Venezuela

¿Hay condiciones para el regreso a clases presenciales en Venezuela?

Los gremios de maestros se niegan a volver físicamente a las aulas. Sin embargo, organizaciones como Cecodap, Unicef y la Red de Padres consideran que es necesario hacerlo, cumpliendo con medidas de bioseguridad. El impacto de no acudir a la escuela es a largo plazo

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Autoridades del gobierno venezolano anunciaron que, a partir de marzo, se retomarán las clases presenciales y semipresenciales en todos los niveles del sector educativo, después de un año que fueran suspendidas por la pandemia. La propuesta generó polémica entre diversos sectores.

Los gremios de educadores aseguran que no se encuentran las condiciones dadas. Otros sectores, como algunos padres y la Unicef respalda el regreso presencial por varias razones. Entre ellas están el derecho de los niños a una educación de calidad.

A continuación presentamos varios testimonios y opiniones.

Crismary Fajardo: sí y no

Crismary Fajardo es madre de dos varones, Edwin de 16 años, estudiante de quinto año de bachillerato y Jhosua, de 9 años, que está en cuarto grado. Como todos los niños venezolanos, desde hace un año estudian a distancia. La madre piensa que el regreso presencial a las aulas es impostergable y esgrime sus razones:

“Yo vivo en el barrio La Silsa, en Catia, en Caracas. No tengo computadora, tampoco internet. Ha sido muy difícil recibir las tareas que mandan los profesores. Sus compañeros de estudio, a veces, la envían por un mensaje de Whatsapp. En caso contrario tengo que pagar un cyber para buscar las asignaciones. Lamentablemente no siempre tengo dinero», dijo Fajardo.

Señala Crismary que tampoco se puede dar el lujo de pagar un servicio de datos en su teléfono para las tareas de sus hijos. El salario no le alcanza.

“Para mí es mucho mejor que vayan a clases. En las escuelas hay pedagogía. Los niños aprenden más junto a sus profesores que a la distancia”, dijo.

Esta es la infraestructura ideal para un regreso seguro a clases

Sin embargo, teme por su bioseguridad. En el caso del pequeño porque es «muy inquieto». Por eso ha pensado en no mandarlo a la escuela cuando reabran. No cree que una sola maestra pueda hacer que todos los niños cumplan las medidas de higiene. Su hijo mayor es más responsable pero sus amigos adolescentes puede que no sean como él.  «Podrían darse aglomeraciones en algunos espacios», dijo.

Mariana González: mejor en casa

Mariana González, vive en la parroquia La Pastora, en Caracas. Su única hija estudia primer año de bachillerato. Ella no está de acuerdo con el inicio de las clases presenciales.

“Desde el inicio de la pandemia, me he dedicado a cuidar a mi hija, cumpliendo a cabalidad todas las normas sanitarias. Considero que la calidad de la educación que recibe a distancia es muy mala. En lo que yo puedo la acompaño a realizar sus tareas. Aunque le hace falta la interacción no estoy de acuerdo que asista a las clases presenciales, ahora que los casos de contagio se encuentran en cifras tan altas”.

El gobierno: al aula en marzo

El ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, dijo a principios de enero que estaban buscando los mecanismos para dar carácter presencial a las evaluaciones escolares.

En febrero, Maduro señaló que la modalidad de clases presenciales se retomará a partir de marzo, cuando se cumple un año de la detección de los dos primeros casos de coronavirus en el país.

Detalló que el regreso a las aulas será parcial y en todos los niveles.

Recientemente, Maduro afirmó que es necesario combinar clases por Internet con las presenciales. Instruyó a su gabinete a evaluar el retorno a las aulas en los días de flexibilización del esquema 7+7.

Se pudo conocer que las autoridades consultaron a educadores en ejercicio, pero no han dado a conocer el protocolo para clases presenciales.

Edgar Machado: sin agua en las escuelas

Edgar Machado y Gustavo Padrón son directivos de la Federación Venezolana de Maestros que agrupa a 27 sindicatos y a más de 4 mil trabajadores del sector educativo.

Ambos señalan que en Venezuela no existen las condiciones para reabrir las escuelas.

“¿Cómo es posible que las autoridades pretendan llamar al retorno de las clases presenciales cuando se sabe que una de las principales recomendaciones para combatir la covid-19 es el lavado de las manos constante y en 90 % de las escuelas no hay agua?”, se preguntó Machado.

