Venezuela

La gente en la marcha del 1S: revocatorio, civismo y turbulencia

Tenía tiempo que la ciudad capital no vivía tanta expectación por una movilización. Y es que este jueves, la llamada “Toma de Caracas” puso de cabeza el funcionamiento normal de nuestra metrópoli, pero no a sus habitantes y a toda la población del país que vino a participar de la actividad convocada por la Mesa de la Unidad con una arenga en común: ¡revocatorio ya!

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Fotografía: Dagne Cobo Buschbeck.

Cuando se dijeron los puntos de llegada, se notificó a los ciudadanos que la hora de inicio era a las 8 de la mañana, pero las personas se empezaron a congregar casi a las 6 en Parque Cristal, uno de los 7 puntos designados por la oposición para la marcha.

Ataviados con camisas blancas, acompañados de su bandera, gorra tricolor y sus termitos de agua, esperaban la hora en la que iniciaría una de las tres marchas, que tendría como punto final una tarima en la avenida Francisco de Miranda a la altura de Imgeve (cerca de la entrada a la av. Libertador).

Parece irónico. En ese mismo punto está el monumento casi olvidado de aquellos que participaron en la mítica marcha del 11 de abril. Sí, esa misma que dicen que “tumbó” al ex presidente Hugo Chávez y que no fue producto de nuestra imaginación. Sí. Esa misma que el Gobierno actual insiste en negar que sucedió y que responsabilizan a la oposición de varios decesos. Esos hechos aún quedan por esclarecer, pero hoy, el #1S puede representar una historia distinta.

Poco a poco, la esquina se fue llenando de pancartas, gente y reclamos que vinieron de todo el país con ganas de expresar su descontento por la actual gestión del Gobierno, además de exigir al CNE la realización del Revocatorio.

Tras algunas reticencias de los ciudadanos, que estaban algo temerosos en declarar a un medio de comunicación, el primero en hablar fue un joven llamado Fabricio Dávila, quien aseguró que su motivo principal para marchar es que quiere un cambio en el país. “La situación es algo difícil, entonces hay que apoyar con la presencia (…) Tengo temor, pero esperemos que ellos (las fuerzas de seguridad) también tengan miedo”. Aunque confía que no pasaría nada porque organismos como la OEA y de defensa de Derechos Humanos estarían pendiente de los venezolanos.

Seguidamente, una dama, con voz entrecortada, quiso hablar con nosotros. Gicary Domínguez, se llama. Como pudo aseguró que fue a la marcha para conseguir “un futuro mejor”. Quiere que con su participación –y la de los venezolanos- mejore su situación “para que mis hijas puedan vivir en paz. En una Venezuela libre y no tengamos que huir». A su juicio, en nuestra nación se vive en dictadura, luego de los anuncios realizados por el presidente Nicolás Maduro de escribir un decreto para pedir eliminar la inmunidad de todos los funcionarios públicos, en especial, los diputados de la Asamblea Nacional.

Los vendedores  de periquitos de la marcha se mimetizan con los asistentes a la “Toma de Caracas”. El concejal Máximo Sánchez anuncia a través de un parlante que esperarían alrededor de 2 horas para iniciar la movilización y darle tiempo a la gente a que se incorpore al punto. Son las 8 de la mañana. El día apenas comienza.

Esas historias que leíamos por las redes sociales de denuncias sobre aquellas personas que viajaban a Caracas y que eran retenidas o retrasadas por las autoridades, comenzaron a tomar forma. Ese es el caso de Cristian Castillo, quien vino con un grupo de 30 personas desde Zaraza, estado Guárico. Denunció que tardaron día y medio en llegar porque fueron retrasados por al menos nueve alcabalas. “Los funcionarios de seguridad nos quitaron las banderas, la ropa que traíamos. Nos querían quitar los teléfonos. También nos pidieron dinero y tuvimos un accidente con uno de los motorizados de las empresas básicas de Valle de la Pascua. Aproximadamente 2 motos con encapuchados. Lanzaron 15 tiros y 7 impactaron en el autobús”.

El ambiente ya está cargado. Gente con sillas de ruedas, personas mayores y hasta las mascotas, decidieron participar. Hasta aquellos que hasta hace poco, apoyaban la gestión del Gobierno Nacional. Ese es el caso de Alex Rincones, quien manifestó que fue simpatizante del oficialismo hasta hace 4 años, fecha en la que decidió cambiar de ideología política.

“Ante el Gobierno más malo de los últimos 60 años. Con todos los problemas que tenemos: hambre a gran escala, miseria, inflación, delincuencia. No me queda otra que ofrecer, si es posible, la última gota de mi vida por cambiar este gobierno nefasto, que es una involución de los últimos 60 años, que tengo yo (…) Ante esta situación de hambre, en la que perdí cuatro kilos, es muy difícil que apoye al Gobierno”, sentenció.

Algunos dirigentes políticos hicieron acto de presencia como María Corina Machado, Ángel Medina, Ramón Muchacho, Ismael García, así como dirigentes regionales como Richard Mardo, junto a un grupo de militantes del estado Aragua. Sus discursos calificaron la actividad como “cívica y pacífica”, al tiempo que le hacían llamados al CNE para que se active el revocatorio y gestar así, un cambio de Gobierno.

A golpe de 10 de la mañana, inició la movilización desde Parque Cristal. Ya se veía una gran cantidad de personas en la avenida Francisco de Miranda, incluso antes de que empezara a moverse la caravana. Lentamente se llegó a la Plaza Altamira que, a pesar de no ser un punto oficial, ya contaba con un tumulto de gente. Banderas de los partidos políticos, así como nuestro pabellón nacional, ondeaban durante la marcha. Era difícil caminar por el volumen de ciudadanos asistentes. Samba, tambores y música, amenizaban la travesía por la mencionada arteria vial.

En este tipo de eventos siempre empiezan a correr diversos rumores sobre lo que ocurre en otros puntos de la ciudad o acerca de diversas acciones. Una de ellas es que se empezaba a planear que, como había gente suficiente, se podría tomar la autopista para continuar la protesta, a pesar de que estaba temporalmente cerrada por las autoridades. Otros sugerían que se realizara la marcha en una playa “para remojarse” y continuar con la actividad.

El fragor de la movilización y llegar a la tarima era la prioridad de quienes participaron en la marcha. El sol ya casi alcanzaba su cénit cuando ya en el punto de llegada, estaban varios dirigentes políticos ofreciendo sus discursos. La gente, tranquila, animada y emocionada. La tarima, rodeada de lado a lado por la gente. Tal como se prometió, a las 12 en punto se cantó el Himno Nacional. Fue vibrante escuchar a la población cantar con ímpetu “las gloriosas notas”.  Luego de esto, muchas personas no esperaron escuchar la “hoja de ruta” y decidieron regresar a sus casas.

Tras ese momento cívico de protesta, un pequeño dron salió volando por el cielo caraqueño, hecho que fue ampliamente aplaudido por los asistentes, quienes recordaban las palabras días antes del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, de “los que tenemos drones los vamos a sacar. Me resbala lo que diga el Gobierno”.

En el camino de retorno, una comisión de la DGIM de al menos 5 motos, se desplazó por Chacao en dirección a la marcha, hecho que los asistentes consideraron como una “provocación”. Pero no se quedó solo en eso, sino que le gritaron improperios en su contra. Como a los 5 minutos, la gente empezó a correr despavorida, debido a que los mismos funcionarios subían por la misma calle. La tensión fue más allá, ya que las personas le lanzaron lo que tenían en la mano: jugos, papeles y demás a los funcionarios, en rechazo a su presencia en el lugar.

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