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Italia abre sus fronteras para levantarse del coronavirus

Italia, uno de los países del mundo más arrasados por la pandemia de codiv-19 y el hundimiento global de la economía a causa del coronavirus, intenta salvar su industria turística mientras se acerca la temporada del verano. Aunque no ha terminado la crisis sanitaria, ya permite el ingreso de extranjeros y abre vuelos a América y Europa.

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ANDREA MEROLA |EFE/EPA

Italia reabrió sus fronteras a los turistas europeos este miércoles, un mes después de la reanudación progresiva de la actividad en el país que espera, con la llegada del verano, salvar su industria turística, un sector clave de su economía socavado por la pandemia.

«El país vuelve a vivir», anunció el ministro para los Asuntos regionales, Francesco Boccia, quien recordó el «sacrificio de todos» y en particular de los trabajadores del sector de la salud.

Los aeropuertos de Roma, Milán y Nápoles han sido abiertos para los vuelos internacionales, entre ellos a Madrid, Barcelona y Nueva York.

Varios pasajeros circulaban en las salidas y entradas del principal aeropuerto de la capital, Fiumicino, donde al menos 30 vuelos estaban programados, constató la AFP.

Siempre nos queda Venecia

Las góndolas pueden surcar los canales de Venecia, los enamorados imaginarse que son los nuevos «Romeo y Julieta» en los balcones de Verona. Desde el lunes, el Coliseo de Roma o los Museos del Vaticano reciben de nuevo a los visitantes.

En la hostelería temen que los turistas no lleguen este año a Italia, uno de los países de Europa más afectados por la pandemia del nuevo coronavirus que ha dejado más de 33.500 muertos. Lombardía (norte) fue  el epicentro europeo de la pandemia.

El gobierno autorizó también a partir de este miércoles 3 de junio la libre circulación entre las 20 regiones. Pero se mantienen las prohibiciones de grandes congregaciones y la obligación de llevar mascarilla en los lugares cerrados y en los transportes públicos.

El fútbol, otro símbolo de la identidad y el empuje de Italia, regresará el 20 de junio.

«Regreso a mi casa después de tres meses de espera», contó una joven de Calabria (sur) que esperaba que le tomaran la temperatura en la estación central de Milán.

Según las autoridades el flujo de trenes y automóviles por las autopistas de la península resultaba regular.

Seguridad y transparencia

La crisis sanitaria «no ha terminado», alertó el martes, día de la fiesta nacional, el presidente de la República, Sergio Mattarella, que elogió la «unidad» de su país ante el «enemigo invisible».

Desde Codogno, en Lombardía, donde surgió el virus a mediados de febrero en Italia, Mattarella exhortó al país a levantarse con la «solidaridad y valentía» que demostró en estos tiempos difíciles.

Italia impuso el confinamiento a principios de marzo esto y desde entonces ha visto caer el número de casos regularmente. Pero el país tiene que hacer frente ahora a la peor recesión desde la II Guerra Mundial, y una necesidad imperiosa de que regresen los turistas.

El jefe de la diplomacia italiana Luigi Di Maio anunció que viajará este fin de semana a Alemania, Eslovenia y Grecia para tratar de convencerlos de que Italia es un país seguro para los turistas. Este miércoles tiene previsto recibir a su homólogo francés Jean-Yves Le Drian.

«Italia está preparada para recibir extranjeros, con seguridad y con la máxima transparencia sobre las cifras», aseguró Di Maio.

Las personas que lleguen a Italia procedentes de Europa no tendrán que aislarse, a menos que hayan viajado recientemente de otro continente.

Las medidas de confinamiento tienen un efecto devastador en el turismo italiano, que representa en torno al 13% del producto interno bruto (PIB).

Los restaurantes, cafés y balnearios han abierto lentamente durante las últimas dos semanas. No obstante, el gobierno declaró que se reservaba el derecho de imponer el cierre localizado en caso de que rebrote la epidemia.

El regreso de los turistas

Solo 40 de los 1.200 hoteles de Roma han abierto, explicó el lunes el Corriere della Sera, y solo una docena en Milán, ya que los propietarios consideran que es demasiado caro abrirlos para que permanezcan vacíos.

«Tenemos reservas sólo desde mediados de junio. Registramos muchas cancelaciones», contó a la AFP la recepcionista del céntrico Hotel del Senado, al lado del Panteón romano.

La agencia nacional de turismo declaró que cerca del 40% de los italianos pasan habitualmente sus vacaciones en el extranjero. Pero este año podrían decidir pasarlas en su tierra, lo que ayudaría a las empresas locales.

«Hay que aprovechar este momento único en Roma», confesó una pareja de recién casados mientras se tomaba fotografías frente a la célebre fuente de Trevi, excepcionalmente sin turistas.

Los museos o lugares turísticos como la Torre de Pisa, las ruinas romanas de Pompeya o la Galería degli Uffizi de Florencia han abierto sus puertas en los últimos días. Pero todavía siguen esperando el regreso de los turistas extranjeros.

Los ciudadanos que provengan de los países de la zona Schengen no tendrán que cumplir la cuarentena obligatoria. Italia aspira a que esta decisión sea recíproca, ya que una buena parte de los países han anunciado vetos a los italianos.

Alemania también comienza

Por su parte, el gobierno alemán decidió este miércoles poner fin a partir del 15 de junio a las restricciones para los viajes turísticos en Europa decretadas a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus, informó el ministro de Relaciones Exteriores.

«El consejo de ministros decidió no prolongar las advertencias sobre los viajes» con destino a países de la Unión Europea (UE) y países asociados. En cambio decidió reemplazarlas por «recomendaciones» a los viajeros dependiendo del país de destino, dijo Heiko Maas en una rueda de prensa en Berlín.

Esto no significa que los viajes sean posibles a partir del 15 de junio a todos los países. Noruega prevé prolongar sus restricciones más allá de esa fecha, España planea recibir nuevamente turistas extranjeros a fines de junio, subrayó el ministro

Las recomendaciones para esos países serán publicadas una vez que estos levanten sus propias restricciones.

La primera economía europea había lanzado «advertencias» a los viajeros mundiales, generalmente reservadas a los países en guerra o políticamente inestables, a mediados de marzo con el objetivo de desacelerar la propagación del nuevo coronavirus.

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