Igualmente indicó que en escuelas y liceos faltan productos para limpieza y desinfección de la infraestructura educativa, la cual, asegura, se encuentran en franco deterioro.

Las escuelas venezolanas están en franco deterioro

“Se anunció el programa Una Gotita de Amor para mi escuela. El gobierno prometió, a través de ese programa, realizar mantenimiento profundo a todos los centros educativos. Eso no lo cumplió. En la mayoría de las escuelas no sirven los baños, hay filtraciones, no hay agua, falta mobiliario…”, indicó Edgar Machado.

Indicó el representante de la FVM que, durante las clases a distancia, han sido miles los alumnos que no han podido participar en el proceso por la falta de internet, por no tener una computadora o cualquier otro equipo electrónico y por las fallas en el servicio de electricidad.

“Yo quiero que el ministro de educación se coloque en los zapatos de los padres, representantes y de los alumnos de los estados Zulia y Barinas, entre otros, que diariamente sufren apagones, no tienen conexión, entre otras carencias. Esos alumnos no han podido educarse a distancia. Nada de eso parece importarle al gobierno”, indicó Machado.

Gustavo Padrón: «Ministro vamos al mercado»

Gustavo Padrón, también directivo de la FVM, se refirió a los bajos salarios que devengan los educadores. Asegura que no alcanza ni para pagar el pasaje entre sus casas y sus centros educativos.

“Eso no es nada nuevo, pero con la llegada de la pandemia y la hiperinflación, la situación es mucho más difícil. Hemos manifestado en el ministerio de Educación, introducidos quejas en el ministerio del Trabajo, pero no hemos obtenido respuesta ”, dijo Padrón.

Asegura que hay educadores que ganan menos de dos dólares mensuales. Y los que tienen más grados de especialización, 6 dólares.

“Yo quiero retar el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, para que con el salario que gana un docente, haga mercado, pague servicios, compre medicamentos y cancele el pasaje diario. Solo así podrá verificar la pobreza crítica del personal educativo”, dijo.

Explicó que motivado a las crisis económica, muchos docentes han dejado las aulas. Han preferido pasarse a la economía informal. “También se debe tener en cuenta que muchos de nuestros docentes son personas de la tercera edad, catalogadas como una población vulnerable en esta pandemia”.

Indicó que en el primer lote de vacunas contra la covid-19, los maestros no fueron tomados en cuenta. «Pero sí se nos quiere exigir reiniciar las clases presenciales», protestó.

Fe y Alegría: las maestras renuncian

Yameli Martínez es la coordinadora de pedagógica de las Escuelas de Fe y Alegría a nivel nacional. Recordó que esta es una asociación civil sin fines de lucro, sin ingresos propios y, para hacer frente a sus compromisos económicos, cuenta con apoyo del estado para el pago de los salarios a los docentes, así como de algunos aliados y el aporte que dan los padres y representantes.

Según dice, la crisis sanitaria se ha sumado a la crisis humanitaria que ya se padecía en Venezuela. Esto generó una compleja situación para el desarrollo de las actividades de Fe y Alegría.

“La crisis económica, humanitaria y sanitaria ha ocasionado una alta movilidad de personal en Fe y Alegría. Esto se traduce en la fuga, en la renuncia del personal, docente que busca otras actividades para mejorar sus niveles de ingreso para poder mantener a su familia”, dijo Martínez.

Señaló que para el año escolar 2018- 2019 tenían una nómina de personal de 10.000, personas. Un año después, 2019-2020, solo 7.000. Más de tres mil educadores renunciaron en un solo año, por los bajos salarios.

Indicó que, en las 177 escuelas ubicadas en todo el país, han tomado iniciativas para la atención de los niños. Van desde profesores que andan en bicicleta visitando a alumnos sin internet hasta el uso de paleógrafos en algunas comunidades. También han reforzado la educación a distancia con el programa de radio La escuela va a tu casa, que se transmite a través de la señal de Fe y Alegría.

“Estamos conscientes que los niños necesitan retornar a las aulas de clase. No solo para seguir su educación, sino para interactuar con sus compañeros y desarrollar otras competencias”, dijo Martínez.

