Internacionales

Isabel II, una reina que hace historia

La jefa de Estado del imperio británico por 64 años es parte de la historia mundial. En su largo reinado fue testigo de la desintegración de su imperio, la hostilidad republicana a su figura y la impopularidad de la Casa Real hasta renacer hoy, a sus 90 años de edad, como un símbolo de historia, tradición y referente para las demás monarquías

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“Declaro ante ustedes que mi vida entera, sea corta o larga, estará consagrada a su servicio y el de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos”, dijo en 1947 la joven Elizabeth Alexander Mary Windsor sin presagiar que en tan sólo cinco años sería la monarca británica y que efectivamente entregaría su vida por más de 64 años al trono y al servicio de los ciudadanos.
La hoy nonagenaria Isabel II ha vivido y sufrido los cambios del mundo y su reinado, altamente popular, ha estado marcado por muchos triunfos y no pocas adversidades.
Nacida en el 17 de Bruton Street en Mayfair, Londres, la hoy jefa de Estado del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte no estaba destinada para gobernar. Era la tercera en línea de sucesión detrás de su tío Eduardo VIII, quien abdicó por amor para casarse con la plebeya y divorciada estadounidense Wallis Simpson, y su padre el futuro rey Alberto, el famoso tartamudo representado por Colin Firth en la película “El discurso del Rey”, nombró a su hija mayor como la heredera del trono.
El 6 de febrero de 1952 inició el reinado de Isabel II tras la muerte de su padre por cáncer de pulmón. Sin saberlo, la joven de 25 años de edad, comenzaría el que es hoy el período más largo de un soberano británico con la corona de San Eduardo, 64 años, uno más que su tatarabuela la famosa reina Victoria.
Pero no todo ha sido fácil para Isabel II. Antes de ocupar el trono vivió los bombardeos de los nazis y la escasez de la guerra. Para casarse debió recolectar cupones para conseguir los materiales tanto de su vestido como de su torta de matrimonio.
El Imperio Británico se estaba desintegrando, seguía la descolonización en Asia, África y América e internamente tuvo que afrontar el cambio de la sociedad, estructurada y muy clasista a una más igualitaria, que muchas veces se pregunta para que sirve la monarquía.
A pesar de ello la reina vivió durante dos décadas con relativa calma, pero la adversidad se personalizó el 29 de agosto de 1979, el tío de su esposo, Lord Mounbatten, fue asesinado en un atentado el Ejército Republicano Irlandés. Dos años más tarde en junio de 1981, durante un desfile de tropas para celebrar su cumpleaños, un hombre le disparó con un arma con salvas y en 1982 un intruso irrumpió en su habitación.
Una década después sobrevino el peor año de su vida, el que llamó su Annus Horribilis. Sus hijos la princesa Anna y Andrés se divorciaron, este último por la infidelidad de Sarah Ferguson al príncipe ampliamente reseñada en los tabloides. Por su parte la princesa Diana publicó un libro en el que señalaba su infelicidad y el inminente colapso de su matrimonio. La misma reina soportó supuestas infidelidades del duque de Edimburgo. Además se produjo un gran incendio en el castillo de Windsor.
Pero su peor momento de popularidad fue en 1997 cuando Diana, despojada de su título, pero conocida por todos como la princesa del pueblo murió en un accidente de tránsito en París al ser perseguida por los paparazzi.
La reina que estaba de vacaciones en el Castillo de Balmoral, en Escocia, con el príncipe Carlos y los hijos de Lady Di, William y Harry, se mantuvo en silencio en los días siguientes. Su falta de respuesta fue muy criticada por el pueblo que la lloraba. Se dieron rumores sobre su negativa a que se le diera un funeral real.
Una semana después al volver a Londres, tras atender a sus nietos, la reina declaró que Diana era un ser humano excepcional.
Fue el peor momento ante sus súbditos, en especial cuando sus detractores señalan que le cuesta a las arcas nacionales 410 millones de euros anuales, pero tras la muerte de la princesa se inició una etapa de modernización y cercanía a sus ciudadanos que la ha devuelto a altos niveles de popularidad.
Quince años después, en 2012, la monarca celebraba su jubileo de diamante –60 años reinado– y aparecía en el video inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres junto al notorio personaje de cine y defensor de los intereses de majestad, el agente 007 James Bond, interpretado para el momento por Daniel Craig.
Es innegable que los británicos valoran y se enorgullecen de sus símbolos y de la Casa Real. Una encuesta realizada en 2015 por YouGov señaló que Isabel II era la monarca más popular de la historia de Reino Unido con 27% de apoyo, el doble de lo que recibió su tatarabuela la reina Victoria con 12%.
Los festejos
Las celebraciones por los 90 años de la reina se harán en tres meses distintos. Los festejos usualmente se hacen en dos tiempos, su cumpleaños natural el 21 de abril y el oficial en junio cuando su país tiene mejor clima. La primera celebración es usualmente privada en el Castillo de Windsor y en el Palacio de Buckhingham, aunque para esta ocasión asistirá a ciertos compromisos y encuentros con el público en áreas cercanas a Windsor. Cercano a la fecha se esperan documentales de cadenas televisivas como ITV y BBC que entrevistaron a miembros de la Casa Real y de su relación con la monarca.
Para el 12 al 15 de mayo inician las celebraciones con fiestas en el Castillo de Windsor, a la que podrán asistir hasta 25.000 personas que compraron sus entradas en noviembre del año pasado.
“Durante 90 minutos, 900 caballos y 1.500 participantes del Reino Unido y el mundo crearán un gozoso evento para la reina”, señala la página oficial del evento. Agrega que este viaje representará los 90 años desde el nacimiento de la reina, su vida a través de la II Guerra Mundial, su matrimonio, la coronación y sus 64 años como soberana.
Los organizadores del evento, los mismos de su jubileo de Diamante como soberana en 2012, afirman que el final será un calidoscopio de memorias y logros.
En junio, cumpleaños decretado de la monarca, habrá un fin de semana de festejos para celebrar el aniversario de vida de la reina y el 95 aniversario del esposo de Isabel, el duque de Edimburgo.
El 10 de junio se hará un servicio de acción de gracias en la catedral de San Pablo. Al día siguiente se hará el habitual desfile militar en honor a la reina en el que la soberana inspeccionará las tropas de la Guardia Montada detrás de Whitehall y posteriormente la familia real se trasladará en carruaje al Palacio de Buckingham donde se mostrará en los balcones del edificio.
Pero no todos las celebraciones pertenecen a la monarquía. El primer ministro británico David Cameron informó que se extendió un permiso para que los “pubs”, los tradicionales bares británicos, puedan cerrar más tarde de las 11:00 pm las noches del 10 y el 11 de junio.
El 12 de junio es el día más importante de festividades. Ese domingo el Mall, la mayor de las avenidas de Londres, será el lugar de la fiesta con 10.000 invitados para un picnic con artistas callejeros y actos de circo. La reina y el duque de Edimburgo participarán en el evento en una plataforma levantada frente al memorial de la reina Victoria en frente al palacio de Buckingham. El propósito del evento además de celebrar la vida de Isabel II, es contribuir con las más de 600 organizaciones de caridad que ella encabeza.
Su reinado persiste, tal como dijo en 1947, al servicio de su nación y aún ahora 64 años después lo sigue reafirmando: “La verdadera medida de todas nuestras acciones es que tanto permanece el bien que hace”.]]>

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