Héroes anónimos abastecen a Caracas en plena cuarentena

Ni la cuarentena ni la amenaza del coronavirus detienen a quienes trabajan a diario para garantizarle alimentos a otros. Cubiertos por una mascarilla, muchas veces rústica, héroes anónimos abastecen a Caracas, viniendo desde lejos y de madrugada.

Esta tenacidad hace posible que mercados mayoristas y minoristas, automercados, puestos de verduras y otros locales de venta de alimentos capitalinos estén surtidos.

Los camiones cargados de alimentos, desde los campos o desde las fábricas, llegan a Caracas de madrugada. A más tardar a las 6 de la mañana. Los que surten al Mercado de Coche arriban más temprano, cuando aún el sol ni asoma en el horizonte.

La razón es que el Mercado de Coche, principal mayorista de alimentos perecederos de la capital, abre a las 6 de la mañana para que mercados más pequeños, supermercados, tiendas e incluso restaurantes que siguen trabajando con delivery, puedan surtirse.

Mercados al aire libre

Otros mercados «de cielo abierto», como se les conoce en Caracas, están conformados por agricultores que traen su mercancía directamente desde provincias del interior. Es el caso del «mercado de los gochos» que se ubica en las adyacencias del gimnasio Papá Carrillo, entre Sebucán y Los Dos Caminos, y que trae frutas y verduras desde Valera.

Estos productores de Trujillo recogen la cosecha de varios agricultores los domingos y lunes y desde los martes en la noche despachan hasta el sábado, cuando regresan a sus hogares. La oferta se complementa gracias a aliados caraqueños que llevan pollo, carne, huevos y otros víveres.

La única incomodidad es que todos los mercados deben cerrar al mediodía, para cumplir con el horario restringido impuesto por las autoridades para disminuir los contagios por Covid-19.

Normas sanitarias para todos

Para poder comprar en los mercados, los clientes de los mercados también deben cumplir con normas sanitarias de excepción. La principal es el tapaboca: Nadie entra sin ella.

En Quinta Crespo, además, se les obliga a limpiarse las manos con una solución de agua y cloro y se les mide la temperatura con un termómetro digital, pues la densidad de clientes es mucho mayor.

Debido a la diáspora, que ha supuesto la emigración de unas 5 millones de personas, la mayoría jóvenes, son muchos los adultos mayores que deben hacer sus compras personalmente. A ellos, con más razón, se les hace cumplir con las normas de prevención, pues son los más vulnerables a este perverso coronavirus.

Además de alimentos perecederos, las fábricas abastecen a Caracas de otros productos como refrescos, bebidas en polvo, alimentos empaquetados y golosinas.

Sí hay alimentos disponibles en Caracas. En cuanto a precios, estos han aumentado cerca de 15% desde el inicio de la cuarentena, sobre todo porque a los productores se les hace más engorroso traer su mercancía, debido a los horarios y a las normas impuestas.

Con acceso a la gasolina

A pesar del férreo control impuesto en Venezuela sobre la gasolina, que provoca colas de kilómetros de autos particulares, los camiones que transportan alimentos son considerados prioritarios para el abastecimiento de combustible.

Los camiones cargados de víveres tampoco tienen limitaciones en el movimiento dentro de la ciudad. Es decir, pueden transitar entre municipios (que a veces se cierran), a cualquier hora.

Tanto el suministro de combustible como el libre tránsito garantizan el trabajo de esas personas que abastecen a Caracas y otras grandes ciudades de Venezuela.