Indicó que para realizar este proceso se requiere que las autoridades aseguren una serie de condiciones en los centros educativos. Entre ellas la distribución del agua potable, limpieza de la infraestructura y un proceso de capacitación de todo el personal para aprendan los protocolos de bioseguridad.

“El tema de los bajos salarios es un grave problema. Con el anuncio del gobierno del retorno a clases, ya varios docentes nos han informado que tienen todas las ganas de colaborar, pero que no tienen los recursos para trasladarse hasta sus lugares de trabajo, así como tampoco la certeza que se cumplan las medidas de bioseguridad, en los centros educativos prefieren colocar su renuncia, hecho que a gravaría la situación para la atención de los niños en las aulas”, dijo Martínez.

Lila Vega: 4 normas para un regreso seguro

La red de Padres, Madres y Representantes es una asociación civil que tiene como objetivo promover, estimular, desarrollar y facilitar la participación de los padres, madres y representantes en la educación de sus hijos. La pediatra Lila Vega es la coordinadora de la institución que promueve una campaña para la vuelta a clases de forma segura.

“Estar fuera de las aulas de clase tiene consecuencias que no vemos en este momento pero que marcarán la vida de nuestros niños. Hay nuevas recomendaciones de distintos organismos sobre las normas que se deben tener para volver a las aulas. Las escuelas debe ser lo último que esté cerrado, incluso en aumentos de transmisibilidad y lo primero que debe abrirse cuando se controla la situación”, señala Vega.

Para Lila Vega, las escuelas en Venezuela pueden comenzar sus actividades cumpliendo a cabalidad cuatro normas básicas: el uso del tapabocas, distancia social de dos metros, lavado de las manos, limpieza de las escuelas e identificación de los contactos.

Dijo que el regreso a clases presenciales es difícil pero necesario.

Indicó la coordinadora de la Red de Padres y Representantes que con la educación a distancia se pueden lograr algunas cosas, pero de forma limitada. No todos tienen acceso a internet. Es necesario pensar en los niños con déficit de atención, que les cuesta estar pegados horas a una pantalla. Aseguro que los niños están sufriendo por no estar en las aulas.

Fernando Pereira: escuelas seguras

Fernando Pereira, coordinador del Cetro Comunitario de Aprendizaje Cecodap, señala que es necesario retomar las clases presenciales, pues las escuelas representan el único espacio seguro para los niños.

“En las escuelas los niños tienen la posibilidad de tener protección contra la violencia, el maltrato y abuso sexual. En las aulas pueden tener acceso a algún tipo de alimentación, con los programas de merienda escolar”, dijo Pereira.

También reflexiona sobre a quién le puede convenir que las escuelas se mantengan cerradas. “A los docentes definitivamente no, ya que se deslegitima la razón de ser de los educadores. A la familia y estudiantes tampoco. Entonces, lo que tenemos que hacer como sociedad, es definir a quién exigir y cómo exigir que se abran las escuela y vuelvan a cumplir la función social que les compete”.

Unicef: recomendaciones para todos

En agosto de 2020, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, publicó un documento en donde ofrecían una serie de recomendaciones y apoyaban el retorno a clases, en medio de la pandemia.

En el texto plantean que la educación se interrumpió para toda una generación. En abril, cuando muchos países tuvieron que imponer rigurosas medidas de confinamiento, los niños de más de 194 países estaban desescolarizados. Es decir, aproximadamente 91 % de los estudiantes de todo el mundo. Esto ha ocasionado una disrupción enorme en las vidas, el aprendizaje y el bienestar de los niños a nivel mundial.

Unicef colabora con los gobiernos y las escuelas para que los niños, especialmente los más marginados, sigan asistiendo a clase y aprendiendo. No se trata simplemente de reabrir las escuelas, sino de reabrir mejores escuelas.

A medida que las escuelas abren de nuevo sus puertas en algunos países, las estaciones para el lavado de las manos, el distanciamiento físico, el uso de mascarilla y la comprobación de la temperatura, se están integrando en la vida escolar.

Coloca como ejemplos varios países que habían decidido abrir las aulas de clase. Entre ellos están Camboya, República Democrática del Congo, Georgia, Ghana, Jordania, República Democrática Popular Lao, Mauritania, Mongolia y Sri Lanka. En todos, la Unicef ha colaborado con entrega de mascarillas, termómetros, jabón, antibacteriales, estaciones de lavado de manos y con campañas informativas y de concientización.

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