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Jair Bolsonaro, ¿el Trump de Brasil?

Los dos llamaron la atención por su retórica polémica y a menudo agresiva, han sido acusados de misóginos y racistas, son enemigos de la prensa tradicional y supieron aprovechar las redes sociales como pocos. ¿Es Jair Bolsonaro el Donald Trump de Brasil?

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Con un discurso de defensa de la familia tradicional, los valores patrióticos y el porte de armas para enfrentar la criminalidad, Bolsonaro logró 46% de los votos en las elecciones del domingo, 17 puntos de ventaja sobre el izquierdista Fernando Haddad (29%), quien ahora deberá tejer alianzas si quiere tener chances de vencerlo en el segundo turno, el 28 de octubre.

Un ascenso meteórico para este excapitán del Ejército y diputado de 63 años famoso por sus exabruptos, lo que le ha valido a menudo el apodo de «el Donald Trump brasileño».

Para Joao Feres Júnior, profesor de ciencia política de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (UERJ), el fenómeno Bolsonaro tiene similitudes con el del presidente estadounidense.

«En primer lugar por la figura mediática, histriónica, de un candidato que no sabe nada de política pública, que habla mal y que de alguna forma tiene un carisma un poco inexplicable que atrae particularmente a un tipo de electorado. Un electorado con tendencias fascistas, que cree que la solución a todos los problemas sociales es la eliminación del otro», opinó.

Pero sus votantes tienen perfiles diferentes, indicó. «Gran parte del electorado de Trump son blancos pobres; en el caso de Bolsonaro, el electorado está más integrado por personas de clase media y clase media alta blanca».

‘Outsider’, pero no tanto

«Bolsonaro representa una serie de sentimientos, de rechazo al establishment, en ese sentido muy parecido con Trump», sostiene por su parte Guilherme Casarões, profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas (FGV).

Pero el magnate estadounidense no tenía ninguna experiencia política, en tanto que el exmilitar brasileño ocupa una banca de diputado desde 1991. Algo que no le ha impedido presentarse como un ‘outsider’, porque afirma que nunca tuvo poder en el Congreso.

Bolsonaro supo captar votos en un contexto de descreimiento con la política tradicional y de fuerte rechazo al Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó entre 2003 y 2016.

«Como otros partidos que deberían representar alternativas al PT están fuertemente vinculados al establishment, sus votos terminaron a favor de Bolsonaro», estima Casarões.

El rey de las redes

Otra diferencia, estiman los analistas, remite a la base de las dos candidaturas.

El estadounidense contó con la estructura del poderoso partido Republicano –y su financiamiento- en su campaña de 2016, mientras el brasileño representó al hasta ahora minúsculo Partido Social Liberal (PSL).

«Bolsonaro fue acogido por un partido muy pequeño e hizo campaña sin ninguna plataforma partidaria, con poco tiempo de televisión o fondos partidarios», subrayó Casarões.

Además, no pudo participar en actos públicos desde la puñalada en el abdomen que recibió en un mitin el 6 de septiembre.

Pero compensó esa ausencia con una exitosa utilización de las redes sociales: supera los 7 millones de seguidores en Facebook y 4,2 millones en Instagram.

«Bolsonaro consiguió lo que ningún otro candidato logró. Y eso ya viene desde hace mucho tiempo. Construir su campaña básicamente en las redes sociales, a través de Whatsapp y Facebook», señaló Casarões.

Trump usa permanentemente Twitter como la principal forma de expresar sus opiniones, en un explícito rechazo a los medios tradicionales, a los que considera deshonestos e injustos.

En el caso de Bolsonaro -quien también suele acusar a los medios brasileños de propagar «fake news» (noticias falsas)- su principal arma de difusión fue Facebook, la red más usada del país con 127 millones de usuarios activos, pero sobre todo Whatsapp, con unos 120 millones de usuarios.

 «Trump es un ejemplo»

El propio candidato a la presidencia de Brasil no esconde su admiración por el mandatario estadounidense.

«Trump es un ejemplo para mí. Sé de la distancia que nos separa, pero pretendo aproximarme por el bien de Brasil y de Estados Unidos. Sirve llevar ejemplos de aquí a Brasil», dijo en octubre de 2017 durante un viaje a Estados Unidos en el que mantuvo conversaciones con inversores y brasileños radicados en ese país. Según el diario Folha de S.Paulo, no logró entonces un deseado acercamiento a la Casa Blanca.

Su lema de campaña «Brasil por encima de todo» recuerda el de Trump: «Hacer a Estados Unidos grande nuevamente».

Y su meta es estar cerca del estadounidense.

«Vamos a aproximarnos a las grandes naciones, vamos a hacer una política externa sin parcialidades ideológicas», prometió el domingo, tras conocerse los resultados.

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