Economía

Huelga general contra los planes de austeridad del gobierno de Tsipras

El gobierno de izquierda radical de Alexis Tsipras enfrentaba el jueves su primera huelga general, convocada por los sindicatos contra las nuevas medidas de austeridad exigidas por los acreedores de Grecia, durante la cual se produjeron algunos incidentes.

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El paro, de 24 horas, recibió el paradójico apoyo del partido de Tsipras, Syriza, que denunció “las políticas antisociales” reclamadas por la Unión Europea, el FMI, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Europeo de Estabilidad.

Unos 20.000 manifestantes se manifestaron poco antes del mediodía en Atenas y unos 8.000 en Tesalónica (norte).

Cerca de la plaza Syntagma de la capital, unos 150 jóvenes con barras de hierro y trozos de mármol atacaron comercios, destrozaron paradas de autobuses e incendiaron un vehículo de la compañía de telecomunicaciones OTE, antes de que la policía los dispersara con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras, comprobó la AFP.

La huelga contra las alzas de impuestos y los proyectos de reforma del sistema de pensiones paralizó los servicios públicos y el sistema de transportes, incluyendo los aéreos, con decenas de vuelos domésticos anulados.

El funcionamiento de los hospitales se limitaba a los servicios de emergencia y los museos y sitios arqueológicos permanecían cerrados.

El paro contó igualmente con amplia adhesión entre los periodistas.

“Luchamos contra medidas gubernamentales que perpetúan relaciones sociales dignas de la Edad Media”, afirmó el sindicato GSEE, del sector privado.

En Atenas, el primer desfile del día fue organizado por el sindicato PAME, cercano al Partido Comunista (KKE), con unos 10.000 participantes, según estimaciones de la policía.

Luego marcharon unos 2.000 adherentes de las centrales GSEE y Adedy (sector público), con un féretro sobre el que habían escrito “Trabajadores por cuenta propia, Técnicos, Comerciantes”.

Otra columna, encuadrada por partidos y movimientos de izquierda, congregó a unas 4.000 personas, de la cual aparentemente se desprendieron los grupos de jóvenes incontrolados.

-Misión de acreedores-

El paro se efectúa en coincidencia con la presencia en Atenas de una misión de supervisión de las reformas prometidas por Grecia en julio pasado, a cambio de un rescate de 86.000 millones de euros, escalonados en tres años, y de la permanencia del país en la zona euro.

Ese rescate fue el tercero, después de los de 2010 y 2012 por un total de 240.000 millones de euros, condicionados a curas de austeridad que según el parecer general en Grecia estuvieron a punto de matar al paciente.

El desempleo tuvo en septiembre un reflujo de medio punto porcentual, pero sigue afectando a casi un cuarto de la población activa (24,6%) y a casi la mitad de los jóvenes (47,9%), según datos oficiales divulgados este jueves.

Tsipras, que llegó al poder con un programa antiausteridad, renunció en agosto, pero fue reelecto en septiembre, con una mayoría que ya no incluye el ala más crítica.

Ahora enfrenta nuevas presiones para adoptar otras medidas impopulares, so pena de no recibir el próximo tramo del rescate, de 2.000 millones de euros.

Las discusiones gravitan principalmente en torno a las estimaciones de los precios tope de las viviendas cuyos propietarios no podrán ser desalojados por hipotecas impagas.

Tsipras espera cierta clemencia de los acreedores, para evitar un empobrecimiento mayor de una población vapuleada por años de recesión y ajustes.

También hay desacuerdos sobre el trato de las deudas morosas de los bancos.

El ministro de Economía, George Stathakis, sostuvo sin embargo el miércoles por la noche que podría alcanzarse un acuerdo esta misma semana.

“Creo que habremos cerrado todos los temas el sábado”, declaró.

-Syriza ¿oficialista y opositor?-

Los nuevos ajustes contemplan recortes en las jubilaciones, para poder seguir financiándolas.

Altos funcionarios dejaron entrever una poda en las pensiones superiores a los 1.500 euros mensuales.

“Estoy protestando porque el gobierno nos toma por necios. Soy una jubilada y no tengo la menor idea de lo que me quedará de pensión”, dijo Maria Athanassiadou, una participante en la marcha del GSEE, electora del Pasok (socialistas).

Las concesiones hechas por Tsipras dividen a su partido.

De hecho, Syriza llamó a adherir a la huelga, denunciando “las políticas antisociales, de un neoliberalismo extremo”.

Las redes sociales ironizaban sobre esa paradoja.

“Estoy confundido. ¿Estamos marchando junto a Alexis para derrocar a Tsipras, o junto a Tsipras para derrocar a Alexis?”, se preguntaba un internauta.

Tsipras alega que los ajustes representan un “penoso compromiso” y un “repliegue táctico”, para evitar la bancarrota del país y la salida de la zona euro.

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