Este 11 de febrero, las dudas sobre el retorno del opositor y la posible respuesta del gobierno de Maduro se transformaron en hostilidad. Profesionales de la prensa fueron golpeados y robados. El intento por hacer las labores quedó a un lado por otros que hicieron de la confrontación su bandera
El retorno del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, luego de una gira internacional de más de 20 días, generó rechazo y violencia por parte de grupos vinculados al chavismo, en un hecho que dejó a varios periodistas heridos.
La tarde del martes 11 de febrero, el jefe del Parlamento venezolano arribó al aeropuerto internacional Simón Bolívar, donde, además de medios de comunicación y diputados, estaban adeptos al gobierno de Nicolás Maduro. Su presencia respondió a una convocatoria del líder chavista para manifestar contra las sanciones aplicadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra Conviasa. Pero el reclamo se tradujo en descontrol y agresión.
El patrón es ya común dentro de la práctica chavista. El pasado 15 de enero, paramilitares ligados al oficialismo se presentaron en la sede de la Asamblea Nacional para impedir el ingreso de los diputados opositores al lugar. Además, limitaron las labores de los periodistas, a quienes trataron de agredir.
Las acciones se extendieron hasta la siguiente semana, cuando volvieron a impedir el acceso de los parlamentarios al hemiciclo legislativo. La violencia recurrente obligó al grupo opositor, mayoría en la Asamblea Nacional, a sesionar desde inicios de 2020 fuera de su lugar.
En ambas fechas, algunos de los exaltados, de rostros amenazantes, blandían armas de fuego. Ayer, en Maiquetía, varios de los presentes denunciaron el uso de armas blancas mientras esperaban el arribo de Guaidó al país.
Este 11 de febrero, las dudas sobre el retorno del opositor y la posible respuesta del gobierno de Maduro se transformaron en hostilidad. Profesionales de la prensa fueron golpeados y robados. El intento por hacer la labor informativa fue truncado por la acción de quienes hicieron de la confrontación su bandera.
Al final del día, la supuesta protesta por Conviasa quedó en nada. La excusa fue estrictamente circunstancial: un nuevo pretexto chavista para apuntar al caos.
Fotos: EFE/Daniel Hernández
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