¡No, tú no! (2018), fue publicado en México por Ediciones Tecolote y en Francia por la editorial L’ Atelier du Poisson Soluble. Además ganó el Premio Literario Tatoulou en Francia, el Premio Fundación Cuatrogatos y fue incluido en la lista de recomendados de Fundalectura.

Por último, ha realizado investigaciones sobre libros antiguos para niños auspiciado por la beca de la Internationale Jugendbliothek de Alemania. Y sobre la vida de Julio Verne con el apoyo de la Embajada de Francia en Venezuela.

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