Internacionales

Kamikaze en moto explota en partido de voleibol y deja un saldo de 50 muertes

El suicida se acercó en moto y estalló con explosivos en un partido de voleibol que había atraído a un público numeroso. El presidente de Afganistán condenó el ataque por ser inhumano, no islámico.

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Fotografía de archivo de AP

Unas 50 personas murieron y otras 60 más resultaron heridas el domingo 23 de noviembre en un atentado suicida en una cancha de voleibol de la provincia de Paktika, en el este de Afganistán, anunció a la AFP el vicegobernador provincial.

«El kamikaze iba en una moto y se hizo estallar en pleno partido de voleibol», dijo a la AFP Ataula Fazli, vicegobernador de Paktika. Un primer balance proporcionado poco antes por el ministerio del Interior señalaba 25 muertos y 70 heridos.

Entre las víctimas figuran civiles y policías locales.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó rápidamente el ataque, según indicó su portavoz en la red social Twitter.

«El presidente Ashraf Ghani condena en los términos más enérgicos el atentado suicida en el distrito de Yayha Khail en Paktika», agregó posteriormente en un comunicado la presidencia. «El presidente condena este ataque inhumano y no islámico, y agrega que este tipo de masacre brutal de civiles no puede justificarse», continúa el texto.

El portavoz del gobierno provincial, Mukhlis Afghan, precisó que se trataba de una competición entre tres distritos que atrajo a numeroso público.

«Hacia las 17H00 locales, cuando el partido estaba en su máximo apogeo, el kamikaze que, según creemos, estaba en una moto, se hizo estallar en medio de la muchedumbre», agregó confirmando el balance de unos 50 muertos y 60 heridos.

Nadie ha reivindicado por el momento la autoría del atentado. Los talibanes, cuyos blancos principales son las fuerzas de seguridad afganas, no suelen reivindicar los atentados contra civiles.

El último ataque importante contra civiles en Afganistán se remontaba al 15 de julio, cuando unas 40 personas murieron en un atentado suicida perpetrado con un automóvil lleno de explosivos en un mercado de la misma provincia de Paktika.

El atentado del domingo se produce cuando las tropas de combate de la OTAN se disponen a abandonar el país, dejando la responsabilidad de la seguridad en manos de las fuerzas afganas.

En 2015, solo permanecerá en el país una fuerza extranjera residual de unos 12.500 hombres dedicada a la asistencia y a la formación en el marco de la misión «Apoyo resuelto».

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