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James Story: Maduro quiere negociar, pero nadie es ingenuo /Entrevista

“Creo que los dos lados están muy claros en lo que quieren. Ahora hay que sentarse a ver cómo pueden llegar a un acuerdo y cómo nosotros en la comunidad internacional podemos apoyar un proceso venezolano, de llegar ahí. Pero como he dicho muchas veces levantar sanciones a cambio de nada no tiene mucho sentido”, dice.

Entrevista a James Story
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Ratificado en diciembre por el Senado de Estados Unidos como embajador de los Estados Unidos de América para Venezuela, el diplomático de carrera James Story despacha desde Bogotá, Colombia, de manera virtual, es decir, a través de medios tecnológicos.

Como Zoom, la plataforma de moda que sustituye conversaciones personales y que permiten un remedo de confidencias, diálogos y conversaciones fluidas.

Desde allá accede a una breve entrevista con El Estímulo, como testigo de excepción de una época compleja para Venezuela, este país encadenado a una crisis perpetua que busca soluciones.

La posibilidad de conversaciones, diálogo, tal vez de una negociación entre el régimen chavista de Nicolás Maduro y las fuerzas democráticas abre algunas esperanzas para unos pocos. También despierta el escepticismo y el aburrimiento para muchos y siembra más desconfianza en otros.

Pero se supone que James «Jimmy» Story puede ayudar a esclarecer cuánto hay de realidad, cuánto hay de bloof o faroleo (como en las cartas) y cuánto de ilusiones y buenos deseos brilla en este escenario.

Pese a las limitaciones propias de la diplomacia, del verbo comedido y del poco tiempo de la entrevista para temas tan complejos, Story da algunas pistas sobre si es posible una negociación real que traiga cambios a Venezuela:

“Creo que sí. Nadie es ingenuo. Sabemos que es un grupo involucrado en narcotráfico, que tiene problemas de crímenes de lesa humanidad (denunciados por la ONU), asesinatos extrajudiciales, hasta la fecha 500 o más este año”, dice. Se refiere  al prontuario de violaciones de los derechos humanos de un régimen autoritario que se dice socialista.

También hay lo que Story califica como “problemas de transparencia, mal manejo, corrupción”.

“No son personas democráticas, pero tienen una lista de cosas que quieren”, dice sobre las exigencias formuladas por el propio Maduro para acceder a negociar.

Todo o nada

Esas demandas anticipadas por cierto bastarían para darle un portazo a cualquier posibilidad de negociación o diálogo: el chavismo pide que primero Estados Unidos levante las sanciones contra los personeros del régimen y contra la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

También reclama que se descongelen por anticipado las cuentas del gobierno venezolano en el exterior. Pero sobre todo,  que se reconozca ese gobierno de Maduro así como a la Asamblea Nacional electa en diciembre pasado sin que pudiera participar la oposición legítima.

Son justamente esos los puntos de honor para la comunidad internacional de unos 60 países, democracias de corte occidental, que no reconocen al gobierno de Maduro electo en 2018. Tampoco reconocen a sus instituciones porque todo el régimen salió de elecciones fuera del marco constitucional y con una oposición perseguida e inhabilitada.

“Obviamente hoy día Venezuela no funciona para nadie. No funciona para el pueblo venezolano, no funciona para los enchufados (sector privado allegado al chavismo), ni para el régimen”, dice Story sobre las razones que tendría Maduro para negociar.

“Lo que quieren ellos es legitimidad y levantamiento de sanciones,  y hay que hacer o intentar hacer un diálogo para lograr los cambios”, agrega.

“Una cosa es hacer algo tratando de buscar una fórmula y otra es no hacer nada. Creo que tanto la política nuestra, como la doméstica y la internacional siempre hay que revisarla… pensar coómo podemos encontrar una fórmula para convencer de hacer unos cambios”, dice.

Elecciones como arma política

Por el lado de los escépticos, muchos señalan que el chavismo ha usado los procesos electorales como una forma para atornillarse en el poder y a la vez dar una apariencia de democracia. De este modo en Venezuela se vota pero no se elige: cuando los resultados le han sido contrarios, al chavismo se los ha saltado y ha impuesto a dedo a funcionarios que ejercen las funciones públicas, burlando la voluntad de los electores.

“Todos tenemos también la historia. Y como dije nadie es tan ingenuo. Sabemos que cuando ganó la oposición la Asamblea Nacional (Congreso) en 2015 usaron al TSJ (Tribunal Supremo de Justicia), para quitarle sus funciones y colocaron la Constituyente”, dice.

Se refiere a la Asamblea Constituyente, creada por Maduro y no reconocida internacionalmente, que usurpó las funciones del poder legislativo. Terminó de convertir al parlamento opositor en un cascarón vacío, con diputados perseguidos, en el exilio o encarcelados.

En el pasado, cuando la oposición ganó gobernadores de los estados o alcaldías, les quitaron sus funciones, nombrando “protectores”, es decir, gobernadores o alcaldes chavistas de facto.

