Venezuela

ENTREVISTA/ Juan Guaidó, el "impensable" presidente interino de Venezuela

Juan Guaidó se ha convertido en un fenómeno para unos, en un efecto para otros. Lo cierto es que es el centro de las miradas en Venezuela y en el mundo. Periodistas nacionales e internacionales están en lista de espera para entrevistarlo desde hace semanas, aunque sea 20 minutos.

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FOTOGRAFÍA: Alejandro Cremades

Su voz, o la ausencia de ella, es reflejo de las semanas que se han vivido un político que, en este momento, personifica aquel dicho de «cuando te toca, ni que te quites«.

Guaidó, diputado por el estado Vargas, tiene muchas respuesta repetidas, algo entendible para el contexto que atraviesa la oposición a Nicolás Maduro en este momento, donde preservar la unidad y medir cada paso es vital. Pero también es una estrategia para construir un mensaje en tiempos de censura y autocensura.

Aunque no se arriesga a decir si quisiera ser candidato y tampoco queda claro si lideraría ese gobierno de transición, esa segunda etapa de lo que ya se ha constituido como un mantra. Reconoce que aunque siempre pensó ser parte de dicha transición no se imaginaba el papel que jugaría. Algo que no se imaginaba ni él, ni muchos.

No solo lidia con las «ventajas», pocas hasta ahora por cierto, sino también con las desventajas de ser «la figura del momento». Es perseguido por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) todo el tiempo, como pudimos constatarlo al momento de la entrevista. Lo siguen en vehículos oficiales, y no oficiales, lo que obliga a su equipo a tomar precauciones.

Si bien es cierto que no le «correspondía» asumir la presidencia en una «condición normal», pues le tocaba a Freddy Guevara, Juan Guaidó ha logrado en casi un mes no solo posicionarse como un líder de la oposición, sino también calar en el ideario colectivo. Decir que cualquiera en su lugar hubiese logrado ese efecto sería especular.

Guaidó ha logrado en poco tiempo (re)conectar y (re)conectarse con la gente que lo percibe como una persona sencilla, honesta y cuyo mayor atributo, según dicen los manifestantes, es su juventud, algo cuestionado precisamente por Maduro y su entorno.

Lleva casi un mes en la presidencia de la Asamblea Nacional y 10 días de haberse proclamado ante miles de venezolanos como presidente interino de Venezuela. En ese tiempo, su rostro, comparado con el de Barack Obama o hasta el de un Hugo Chávez joven, cosa que le causa risa, ha sido visto por millones de personas en el mundo.

Con un discurso que apela a la inclusión, en lo verbal y en el mensaje, con una sonrisa y buen humor, Guaidó le ha dado un segundo aire a la oposición venezolana.

Es una situación inédita, sin duda la que le tocó encabezar. Para el mundo, incluso dentro de Venezuela, es difícil entender que en la práctica existan dos presidentes. A Guaidó se le van construyendo símbolos importantes como el podio desde donde declara, flanqueado siempre por el tricolor nacional.

Fue una entrevista breve en la que quedaron muchas preguntas pendientes. Aquí está parte de lo que nos contó este diputado, proveniente del Movimiento Estudiantil, que ahora es presidente interino del país como lo han reconocido más de 60 países.

-Usted ha esgrimido tres factores para poder llevar a cabo el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres. Esos factores eran el apoyo del pueblo, el apoyo internacional y el apoyo de la Fuerza Armada Nacional (FAN). Desde el 5 de enero hasta antes del 23, esto parecía ser una ecuación necesaria de cara a su proclamación, ¿qué cambió el 23 de enero que precipitó la decisión que ahora lo coloca encargado de la Presidencia?

JG: Fuimos construyendo capacidades. Desde el principio lo dijimos con mucha seriedad y responsabilidad, el 5 de enero, sin miedo a hablar con la verdad. Teníamos, tenemos, que construir las capacidades para lograr el cese de la usurpación, es decir para lograr que termine una dictadura y los pilares creo que estaban ahí. Tomando en cuenta que hoy contamos con una unidad fuerte, con una unidad alineada en propósito, creo que esa variable es la más importante. Eso nos ha dado coherencia para contar con el respaldo de la gente, eso nos ha dado confianza para contar con el respaldo de la comunidad internacional y eso está consiguiendo respaldo también en la Fuerza Armada que por su misma constitución, por su estructura, tiene evidentemente su forma de expresarse. Nosotros no estamos pidiendo que se rebelen ni se dé un golpe de Estado.

Estamos pidiendo que se pongan del lado de la Constitución y ya hubo unos primeros intentos. Vimos unos sargentos en Cotiza (oeste de Caracas) mostrando su descontento, diciendo que su familia no tiene qué comer, que no tienen cómo llevar medicamentos. Eso está pasando en el 80 % de la FAN y no es distinto a lo que pasa en mi casa, en tu casa o en la de los que nos van a leer, así que allí está el respaldo.

