El detenido es Kengo Satake, un transportista de 48 años de la ciudad de Nagoya (centro del país).
«Lo apuñalé porque no estudiaba», explicó Satake a los agentes que lo interrogaron tras su detención, según ha detallado un portavoz policial a medios locales.
El hombre fue detenido aproximadamente una hora después de que acuchillara a su hijo, Ryota, en el pecho con un cuchillo de cocina el pasado domingo.
El niño murió a causa de la gran pérdida de sangre que le provocó la herida en el pecho, según la policía.
El hombre explicó a las autoridades que estaba preocupado porque su hijo no estaba estudiando para los exámenes que se realizan con cada cambio de ciclo escolar en Japón, y de cuyos resultados depende el ser aceptado o no en colegios de mayor prestigio, ya sean públicos como privados.
Satake aseguró que quería que su hijo, que cursaba este año sexto de primaria y debía realizar el examen para el cambio de ciclo a principios de 2017, pudiera acceder al mismo colegio privado de secundaria al que él asistió de niño en Nagoya.
Japón es conocido por la presión que suelen ejercen muchas familias sobre los estudiantes para obtener los mejores resultados académicos posibles.
El archipiélago cuenta además con una extensa red de academias extraescolares que ayudan a preparar los exámenes de acceso y de la que echan mano más del 90 por ciento de los alumnos de secundaria.
Estas convocatorias para el cambio de ciclo académico o para el acceso a la universidad se conocen popularmente en Japón como «shiken jigoku» («el infierno de los exámenes»).