“Sabemos que ellos son antidemocráticos, pero no son todos. No es un bloque sólido de todos, es un grupo muy chiquitico”, dice Story sobre el estado actual del chavismo en el poder.

“El pueblo venezolano puede alzar la voz, juntarse a la plataforma democrática, el pueblo venezolano debería pedir sus derechos fundamentales y vamos a ver como podemos apoyar ese proceso. Es un proceso venezolano y deberemos buscar una forma de hacer algo porque los venezolanos merecen”, insiste.

Un rompecabezas

Muchos venezolanos de a pie sufren el apremio de una vida diaria cargada de limitaciones en un país sin expectativas de mejora y ven con desdén el mundo de la política. Algunos expertos y militantes de partidos políticos también dudan que haya en realidad avances en unas negociaciones.

Pocos saben en realidad qué está pasando en esas esferas tan ajenas a la cotidianidad.

“Debería llegar una negociación, un diálogo, eso es factible, puede pasar”, dice Story sobre el escenario actual.

“No voy a decir si será exitoso. Hay que generar la unidad interna y la unidad internacional para poner las piezas en orden, para poder tener una negociación que pueda llevar a la reinstitucionalización del país”, señala.

En busca de condiciones electorales

“También el régimen ha decidido ir adelante con elecciones regionales. Muchas personas van a participar y es bueno, la democracia lo exige. Pero lo que también necesita una democracia son las condiciones para que puedan participar en estas elecciones. Y también para que los que ganen puedan tener sus funciones constitucionales… o sea no vale mucho ser gobernador de un estado si hay un protector que tiene todo el poder”, dice.

“Parte de la negociación parte del diálogo es como generar confianza, como tener los requisitos mínimos para la participación y como tener garantías y un calendario para todas las elecciones”, revela.

Según se desprende de lo que puede decir Story, hasta ahora todo es muy preliminar pero hay voluntad entre las partes para llegar a una negociación.

“Lo que creemos nosotros es que sea una negociación entre Maduro y el pueblo de Venezuela; que las instituciones venezolanas funcionen para todos, no solo para los enchufados y algunas personas”.

El factor Noruega

“Todo el mundo sabe que los noruegos están entrando y saliendo de Venezuela, en esas conversación pendulares, para definir posiciones y colocar el mapa para que puedan tener un diálogo exitoso”, dice sobre la intermediación del Reino de Noruega, cuyos negociadores están hablando por separado con las dos partes (van de un lado a otro, como un péndulo) .

“Todos están entrando en la idea de que sea exitoso cualquier diálogo y todos reconocen que unas elecciones regionales no pueden resolver la situación de la crisis política en el país”, dice.

“Creo que los dos lados están muy claros en lo que quieren. Ahora hay que sentarse a ver como pueden llegar a un acuerdo y como nosotros en la comunidad internacional podemos apoyar un proceso venezolano, de llegar ahí”.

“Pero como he dicho muchas veces levantar sanciones a cambio de nada no tiene mucho sentido”.

Cotizar para no ceder

Y este es el punto difícil en el escenario actual, ya que en esta mesa de juegos Maduro de entrada demanda el máximo de sus aspiraciones, como quien pone un precio demasiado alto a una casa porque en realidad no quiere vender.

“Lo que ha dicho el propio Maduro es lo que quiere a través de una negociación: obtener todo lo que quiere antes de sentarse. Es bastante obvio y que haya puestos sus condiciones y muy bien porque todos sabemos lo que quiere”.

“Ahora, lo que quieren las fuerzas democráticas son cosas universales, son derechos universales, salir de su casa y obtener la vacuna (contra covid) sin tener el Carnet de la Patria (mecanismo de control social); obtener un trabajo digno; obtener servicios del gobierno, poder escuchar lo que quiera en la TV, sin censura, sin presos políticos, la posibilidad de participación en la vida política del país”.

Poco después de esta entrevista, Story advirtió que el manejo que hace Maduro de estas inmunizaciones no es transparente.

Entonces, ¿este diálogo muere antes de nacer?

“Son posiciones que tiene él que son recibidas en la mesa de negociaciones. Está planteando muchas cosas específicas y hemos dicho que no vamos a levantar sanciones a cambio de nada”, recalca.

“No quiero especular sobre los próximos pasos, pero para nosotros es bastante obvio que hay interés en ambos lados en sentarse a dialogar. A través de ese diálogo todo es posible, sin diálogo veo que vamos a seguir adelante con lo mismo”.

Pero, promete, en caso de que sea lo mismo, que Estados Unidos también seguirá “haciendo las cosas para aliviar el sufrimiento del pueblo de Venezuela en la crisis humanitaria”.

Story de Estado

Una de las grandes dudas de muchos observadores era medir hasta qué punto iba a cambiar la política de Estados Unidos hacia Venezuela bajo el gobierno de Biden, después de los aspavientos guerreristas de Trump, que tanto animaron a algunos radicales que soñaban con portaviones de la US Navy en las costas venezolanas.