Ahora, la persecusión que hemos sufrido nosotros, en el mundo civil, los periodistas por cierto, es diez veces peor en la Fuerza Armada. Los torturan de una manera sin precedentes. Tú has escuchado los testimonios de los familiares de los oficiales detenidos el año pasado. Esa estructura de control social que pretenden aplicar en la ciudadanía, de terror que pretenden utilizar con la población, es mucho peor en el mundo militar.

-Pero, ¿hubo algo que detonó, que aceleró la decisión de lo que ocurrió el 23 de enero?

JG: Sí. La construcción. Dos de tres, es un buen número. En beisbol sería .666 de average y cargando ¿no?, como dirían cuando estamos descargando una aplicación. Estamos cargando esas capacidades.

-¿Y por cuánto va esa descarga?

JG: Yo me aventuraría a decir que entre 80 y 90 %. Yo creo que hoy hay un consenso social importante, un consenso regional y mundial también. Los mismos aliados, supuestos aliados diría yo, de Maduro como Rusia y China que no han recibido una comunicación mía, en el caso de Rusia, pero han dicho que la leerían cuando llegue. Nosotros queremos comunicarnos con el Kremlin. Así que Maduro se queda cada vez más solo y aislado y por eso repito, nadie se va inmolar por él. No tiene ni el respaldo popular ni el liderazgo. Él cabalgó sobre el liderazgo de Hugo Chávez, entre otras cosas.

-Pero aún tiene un apoyo importante.

JG: Yo reconozco, y lo he dicho desde siempre, la fuerza que significa el chavismo. Y los hemos llamado a que participemos, en plural. Los reconozco como fuerza política. Lo que estoy hablando es de las capacidades de Maduro que es distinto. Yo no desconozco lo que representa tampoco la Fuerza Armada. Les estoy haciendo un llamado a que se pongan del lado de la Constitución. Por cierto, no solo por Amnistía y por garantías sino también por lo que significan para la reconstrucción de Venezuela.

Nosotros hoy tenemos un problema serio de soberanía al haber penetración del ELN en la frontera, que están usando nuestro oro para comprar armamento. Tenemos también un tema con el Esequibo. Yo no estoy, y gracias por la repregunta porque yo no estoy desconociendo lo que significa una fuerza política. Estoy significando el momento para Maduro.

-Mucho se dice que lo que ocurre en Venezuela no es un problema jurídico sino político, sin embargo, lado y lado en pugna esgrimen argumentos jurídicos. Desde la Asamblea se había dicho que el artículo 233 no era suficiente y se debía dar un marco legal para poderlo aplicar, ya que no bastaba con que usted hiciera precisamente lo que hizo el 23E. ¿En qué estatus está ese marco legal ya que se adelantó la decisión? ¿Piensan formalizar la proclamación ante la Asamblea?

JG: La Ley de Estatuto de la Transición. Creo que hemos avanzado mucho con eso. Creo que eso debe ser una Ley muy amplia porque allí hay que incluir a los militares, al chavismo para construir un real gobierno de transición. Típicamente, ¿qué hace un gobierno de transición? Generar estabilidad y gobernabilidad, que dé piso a atender la emergencia por la que, típicamente pasan estos procesos y que en el caso de Venezuela, está más marcada por el tema humanitario. Además, que produzca la reinstitucionalización de las instituciones claves para poder producir una elección transparente, creíble, que dé paso entonces a la reconstrucción del país. Creo que allí están muy claramente marcados los objetivos de este elemento. Amplio, de brazos abiertos, que incorpore a todos los sectores, que genere confianza en el país, que se reactive el aparato productivo y poder alivianar la crisis económica.

¿Qué cambió? Creo que ha sido expresado. Uno, el respaldo social. Dos, el respaldo internacional y tres, la posibilidad de contar con el respaldo militar.

-¿Elecciones en 30 días?

JG: Estamos en dictadura y estamos en una transición «sui generis», trabajando para la transición y por eso hablaba de las capacidades para que, cuando se convoque a una elección, sea realmente libre. Aquí hay una variable importante, no es que sea una elección. Ya demostramos que para farsas no vamos. Debe ser una elección realmente libre.

-Me llama la atención el artículo 14 de este estatuto que lo reconoce como presidente interino de Venezuela y que señala que sus actos estarán bajo el control parlamentario. ¿Esto es una camisa de fuerza para asegurar la unidad en las decisiones de cara a un gobierno de transición?

JG: Tenemos tantos años acostumbrados a una dictadura que se nos olvida que el Parlamento es la instancia de control natural del Ejecutivo.

-Pero estamos en un régimen presidencial.

JG: Pero sigue siendo el Parlamento la instancia de control. Simplemente se deja claro el sistema de pesos y contrapesos que debe existir en una democracia.

