Salud

La belleza de la discapacidad bajo la mirada de sus "devotos"

Un devoto o "devotee" es una persona a la que le interesan afectiva y eróticamente personas con discapacidad, una atracción poco estudiada y sobre la que la psicóloga venezolana Carolina Mora realiza una ambiciosa investigación que se inició hace diez años después de que ella misma fuera objeto de deseo.

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Mora dijo que aspira a que en pocos meses pueda culminar la cuarta investigación sobre el tema que se ha hecho en el mundo, en la que ha entrevistado, en su mayoría vía internet, a 2.234 hombres devotos de los cinco continentes, aunque lamenta no tener en la muestra a representantes del mundo musulmán ni a mujeres «devotee».

La psicóloga clínica y profesora de la Universidad Central de Venezuela (UCV) dice que su motivación para investigar sobre esta parafilia, como se le llama a la conducta sexual que no encaja en el concepto tradicional de cópula, empezó en el 2005 cuando ella, como mujer que vive con una discapacidad, estuvo en la mira de un devoto.

Mora empezó entonces a entrevistar a aquellos que han admitido sentir este tipo de atracción, hombres a los que ha encontrado en su mayoría, a través de sitios en internet en los que ellos buscan chicas con estas características.

Hace diez años, Mora recibió una invitación de amistad en la red social Facebook de un hombre que, como pudo ver, tenía a otras amigas con problemas motores, con aparatos, con muletas, muy parecidas a ella que por haber sufrido de polio desde muy pequeña ahora tiene una discapacidad.

Decidió escribirle para preguntarle si «coleccionaba» mujeres discapacitadas y que si ese era el caso, ella no quería formar parte, pero la respuesta le llamó la atención: él admira a estas chicas, las ve como una especie de «modelos» de vida.

Su curiosidad aumentó, se encontró con el admirador y fue él quien la introdujo en el concepto del «devoto» pero para negar que él fuera uno de ellos.

Desde ese día su interés por el tema no paró y Mora inició la investigación, al principio para satisfacer su curiosidad, ingresando a buscar todo lo que aparecía sobre los «devotee» en internet y preguntando sobre el tema a sus colegas que resultaron desconocer tanto sobre esta parafilia como ella.

«Estaba tan impactada, tan impresionada, que simplemente se me caía la quijada. Era entrar en páginas y encontrar a hombres buscando mujeres discapacitadas, con especificidades de la lesión que deberían tener: ‘Estoy dispuesto a ayudarte en todo’, dicen», señaló la psicóloga.

Por cada 300 «devotee» hombres hay una mujer que siente este tipo de atracción. Y durante la investigación, al ser consultados acerca de qué les atrae de una chica discapacitada, suelen coincidir en que «son más femeninas que el resto» lo que según Mora, tiene que ver más con fragilidad que con feminidad.

«Uno de ellos me decía: ‘Una mujer con discapacidad valoraría más mi amor que otra normal’. Otro: ‘Es más difícil que una mujer con discapacidad me deje'», comentó la investigadora.

Sin embargo, el estudio de Mora señala que la gran mayoría de los entrevistados no quiere casarse con una mujer discapacitada: «Generalmente lo que hace el devotee es que se casa con una chica normal y se busca una amante con discapacidad».

Mora dice que solo cuenta con ocho devotos venezolanos en la investigación y asegura que en el país es «muy difícil» dar rienda suelta a esta preferencia por razones que tienen que ver con la cultura de la belleza y el concepto de mujer hermosa «perfecta» que se maneja aquí.

El devoto venezolano suele estar «en el armario», tiene una pareja «normal» pero pasa horas en sitios en internet intentando contactar a mujeres discapacitadas porque son incapaces de tratar el tema con sus familiares y muchas veces con sus amigos.

Lo que también se hizo evidente en la investigación de Mora,

es que los devotos que asumen su preferencia, suelen ser menos ansiosos y tienen más posibilidad de establecer un compromiso con una mujer con dificultades motoras.

La mayoría de los «devotee» contactados por Mora provienen de hogares en los que uno de los progenitores, o los dos, son muy rígidos o fríos, por lo que la investigadora lanza la hipótesis de que estos hombres pudieran estar buscando en una mujer con discapacidad una verdadera valoración del afecto que ofrecen.

La investigadora, que durante las entrevistas muchas veces tuvo que cambiar fotos de sus aparatos, botas y muletas a cambio de un grupo de respuestas, dice que antes de conocer a los «devotee» no se sentía hermosa, una percepción que ha cambiado.

«Si yo tuviera que decir qué me han dado a mí los devotee, tendría que decir que me han cambiado la vida porque han llevado a reconsiderar mi propio concepto de belleza. El pensar por ejemplo, que puedo ser objeto de deseo y a mí eso no me pasaba por la cabeza», confesó Mora

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