Venezuela

#FOTOS | Olelé, olelá, San Juan se despertó el día de San Pedro

Todos los 24 de junio se celebra por el calendario católico el día de San Juan Bautista, una festividad que se festeja en las costas venezolanas a punta de tambor. Este año, El Estímulo visitó diferentes localidades del litoral para captar un poco del colorido y calor de esta fiesta

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Fotografía: Juan Andrés Pinto (@yquepinto)

«Ay San Juan Bautista de mi corazón, yo tengo la culpa tú tienes razón»

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Según cuenta el verbo popular San Juan se quedó dormido un día antes de su cumpleaños. Ansioso por su aniversario el santo festejó hasta quedarse rendido. Es por eso que en los pueblos de la costa la fiesta comienza incluso un día antes del día del santo, el 23 de junio. Al día siguiente, los pobladores aprovechan el asueto de la Batalla de Carabobo para recargar energías y mantenerse atento al repique del tambor, que suele empezar luego de la misa del mediodía. Pero según el imaginario, el santo no aparece. Despertará el 29 del mismo mes, en el cumpleaños del portero del cielo, San Pedro.

«San Juan le pregunta al cumpleañero, que es San Pedro: ‘¿Ya es mi cumpleaños?’. Pero no es así, ya su cumpleaños pasó y el 29 se celebra el de San Pedro», explica Arnaldo, el «cacique o el que dirige» la fiesta en Caruao.

“Olelé, olelá, mira las horas que son y no aparece San Juan”.

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La fiesta puede durar más de un día y siempre va acompañada de bebidas espirituosas y ritmos de tambor. Pero fue este viernes que los costeños se vistieron de alegría y batieron sus pañuelos rojos para bailarle, pedirle o agradecerle al santo. En un recorrido por Caruao, Chuspa y Chirimena, pudimos sentir el calor de estos pobladores que hospitalariamente abren sus puertas a los turistas que los visitan por estos días.

«Si San Juan supiera que hoy es su día, del cielo bajara con gran alegría, ea, ea.»

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En Chuspa la asistencia de visitantes fue menor que en otros años. Brian Cartaya, habitante de Caruao pero baqueano de la zona, sospecha que «se puede deber un poco a la situación complicada por la que está pasando el país». Por su parte, los de Caruao tuvieron la asistencia acostumbrada. La concurrencia se conformó por devotos y parranderos locales, quienes bajo pleno sol de mediodía sudaron con cada tañido y palo de ron.

En Chirimena la fiesta comenzó un poco más tarde. A golpe de las 6 pm, cuando los temporadistas ya abandonaban la playa, el pueblo los convidó a quedarse unas horitas más para despojar las malas energías a punto de contoneo.

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