Venezuela

Informe ONU: Las OLP mataron a 505 personas, casi todas desarmadas

La ONU incluye en su informe a las Operaciones de Liberación del Pueblo (OLP) como parte de las violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de Nicolás Maduro. Las considera ejecuciones extrajudiciales, con extrema fuerza policial y militar. La mayoría de los asesinados estaban desarmados y rodeados de funcionarios

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OLP

Con comandos policiales y militares que irrumpían casi siempre de madrugada en barriadas caraqueñas, el gobierno de Nicolás Maduro mató, por lo menos, a 505 personas, sin juicio previo y casi siempre desarmados. Estas acciones se enmarcaron en lo que se llamó Operaciones de Liberación del Pueblo, OLP.

Las OLP comenzaron cinco meses de las elecciones al Parlamento, en diciembre 2015. Luego, tras un operativo de particular brutalidad en Barlovento, cambiaron a OLHP u Operación de Liberación «Humanista» del Pueblo.

Por la manera de matar, con abuso de fuerza y en condiciones innecesarias, la Misión Independiente de las Naciones Unidas las consideró, en su informe, como otra más de las violaciones a los Derechos Humanos del gobierno de Maduro.

Constitucionalmente, en Venezuela no existe la pena de muerte. Pero matar, e ir con la intención de hacerlo, sin ningún tipo de defensa de parte del otro es prácticamente lo mismo. En Estados Unidos, donde sí está permitida la pena de muerte en algunos estados, en 2019 se ejecutó a 25 personas y se condenó a 35.

La OLP según la ONU

En el informe de la ONU, las OLP son mencionadas con frecuencia. Les dan una intención política, más que social.

«Anunciadas oficialmente cinco meses antes de las elecciones a la Asamblea Nacional de diciembre de 2015, las OLPs fueron, de acuerdo a lo sugerido por varios analistas, un esfuerzo por ganar popularidad electoral al mostrar resultados en la lucha contra la delincuencia.

Los representantes del Gobierno afirmaron que existían vínculos entre las bandas delictivas a las que se dirigían las OLPs y algunos actores e intereses políticos. Por ejemplo, en el decreto presidencial de mayo de 2016 por el que se declara el estado de excepción se hace referencia explícita a las recientes actuaciones de los cuerpos de investigación y de seguridad del Estado, en el marco de las OLPs, que han detectado ‘la existencia de grupos criminales armados […] estableciendo su vinculación a actores e intereses políticos'».

La ONU divide en dos las fases de las OLP, uno desde julio de 2015 y otra a partir de mayo de 2016. Luego establecen que en enero de 2017 pasaron a llamarse OLHP. Pero al final, para las conclusiones y el recuento, las consideran como una misma cosa.

De nuevo, como en el resto de las violaciones a los Derechos Humanos que establecen en su largo informe de 463 páginas, la ONU asegura que Maduro ordenaba las operaciones o estaba al tanto de ellas.

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«Las OLPs se caracterizaron, en parte, por el uso mixto de fuerzas militares y policiales en una sola operación. Las declaraciones oficiales en 54 vídeos de operaciones confirman la participación de un gran número de fuerzas militares, policiales y de inteligencia combinadas.

En los barrios de El Cementerio y la Cota 905 se vivió una de las más mortíferas OLP. Foto Daniel Hernández

En 19 ocasiones documentadas por la Misión, los representantes del Estado declararon públicamente que el Presidente (Maduro) ordenó la operación. El Presidente se refirió explícitamente a las OLPs en 26 declaraciones públicas analizadas por la Misión1. En 18 ocasiones, el Ministerio del Interior presentó los resultados operacionales logrados durante las OLPs (…)».

Diferentes a otras muertes

«Las OLP/OLHPs se diferencian de otros casos de asesinatos cometidos por las fuerzas policiales en lo siguiente:

1) La participación de fuerzas militares y policiales mixtas.

2) Un alto perfil público de las operaciones.

3) Una gran inversión de recursos; y

4) Un gran número de detenciones arbitrarias.

Por lo demás, en particular en lo que respecta al modus operandi de las propias ejecuciones extrajudiciales, las OLPs siguieron patrones similares a las de otros casos examinados«.

En casi todo el país

«Las OLPs se lanzaron en el marco de una política de seguridad nacional que se implementó en 19 de los 24 estados. De los casos examinados por la Misión, la mayoría tuvo lugar en el área metropolitana de Caracas (26) y en los estados de Miranda (18) y Carabobo (14).

