Venezuela

La improvisación reinó en la Toma de Venezuela

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FOTOGRAFÍA: DAGNE COBO BUSCHBECK

A pesar de que la convocatoria se hizo desde el viernes 21 de octubre, parece que la dirigencia opositora no tenía muy claro «el camino». Las próximas acciones revelan también falta de consenso.

Sin tarima, sin sonido, ni siquiera un megáfono. Los principales rostros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tuvieron que ingeniárselas en un camión que sirvió para que pudieran dirigirse a las miles de personas congregadas en la autopista Francisco Fajardo. 

Era una orquesta que no estaba sincronizada. Mientras los manifestantes gritaban «¡Vamos a Miraflores!», los dirigentes discutían qué hacer. 

Al parecer, no había consenso. Mientras, los asistentes seguían alzando su voz al tiempo que otros se desmayaban producto del inclemente sol. 

Los minutos transcurrían y los opositores «trataban» de llegar a un acuerdo. Ser responsables, coherentes e ir unidos eran frases que se les escuchaban a los políticos.

Finalmente, se decidió que hablarían el secretario ejecutivo de la MUD, Jesus «Chúo» Torrealba» y un representante del llamado G4. En este caso, Luis Emilio Rondón (UNT); Freddy Guevara (VP); Henry Ramos Allup (AD) y Henrique Capriles (PJ).

Protesta en la autopista a nivel de Plaza Venezuela

Fotografía: Andrea Hernández

Lo decidido fue convocar a una huelga nacional el próximo viernes 28 de octubre e ir a Miraflores el jueves 3 de noviembre. Además, no se irá al encuentro en Margarita el domingo 30 de octubre. 

Esta ida al Palacio de Gobierno estaría «justificada» porque según el presidente del parlamento, el Poder Legislativo va a decretar el abandono del cargo y se le va a «notificar a Maduro». 

Pero las palabras no convencían. La gente no parecía estar satisfecha con esa ruta y los dirigentes lo escucharon y vieron.  Palabras fuertes como «están cagaos», «cobardes» y otras expresiones retumbaban en una autopista colmada de personas. 

Y se  oyeron-y sintieron- tan fuertes, que el propio Henrique Capriles tuvo que responder: «el cagao está en Miraflores. Yo estoy aquí. No soy un golpista ni un guerrillero. Soy un demócrata a carta cabal y dispuesto a dejar el pellejo por Venezuela». 

Por momentos, las personas aplacaban los ánimos pero muchos no escuchaban lo que los voceros decían así que «la presión popular» continuaba. 

María Corina Machado y Lilian Tintori, autodenominadas «mujeres resteadas», decidieron tomar la palabra, aunque no estaba previsto, para convocar de forma improvisada, para este jueves a marchar a la Asamblea. También insistieron en declararse en desobediencia e invocar el artículo 350 de la Constitución.

«Igual nos están matando» 

Una vez culminada las intervenciones, todos los dirigentes se fueron menos el presidente de la Asamblea, Henry Ramos Allup, quien decidió sentarse en la orilla de la tarima improvisada y escuchar a varios manifestantes. 

El parlamentario, que trataba de explicarles que «no querían muertos»., encontró una respuesta  fulminante: «igual nos están matando de hambre, sin medicinas y la inseguridad».  

No es la primera vez que las personas ejercen con contundencia el «poder popular». En la marcha del 1 de septiembre exigieron el pronunciamiento de los líderes amenazando con irse sino lo hacían. Hecho que aceleró que, en aquella oportunidad, «Chúo» Torrealba tomara la palabra. 

La mayoría se retiró «frustrada», como indicaron. Otros sin saber la ruta anunciada por la MUD porque no lo escucharon. Sin embargo, todas las personas con las que se pudo hablar manifestaron su intención de exigir que «el gobierno se vaya». 

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Fotografía: Dagne Cobo Buschbeck

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