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Final de "Euphoria": lo bueno, lo malo y lo incomprensible

El octavo episodio responde la gran pregunta: ¿qué pasó con Fez y Ash? Pero la resolución es anticlimática. Ese es uno de varios puntos flojos del capítulo final. Aquí analizamos los aciertos y desaciertos presentes en el cierre de la segunda temporada

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Euphoria

Y al octavo episodio, Rue resucitó. El último capítulo de la serie que movió a millones de espectadores no fue tan espectacular como se esperaba, aunque le da un cierre al personaje principal que interpreta Zendaya.

Titulado All My Life, My Heart Has Yearned for a Thing I Cannot Name, algo así como Toda mi vida, mi corazón ha anhelado algo que no puedo nombrar, el episodio es una prueba más de lo bueno y lo malo que significa tener a un solo hombre a cargo de todo: Sam Levinson. 

Levinson ha conseguido un producto único, reconocible. Su «Euphoria», al menos para quien escribe, no puede compararse con nada de lo que hemos visto antes en televisión. Sus personajes quedarán en nuestros corazones y seguramente serán objeto de muchas parodias, memes y todas esas cosas que abren las puertas a la cultura pop.

Pero por otro lado, el cierre de la serie es completamente anticlimático y Levinson no sabe qué hacer con la bomba de tiempo que los espectadores esperaban ver explotar. El mayor defecto de este episodio es la imposibilidad de ajustar los momentos de mayor tensión (todo el asunto con Fezco y Ash), con los que exigían una mayor conexión con el espectador (la despedida entre Rue y Jules es inexplicablemente sosa).

Pero vamos por partes. Y como es natural, vienen spoilers. Así que quedas advertido.

Lo bueno

Definitivamente, el momento Jerry Springer. Para los latinoamericanos sería el momento Señorita Laurael momento Doctora Polo. El caos sobre la tarima del teatro, con Cassie (Sydney Sweeney) descargándose a su hermana; la intervención de Suze (Alanna Ubach) y luego el ingreso de Maddy (Alexa Demie), pagó la noche. Fue lo que esperábamos y más. En este contexto, una cita de «la villana» es formidable: «Tú ni siquiera vives», le dice a Lexi (Maude Apatow). «Por eso puedes estar aquí, juzgándonos a todos».

Cassie, a pesar de su rabia, pronuncia varias frases para la historia. «¿Me lo merezco porque vivo mi vida? ¡Soy la que se arriesga, la que se enamora!», dice mientras el público trata de comprender si lo que está pasando es parte de la obra o no.

Levinson consigue que su personaje, con pocas palabras, revierta la mirada. Si Lexi solo se dedicaba a exponer lo que veía desde una esquina neutral, ahora una de sus «víctimas» le devuelve esa mirada, explicando que vivir significa equivocarse: herir y ser herido. Puedes vivir en burbuja, como durante la pandemia, pero algún día debes dejar el tapabocas en casa. Pensemos en esto: Lexy se lleva los aplausos por su talento como dramaturga, pero se queda sin un buen beso de su amado.

Otro punto fuerte del episodio es el enfrentamiento entre Nate (Jacob Elordi) y Cal (Eric Dane). La frase: «A ti y a mi nos excita hacerle daño a la gente», resume lo que hemos visto en las dos temporadas. Dos de los personajes más viles tienen un duelo aparentemente final, paradójicamente cuando el padre parece haber encontrado «cierta» felicidad. «No es justo», responde el hijo sobre esta situación. «El parricidio» cierra el círculo de violencia que no supo atajar a tiempo el progenitor.

Y cerramos lo mejor de este capítulo con la hermosa carta que lee Rue. Creo que todos los que hemos perdido un padre antes de tiempo nos encontramos en ese limbo entre comprender y aceptar. Muchas veces no sabemos convertir la rabia y la frustración en lo que, por ejemplo, hizo Lexy. Y en el camino herimos a mucha gente.

Lo malo

El capítulo está muy desbalanceado. Un electrocardiograma con picos pronunciados hacia abajo y arriba, y en el medio cierta parálisis emocional. Un gran ejemplo es la muerte de Ash (Javon Walton). Como habíamos advertido hace una semana, el pequeño tenía todos los boletos de la rifa para decir adiós. Y su decisión a lo Tony Montana no termina por despertarnos algún tipo de lástima o euforia. Incluso el arresto de Fez (Angus Cloud) es anticlimático. Levinson no consigue que una de las escenas más esperadas sea realmente impactante. De hecho parece encajada con cinta adhesiva en una trama que se centra en la recuperación de Rue.

En esta lista obviamente debe estar la canción de Eliot (Dominic Fike). Este momento Kumbaya, parece eterno. Uno se pregunta si la canción es interminable. Entendemos todo el rollo de la amistad entre estos dos personajes, pero para una serie que se ha movido en los extremos, echar mano de una guitarra para hablar del perdón no encaja del todo bien.

¿Y la pistola? A no ser que Nate se pegue un tiro al comienzo de la tercera temporada, no se comprende por qué lleva una pistola en el reencuentro con su padre. Luce bastante ilógico que vaya a toda velocidad, con licor en el carro y una arma, cuando ha llamado a la policía para delatar a Cal. Es cierto que antes hablamos de la fuerza de este encuentro, pero la manera en la que policía llega y la resolución con la memoria pudo haberse presentado de una manera mucho más impactante.

Lo incomprensible

¿Qué hace Lexi en la cama en lugar de estar buscando su gran amor? ¿Le guarda el mejor asiento y no siente curiosidad por lo que pasó con Fez? Algo aquí no está bien. Tal vez tengamos más pistas en la siguiente temporada, pero lo primero que cualquier persona haría en esas circunstancias es reventar el teléfono del ser amado o correr hasta su casa, en cuyo caso habría visto las consecuencias del tiroteo.

Es más, en un mundo hiperconectado, un allanamiento como el que sucedió, con un menor y un policía caídos, se habría vuelto viral en las redes sociales y en «Euphoria» todo el mundo vive conectado a los móviles (menos Fez, claro, que ni redes sociales tiene).

Tampoco se le aclaró qué pasó con la deuda de Rue por el negocio fallido de las drogas, Mucho menos se detalló qué fue exactamente lo que sucedió luego de que fue sedada en aquel apartamento en el que había drogadictos y una cámara. Es una posibilidad que esta explicación se retome en la siguiente temporada, pero aquí mágicamente desapareció el conflicto.

Finalmente, la despedida entre Rue y Jules (Hunter Schafer) merecía algo más, mucho más. ¿Cómo le das a Eliot todo el tiempo del mundo con su bendita guitarra y terminas esta caótica historia de amor con dos besos en la frente? Solo Levinson, en su mundo, tiene la respuesta.

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