Venezuela

FOTOS | Escasez de combustible, el nuevo dolor de cabeza de los merideños

Mérida era uno de los estados con la mayor producción de alimentos de Venezuela, con al menos 470 mil toneladas de productos elaborados en el año 2016, según datos del ministerio de Agricultura y Tierras. Pero la historia es otra en 2019. La entidad está bajo la sombra de la crisis generalizada que arropa al país, y donde el combustible es el nuevo dolor de cabeza del mencionado territorio.

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Texto y Fotografía: Héctor Becerra

Desde hace varias semanas se registran largas colas de vehículos por el suministro de gasolina, filas kilométricas que se traducen en horas de espera, pues el arribo de una gandola de Pdvsa a la entidad puede tardar entre 8 y 15 días.

Víctor Osuna, habitante del municipio Tovar, vive a 50 metros de una estación de servicio, pero la cola de carros pasa frente a su vivienda y se extiende por al menos un kilómetro. “La gente deja los carros aquí y se turnan para cuidarlos y esperar que llegue la gandola”, afirmó.

En los parabrisas de los automóviles se observan números para identificar el turno según el orden de llegada, una manera de evitar el abuso de otros. Algunos llevan las cosas al extremo, atándolos con cuerdas para, según palabras de Osuna, “evitar que se coleen”.

Muchos de estos vehículos son de carga, medios necesarios para poder bajar desde las montañas las cosechas de verduras, frutas y hortalizas a las grandes ciudades del estado para después distribuirlas a todo el país.

Desde el municipio Guaraque, ubicado a 188 kilómetros de la capital del estado, un agricultor aseguró que el recorrido hasta Tovar es de aproximadamente cuatro horas; no obstante, el difícil acceso al combustible está limitando sus opciones de distribución.

“Allá la cosecha de papa se está pudriendo”, lamentó.

La solución: comprar de manera ilícita la gasolina. “Aquí una pimpina de 20 litros te la venden en 30 dólares” afirmó el productor, quien asegura que mínimo necesita dos de estas para poder completar el viaje de ida.

En Guaraque, la población solo cuenta con una estación de combustible, la cual funciona a conveniencia del dueño”, mientras que los demás habitantes hacen colas de “hasta más de 15 días”. Antes “llegaba semanalmente o 2 veces por semana y ahora el dueño de la bomba es quien decide cuándo la pide porque dice que somos muy groseros; no es para menos, la gente está cansada de siempre lo mismo”.

Asimismo, el productor enfatizó que los habitantes “se pasan en colas tratando de echar gasolina y no se trabaja” y añadió que “si no hay cambio pronto, la siembra se va a acabar totalmente, porque no se va poder ni siquiera sembrar un saco”.

Ese efecto dominó también se hace sentir en el transporte público, rubro que también padece en primera persona la crisis. Osuna indica que “solo hay cuatro autobuses desde Tovar hasta Santa Cruz (de Mora)”, un viaje que por las condiciones de la vía puede durar unos 45 minutos, en un tramo de apenas 20 kilómetros.

“El único autobús del gobierno que va hasta Mérida se tarda tres horas en ir y venir”, dice, por lo que muchas personas prefieren pedirle el favor a los conductores para que los lleven hasta sus destinos.

PARABRISAS MARCADOS

No se salvan de la escasez

En la ciudad de Mérida, el escenario no es distinto, aunque en la zona se surte combustible con mayor regularidad; sin embargo, cuando llega el carburante los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana son los encargados de organizar la entrada de vehículos, dándole prioridad a los del Estado, generando reclamos y denuncias de los usuarios que pasan días esperando.

El diputado a la AN por la entidad andina y encargado del Plan País agroalimentario, Alexis Paparoni, asegura que “ante la ausencia de gasolina y la colas interminables en las bombas de la región, los camiones ahora tienen que abastecerse de combustible del centro del país para poder ir y venir”.

El parlamentario también afirmó que los camiones cargados tienen una supuesta prioridad a la hora de recargar combustible, pero “aun así la tal prioridad lo obliga a permanecer cargado y parado por horas y días, mientras llega la gasolina, entonces los vegetales pierden calidad hasta el punto que puede perderse completamente la carga”.

COLAS EN TOVAR (2)

Uno de muchos problemas

Según los datos del Poder Legislativo, actualmente solo se han sembrado 188 mil toneladas de alimentos en la entidad, con “los pueblos del Páramo en general, así como Bailadores, los pueblos del Sur de Mérida, La Azulita y los pueblos de la Panamericana” como los más afectados.

En Pueblo Llano, situado a 106 kilómetros de la ciudad de Mérida, los agricultores informaron que sus productos se han reducido a un 10% de la siembra de rubro de papa, zanahoria y demás hortalizas. “Estamos hablando que de 180 mil toneladas solo se podrían alcanzar 18 mil toneladas solo en este Municipio”, destacó Paparoni.

En Guaraque la situación no es diferente. Un agricultor comentó que “en un día normal salían de Río Negro más de 1.500 sacos de hortalizas (…) ahora si acaso 200 sacos diarios o nada, el comercio y la siembra desaparecieron totalmente, los productores ya siembran muy pocas hortalizas y la mayoría que lo hace es para el consumo de ellos mismos”.

Sobre la mano de obra, el cultivador explicó que actualmente “está totalmente desaparecida a raíz de que no hay trabajo y ya no da para pagarles” y agregó que “en la antigua Agroisleña financiaban al productor y aparte enviaban técnicos a supervisar las siembras y Agropatria da es dolor, se politizó y empeoró de mal en peor”.

El agricultor comentó que anteriormente sembraban semillas importadas de Canadá, pero desde hace unos años para acá “se trabaja con la misma semilla de toda la vida”, pero indicó que las mismas están contaminadas por la plaga y quienes pueden “las llevan al Pico del Águila para curarlas con el frío”, lo que calificó como un proceso muy costoso. “Se prefiere dejar que se pierdan o se siembran pero a riesgo, porque también están haciendo venenos chimbos y se corre el riesgo que al regar se dañe la cosecha y los terrenos tienen mucha plaga (…) ahorita son muy pocas la siembras”.

COLAS EN TOVAR

A la espera de visitantes que no llegan

Mérida también cuenta con paisajes inolvidables, lugares turísticos que en el pasado contaban con incalculables turistas, rubro al que la crisis también afectado.

Un ejemplo de esto lo relató Osuna, quien señaló que ya no se ven muchos turistas por la zona, pese a que cerca de Tovar se encuentra la localidad de Bailadores. En el mercado municipal de Mérida, la situación no cambia mucho, locales han cerrado por la falta de visitantes. De los seis establecimientos de comida tradicional que se encontraban en el piso tres del mercado, dos han cerrado por la falta de clientes, aseguraron trabajadores del mercado, quienes afirmaron que algunos días no llegan a atender a ningún comensal, cuando anteriormente todos los locales estaban llenos.

No obstante, a pesar de los problemas por los que atraviesa el estado andino, los productores y habitantes apuestan por mantenerse en pie firme y continuar trabajando la tierra. “Es un riesgo sembrar y el que lo hace es porque todavía tiene la esperanza de que haya un cambio y quiere seguir apostando”, indicó el agricultor.

CUERDAS ENTRE CARROS

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