Internacionales

Guterres expresa preocupación ante nuevos choques armados en Libia

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, expresó en Libia su profunda preocupación ante la nueva escalada militar, tras reunirse con un mariscal rebelde, Jalifa Haftar, que lanzó una ofensiva contra la capital.

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Foto: AFP

Guterres, que se había reunido la víspera con el primer ministro Fayez al Sarraj en Trípoli, viajó apresuradamente a Bengasi (al este del país), donde tiene su feudo el mariscal Haftar, para intentar evitar una confrontación militar.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas abandonó Libia horas más tarde expresando su profunda preocupación.

«Abandono Libia con inquietud y profundamente preocupado. Aún espero que sea posible evitar un enfrentamiento sangriento en Trípoli y sus alrededores», indicó.

A última hora de la tarde violentos choques enfrentaban a fuerzas afines al Gobierno de Unión Nacional, con sede en Trípoli y dirigido por Fayez al Sarraj, con tropas del Ejército Nacional Libio controlado por el mariscal Haftar.

El Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto reunirse de forma urgente a solicitud de Reino Unido.

Libia está sumida en el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011 con dos autoridades que se disputan el poder desde hace años, el gobierno de Trípoli instalado en 2015 y reconocido por la comunidad internacional, y el Ejército Nacional de Liberación de Haftar, que controla el este del país.

El mariscal había anunciado el miércoles que estaba dispuesto a mandar a sus tropas hacia Trípoli para limpiar la región de terroristas y mercenarios.

Haftar cumplió su palabra y desplegó a sus soldados hacia la capital, pero las fuerzas afines al Gobierno de Unión Nacional repelieron la primera oleada.

Tomar Trípoli

La operación de Haftar se inició con un convoy armado que tomó posiciones a 27 kilómetros de Trípoli tras apoderarse de un retén en la entrada oeste de la capital.

Pero una milicia rival proveniente de Zauiya, situada a unos 20 kilómetros de este retén, recuperó el puesto tras un breve enfrentamiento, afirmó una fuente de seguridad, que pidió el anonimato.

El propio primer ministro visitó el retén reconquistado, en compañía de comandantes militares, y habló brevemente con los hombres allá destacados antes de regresar a la capital. El tráfico era fluido por la mañana en el retén.

Decenas de combatientes del ejército de Haftar fueron hechos prisioneros y la milicia incautó sus vehículos, según la fuente de seguridad.

En las redes sociales circulaban fotos de prisioneros con uniformes militares y sentados en el suelo en un lugar desconocido. No se ha podido verificar si son auténticas.

Los posteriores ataques al sur de Trípoli se produjeron a unos 50 kilómetros de la capital, según fuentes de ambos bandos, y continuaban en la noche.

Llamados de todo el mundo

Washington, Moscú, París, Londres, Roma y Abu Dabi hicieron un  llamado a todas las partes para reducir inmediatamente las tensiones.

El propio Guterres recordó: «No hay solución militar en Libia. La solución debe ser política».

Una conferencia nacional bajo la égida de la Organización de Naciones Unidas está prevista a mediados de abril en Gadamés (sudoeste), para establecer una «hoja de ruta» que incluya elecciones para intentar sacar al país del callejón sin salida.

El 31 de marzo, la Unión Africana anunció la celebración en julio en Adís Abeba de una conferencia de reconciliación entre los diferentes bandos libios.

Los esfuerzos diplomáticos de estos últimos años para resolver la crisis libia han sido vanos.

«El riesgo de escalada es creciente», opina Jalel Harshaoui, investigador del Instituto Clingendael de La Haya.

«Apoderarse de Trípoli (…) sigue siendo una posibilidad» para Jalifa Haftar, apoyado por varios países del Golfo, agregó Harshaoui, aludiendo a Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Arabia Saudita, donde el mariscal fue recibido a fines de marzo.

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