Otros estados en los que se llevaron a cabo OLPs/OLHPs fueron Bolívar (12); Anzoátegui (8); Portuguesa (7); Aragua (6); Nueva Esparta (6); Táchira (5); Falcón (5); Zulia (5); Lara (5); Monagas (4); Barinas (3); Mérida (3); Cojedes (3); Trujillo (3); Apure (2); Vargas (2); Sucre (1); Amazonas (1) y Yaracuy (1).

Modus operandi del terror

Un patrón común es que las OLPs iniciaban en las primeras horas de la mañana, a menudo antes del amanecer, y que las fuerzas de seguridad bloqueaban las calles de los barrios para restringir el tránsito de personas.

En algunos casos, las fuerzas de seguridad tenían el rostro cubierto. En las operaciones participó personal de seguridad de ambos sexos. Las OLPs se llevaron a cabo principalmente en barrios urbanos de bajos ingresos.

Según fuentes oficiales, se produjo un elevado número de muertes durante las OLP/OLHPs. En sus investigaciones, el Ministerio Público identificó al menos 505 personas muertas durante las OLPs (502 hombres, tres mujeres, incluidas 27 personas adolescentes).

OLP

En los 140 casos examinados por la Misión, 413 personas fueron asesinadas (306 hombres, entre ellos 16 menores de edad y tres mujeres). No se disponía de información sobre el sexo de 104 víctimas.

En 52 casos se registraron entre una y tres muertes, en 36 casos se registraron entre cuatro y nueve muertes en una sola operación y en ocho casos hubo diez o más muertes en una sola operación».

«Las OLP/OLHPs presentaron un patrón claro en el que las autoridades gubernamentales afirmaban que las muertes tuvieron lugar durante un ‘enfrentamiento’ o en medio de ‘resistencia a la autoridad'».

La Misión de la ONU refuta, en su informe, la defensa de las fuerzas militares y policiales de decir que las víctimas fallecieron en «enfrentamientos». De hecho no solo rebate esto, sino que da a sugerir que es simplemente una excusa repetida automáticamente.

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Primero fueron detenidos

«En la mayoría de los casos, familiares de las víctimas mortales (de las OLP), incluidas las mujeres, las personas mayores y menores de edad, fueron sacados de sus viviendas por las fuerzas de seguridad, por lo que hubo pocas personas que fueran testigos oculares de la muerte.

Sin embargo, la información sugiere que las fuerzas de seguridad utilizaron fuerza letal contra la víctima cuando no era estrictamente necesario para proteger vidas.

En cinco casos investigados por la Misión, las personas familiares y otras que presenciaron los hechos vieron por última vez a la víctima con vida bajo el control de varios agentes de seguridad armados, lo que lleva a pensar que le habría sido difícil acceder a un arma y/o escapar de los agentes.

Este fue el caso, por ejemplo, de un adolescente del barrio Jardines del Valle en Caracas, que fue visto vivo por última vez por su familia en su cama en ropa interior, rodeado de agentes de policía.

Disparos certeros y a quemarropa

Las víctimas recibieron disparos fatales en áreas vitales, a veces a quemarropa. La Misión revisó 18 informes de autopsia, relacionados con 35 víctimas, en los que predominaban los disparos a la cabeza, el cuello y el tórax.

Los disparos mortales sugerirían que las fuerzas de seguridad no intentaron emplear métodos no letales de control, desescalada o contención antes del uso de la fuerza letal».

Policías y militares a salvo

Otra de las observaciones que hace la ONU para rebatir que hayan sido enfrentamientos, tiene que ver con las lesiones a los funcionarios.

«Muy pocos agentes de las fuerzas de seguridad murieron o fueron heridos en las OLPs, lo que podría sugerir la ausencia de una confrontación armada. En los 140 casos examinados por la Misión, solo 12 oficiales de seguridad resultaron heridos (en cinco operaciones). No se informó de ninguna muerte.

Las personas que fueron testigos de los operativos afirmaron que las fuerzas de seguridad intentaron sembrar pruebas para que pareciera que se había producido un enfrentamiento o un delito.

Un joven dijo: “Yo estaba con mi esposa, […] la mandaron para afuera, cerraron la puerta […] Me pusieron un arma en la mano, como para ellos justificar que era un enfrentamiento […] Te vamos a matar si no nos dices donde está éste y el otro, porque tú también eres un malandro de aquí».

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