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Irán 1-0 Venezuela: La búsqueda de algo más que orden

YouTube, la alternativa. Para poder ver el juego amistoso que disputó la Selección Nacional en Nimega, Holanda, hubo que apelar a la red social y a la narración en persa para poder observar el encuentro.

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Foto referencial: AFP | Archivo

Es cierto que 30 mil dólares por un amistoso a puerta cerrada es bastante plata para que alguien en el país nos pudiera complacer con la transmisión del choque. Otra consecuencia más de la crisis.
Con los gritos también en persa de algunos presentes en el estadio (extrañamente) que no eran periodistas, Irán y Venezuela ofrecieron un juego de parejo nivel, donde el interés, en el caso criollo, era continuar apreciando el crecimiento en el juego demostrado en las últimas cuatro fechas de las eliminatorias mundialistas, además de apreciar nuevas alternativas en distintas posiciones (sin Rincón ni Josef Martínez, había que ver quiénes asumían sus importantes roles en el once).
Novedades llamativas: Machís y Figuera recuperaban protagonismo. El segundo se acomodaba como escudero de Yangel en la primera línea de volantes, lo que brindaba más libertad al subcampeón del mundo Sub 20 para generar juego, una faceta (la de mixto) en la que destacó en la selección juvenil. Quijada y Wilker Ángel repetían como defensores y Ronald Hernández tenía su primera prueba seria como lateral derecho. Añor sería el lanzador en un claro 4-2-3-1, insistiendo con Salomón Rondón en el frente de ataque.
Irán tuvo la pelota. Venezuela había demostrado en los últimos encuentros que sin ella, es más peligrosa. Sin embargo, con nuevos intérpretes, el equipo de Dudamel tuvo un primer tiempo aceptable: a pesar que los persas encontraban espacios en defensa, sobretodo porque explotaban el tránsito por el medio que permitían Figuera y Yangel (no carburó esta pareja, dejaron muchas libertades en el manejo), Venezuela mostró que utilizar el pelotazo ya no es un recurso de salida y con transiciones rápidas pisaba pronto el área rival. Añor se fue difuminando en la conducción y Machís atacaba con mucha fuerza y voluntad pero sin precisión.
Quijada es una apuesta arriesgada. El lateral es un arma valiosa por arriba para el ataque y para repeler bombardeos, pero suele ser superado cuando enfrenta el doble ingreso del lateral y el volante externo rival, como pasó ante Irán. Es necesario un relevo para apoyarle. Consolidar cuatro nombres delante de Fariñez será fundamental para evitar imprecisiones y estos amistosos deben servir para apuntar los elegidos.
Contreras y Soteldo de entrada para el segundo tiempo y ambos fueron actores principales, el primero en lo negativo y el segundo en lo positivo. Venezuela arrancó adelantando líneas, tratando de ganar posesión y dominio de juego y fue sorprendido con una pelota profunda que el meta apureño se animó tardíamente a salir a buscar. En ese error puntual, de los pocos que cometió la Vinotinto en el juego, el contrario, un equipo mundialista muy experimentado, vacunó el tanto que le permitió ganar en el resultado final.
Venezuela demoró en reaccionar y lo hizo justo cuando había que comenzar a rotar otros nombres en el once en cancha. Irán, una selección bien estructurada con muy buen juego, similar a cualquier equipo que pelea repechaje en Europa, retrasó posiciones y Dudamel le dio dinámica al equipo para mejorar en la creación. Soteldo, el mejor en la tarde europea, llevó igual peligro bien por el medio o por la banda izquierda, cuando le tocó alternarse con Salomón Rondón en esa función por el ingreso de Blondell, el atacante sensación en Venezuela, en el centro de la delantera. Muy poco tiempo por cierto, para evaluar al punta del semifinalista del Clausura, Monagas.
El de Nimega era un partido para conocer qué puede hacer el equipo cuando tiene la pelota y sí, lo intentó. Hubo ocasiones generadas por el encuentro de los creativos que a punto sirvieron para la igualada en la segunda mitad. Ante la ausencia en la convocatoria de Rómulo Otero, la pegada de Ronaldo Lucena se hizo notar, además de mejorar el funcionamiento de la zona media con el nuevo jugador de Atlético Nacional en el campo. Es lógico: el feeling con Yangel viene de hace tiempo. Con Soteldo en acción, al menos por sensaciones Venezuela fue más que el contrario.
Salomón no tuvo ocasiones claras, salvo un zapatazo arriba en la primera mitad. Y angustia ya, en demasía, que destaque en funciones que no son propias en su rol de goleador. No se niega su capacidad de sacrificio, pero termina no quedando claro si él está para meterlas o crearlas. Y la duda es porque terminan los partidos y la pregunta sigue siendo la misma.
Queda la asignatura pendiente de ver a Venezuela jugar de acuerdo a las características e individualidades que ofrecen sus futbolistas. En la dinámica, en el manejo de varias alternativas, está el éxito en el fútbol. Estamos a la espera de ese paso que supere el orden por el protagonismo y la generación de sensaciones de superioridad sobre los rivales. No es soplar y hacer botellas, pero a ello se debe apuntar.
Los partidos darán la oportunidad para seguir consolidando esa idea de juego que necesita Venezuela para asumir los próximos retos. Es fundamental seguir jugando, que sigan juntándose y haciendo fútbol. No desaprovechar ninguna fecha FIFA. Ojalá que ésta no sea la última reunión de internacionales en 2017 porque hay que seguir trabajando para encontrar el juego y el equipo.]]>

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