Pero la ratificación de Story por el Senado en diciembre pasado como el principal funcionario de Estados Unidos para Venezuela parece ratificar que la posición de Washington sigue siendo la misma más allá de la retórica: una salida diplomática, negociada, que se apoya en las sanciones para presionar al régimen de Maduro.

“Formo parte de Administración (de Biden). Tengo más de dos décadas como diplomático, la mayoría en América Latina”, observa Story.

“Y siempre revisamos la política nuestra para ver cuál es la forma como trabajamos el apoyo internacional de manera multilateral».

“Sí estamos dispuestos a ver si a través de la mesa de diálogo, apoyado por la comunidad internacional, con la representación de las fuerzas democráticas en el país, la sociedad civil y partidos políticos evaluar como lograr los cambios para revisar un levantamiento de sanciones”, explica.

El poder autoritario

Lo cierto es que en los últimos dos años el régimen que encabeza Maduro se ha fortalecido. Mientras, la oposición se ha fragmentado, ha sido incapaz de ofrecer una estrategia, mucho menos una táctica común para enfrentar al chavismo.

Story no cree que sea así, e insiste en que el régimen de Maduro “carece de legitimidad”.

“Las sanciones son muy fuertes, los que dicen que las sanciones no han funcionado olvidan el hecho de que esas sanciones también han quitado dinero de las manos de un régimen para hacer más represión en contra de su propio pueblo o involucrarse en las democracias de la región, o comprar armas y otras cosas”.

Por eso, el fin de las sanciones y la legitimidad son las cosas que quiere Maduro, insiste.

El embajador ante el gobierno virtual de Guaidó tampoco cree que la oposición no esté unida. Dice que la plataforma unitaria y el Pacto Para la Salvación propuesto por Guaidó reúne a unos 40 partidos políticos. También a estudiantes, gremios, sindicalistas que están trabajando juntos con un único objetivo de ganar la democracia.

“Déjame ser muy claro: los Estados Unidos hemos dicho que apoyamos una negociación, un dialogo entre venezolanos: Maduro contra las fuerzas democráticas del país. Tanto nosotros como la Unión Europea y otros estamos dispuestos a levantar sanciones siempre y cuando haya una ruta irreversible para la restauración de la democracia al país”, recalcó.

Daños colaterales

Sobre los efectos colaterales de las sanciones sobre la población venezolana, como la escasez de combustibles, Story niega que se deba a esas restricciones que pesan sobre Pdvsa.

Pero también dice que se deberían traer a la mesa de negociaciones “cosas que pasen rápido a través de un diálogo”.

“En el caso del diésel el propio Maduro ha dicho de una forma pública que no hay escasez de diésel, que es un problema de distribución”, señala.

Dice que el diésel no llega a quien tiene que llegar como los campesinos, los productores agrícolas y el transporte público y de carga porque la Guardia Nacional está cobrando para revenderlo. Y lo está dando “ a grupos irregulares armados, a mafias en las minas en el estado bolívar. Ese es el problema del diésel en el país”.

“Hay una producción de diésel encima de la demanda, pero hay mafias que están aprovechando el momento para ganar plata. Está bien entendido, ¿por qué levantar nuestra sanción en este momento si no existe escasez de diésel? Debemos hacerlo a través de la mesa de negociación”.

Insiste en que las sanciones dejan huecos, brechas para la importación de cosas para aliviar la crisis humanitaria.

“Si están importando pollos de Costco, desde los Estados Unidos pueden importar cualquier otra cosa. No hay un bloqueo del país… Tengo más de dos años explicándolo y los problemas de Venezuela no vienen de las sanciones: vienen del mal manejo, de la corrupción y de la falta de institucionalidad en Venezuela”.

Story es discreto al hablar de cosas que debería saber bien por la posición que ocupa, pero prefiere referirse a lo que ya ha sido publicado en la prensa.

Tesis del Estado fallido

Por eso endosa informaciones según las cuales los grupos irregulares colombianos calificados como terroristas por Washington, como las Farc y el ELN, operan libremente en territorio venezolano, especialmente en el estado llanero de Apure.

“Parece que quien manda en esa zona es el frente décimo de Gentil Duarte o la propia segunda Marquetalia que está operando en Venezuela”, dice sobre dos frentes activos de las FARC.

Maduro, observa, en el pasado les ha dado la bienvenida a Venezuela a esos grupos guerrilleros que el heredero de Hugo Chávez califica como «de paz».

“Y ahora supuestamente la información en la prensa es que la FANB (Fuerza Armada) salió de Apure, cediendo este territorio a grupos ilegales armados”, dice. Repite denuncias de que también en Caracas hay sectores cedidos a grupos armados, como las zonas de paz de la Cota 905, donde no entran las fuerzas del gobierno.

“El territorio que maneja Maduro es cada vez menos, es un Estado fallido y realmente es un peligro no solo para los venezolanos sino para los vecinos”, dijo sobre el efecto regional del conflicto.

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