-¿Cómo se materializará la decisión de proteger los activos de la República? ¿Usted podrá manejarlos? Para la gente que no está familiarizada con estos procedimientos, ¿es como si usted pudiera tener una chequera y mover esos recursos?

JG: Esa es una buena pregunta porque estamos todavía en dictadura y hay instancias secuestradas por la burocracia. Estamos innovando en estos momentos. Ya logramos la protección de los activos en Estados Unidos. Ahora, la disposición de esos activos tienen que pasar por algunos procesos mínimos de control, de validación para poder utilizarlos. No es como tener una tarjeta de débito e ir a comprar. Debe hacerse por mecanismos de verificación, de transparencia y de rendición de cuentas que se deben construir en el corto plazo. De entrada, te puedo decir que van a ser utilizados inicialmente para la atención de la emergencia y que también va a tener fases. Si a algo me he dedicado en estos últimos días es a explicar cómo se construyen las capacidades, cuáles son las variables, qué podemos hacer de inmediato, qué no podemos hacer.

¿Qué podemos hacer de inmediato? Proteger los activos y construir las capacidades para poder disponer de esos activos que van a tener un solo elemento hasta que cese la usurpación: lograr la atención a la emergencia, en primera instancia atendiendo a la población más vulnerable y a los enfermos crónicos.

-Otra cosa que me llama la atención es que usted dice que «nos hemos dedicado a explicar». Aunque hay mensajes que han calado como «cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres», aún hay vacíos importantes.

JG: Claro, no he podido salir en ningún medio nacional, por ejemplo. Qué buen dato lo que acabas de decir. Hemos salido en portadas del mundo pero todavía a mí, en Venezuela, no me han invitado a un programa de televisión, por ejemplo. Posicionar un mensaje en Venezuela no es sencillo porque estamos en dictadura.

-Bueno, pero hay medios que están haciendo el trabajo.

JG: Gracias a Dios que todavía quedan medios y periodistas valientes pero hay un tema de alcance. Sabemos que los megas no son suficientes, llegar al massmedia no es sencillo pero hemos hecho un gran esfuerzo.

-¿Cuál es el papel de Leopoldo López?

JG: Es el fundador de Voluntad Popular, líder de mi partido. Sigue preso lamentablemente, pero a pesar de las dificultades de comunicación, precisamente por estar preso, y no poder recibir visitas, trata de colaborar con todo lo que puede desde donde está.

-La UE habló recientemente de un grupo de contacto y un plazo de 90 días. A su juicio, ¿se echaron para atrás luego de dar ocho días para la convocatoria a elecciones?

JG: Lo vemos como un gran espaldarazo. Si leemos a Federica Mogherini, ella no habla de distención, ella no habla de negociación. Ella habla de elecciones libres. En los próximos días nos reconocerán países plenamente como España, Alemania y otros. Y bueno, aún hay uno o dos países (UE) en duda, y algunos que se quieren prestar para tratar de facilitar una solución, bueno, bienvenidos. Eso también es importante en este momento.

-En ese marco de diálogo propuesto por México y Uruguay, ¿cuáles serían las claves para no reeditar lo ocurrido en República Dominicana?

JG: No hay propuesta de diálogo. Hay propuesta de cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres y, en ese marco, lo que sea.

-Usted dice «vamos bien», ¿por qué lo cree?

JG: Vamos muy bien. Muy sencillo. Le regresó la sonrisa a la gente. Ya no pensamos en la calamidad sino en el futuro y ese hecho, de que un país tenga la capacidad de soñarse a sí mismo con reconstruirse, primero en la mente y luego ejecutarlo, quiere decir que es un país que tiene futuro.

-Dice que está ejerciendo funciones, ¿cómo lo está haciendo? No está en Miraflores, por ejemplo.

JG: Maduro sí está y no puede resolver ningún problema de Venezuela. ¿Cómo se ejercen funciones así? Maduro secuestró la banda presidencial pero no se le reconoce como presidente.

-El «chavismo disidente» propuso un referéndum consultivo para preguntar a la ciudadanía si está de acuerdo con renovar todos los poderes. ¿Usted estaría de acuerdo?

JG: Me parece una aproximación de ellos a bajarle tensiones a su propia gente. Me parece interesante, discutámoslo.

-¿Estaría dispuesto a reunirse con ellos?

JG: Yo estoy dispuesto a reunirme con quien sea, y lo he dicho una y otra vez, para lograr el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres.

-Y en ese marco, ¿con quién hay que negociar?

JG: Eso es una pregunta bien interesante. Creo que has dado en una pregunta clave en todo este proceso. Hoy, hoy, creo que con todos. Creo que hoy… no hay nadie en… creo que con todos.

-¿Con cualquiera entonces?

JG: Sí. Hasta ahí lo dejo, por ahora.

(Esta entrevista fue publicada inicialmente el 3 de febrero y sigue muy vigente)

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