Espectáculos

Knock-Out a la censura en Venezuela: Vuelve El Inca

El 15 de mayo se cumplieron 6 meses desde que el juez Salvador Mata García dictara la medida cautelar que sacó de cartelera a la película El Inca. Hoy, queda sin efecto esa nefasta medida.

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Si bien no es la primera película en ser víctima de la censura, en el imaginario colectivo del venezolano pasará a la historia por ser sacada de las carteleras,  sin que los familiares, supuestos afectados,  ni el juez hayan visto el film.  Sin embargo, en un país donde el sistema judicial no goza de la mejor estima, esto no nos sorprende.
«Claramente la decisión sentó un precedente peligroso para el cine venezolano» dice Nathalie Sar-Shalom, refiriéndose a que entonces cualquier película podría ser sacada de la misma forma de cartelera tan solo con una medida cautelar, imponiéndose así no solo la censura, sino lo más peligroso de todo, la autocensura, autores se abstendrían de contar historias reales por miedo a ser castigados de la misma manera.
Tenemos derecho a contar nuestras historias. Nathalie Sar-Shalom

El juez Oswaldo Tenorio del Tribunal de Apelación del circuito judicial de Protección al Niño y al Adolescente, revocó la sentencia de febrero, consecuencia del amparo de diciembre, donde les embargaban los ingresos de taquilla, les confiscaban el Máster DCP (El Archivo original digital de la edición final del film) y prohibían su reproducción y exhibición en el territorio nacional.
Es una victoria a la objetividad y la constancia. Ignacio Castillo Cottin

El director de la película opina que el vencer la censura fue posible gracias a la acción conjunta del gremio cinematográfico «Somos un gremio sólido, esta victoria es producto de la despolarización» aludiendo a que organizaciones como ANAC, AVEPCA, CAVEPROL, Cámara de Cine y TV, y otras fueron contundentes en su apoyo y en sus comunicados condenando la censura, sin importar el credo ni la posición política de sus integrantes.
«Este triunfo es en gran parte gracias a esa generación que luchó porque existiera una Ley de Cine y un Fonprocine» afirma Castillo, rindiendo homenaje a ese grupo de voces tan diversas y variopintas que conforman el mundo del cine venezolano y que sentaron las bases sobre las cuáles pudieron defenderse elementos como la libertad de expresión y el derecho de autor.
La película toca temas sensibles para la sociedad venezolana como la violencia de género e intrafamiliar, pero que no le son desconocidos, solo basta echar un vistazo rápido a las cifras de violencia doméstica y femicidios en nuestro país para ver con preocupación que son peligrosamente cotidianas. Con esta medida de hoy, El Inca pronto volverá a las salas de cine de nuestro país, donde será el público quien podrá decidir  libremente si debatir o no sobre ella y no un grupo de censores, llámelos jueces o inquisidores.

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