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La lucidez de Stifano

Durante los últimos años el crecimiento del Zamora FC ha sido notable y constante. Las bases fueron sentadas por Noel Sanvicente, quien más allá de las dos estrellas que obtuvo, convenció a la junta directiva del equipo llanero de que la subsistencia se sustenta no en los títulos sino un plan de trabajo y las variantes necesarias para que éste evolucione. 

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(zamorafutbolclub.org)

Francesco Stifano (Caracas, 1979) comanda esta etapa del proyecto. Su llegada se produjo como consecuencia de la salida de dos entrenadores, Juvencio Betancourt y Julio Quintero, que no pudieron darle continuidad al proyecto del club. Antes de dirigir año equipo llanero, Stifano hizo vida en las categorías menores del Caracas FC y Real Esppor, mientras que su paso por la división de oro lo ha protagonizado en Deportivo a Guaira, Portuguesa y Tucanes de Amazonas.

Las distancias son las que son y por ello, para quienes no vivimos en Barinas, es imposible seguir los entrenamientos de este equipo que sigue sorprendiendo por su capacidad de adaptarse a distintos registros tácticos, casi siempre adecuándose a las exigencias de cada partido. Por ello, la visita de los llaneros a la capital era la excusa perfecta para conversar con su entrenador y conocer así las interioridades que mantienen al Zamora como equipo referencia en el fútbol venezolano.

«Soy técnico pero te voy a decir algo que es contradictorio a mi profesión: yo no puedo creer que los entrenadores cambiemos la filosofía de los clubes. Nosotros debemos adaptarnos a la filosofía del club. No podemos llegar, cada entrenador, a comprar 10, 12 jugadores porque nos la llevamos bien con ellos. Zamora es ‘profe, este es el equipo, usted debe adaptarse a este conjunto, nuestra cantera es esta y hay que formarla semanalmente, dar charlas, estar en los entrenamientos, todo lo que haga falta’. No existe nada si el club no tiene una ideología, y esa ideología debe llevarse año tras año, no puede cambiar. Esta institución tiene cinco o seis años con un plan de viaje, de formación de jugadores… No puede ser que llegue Francesco Stifano y pida traer a Ignacio Benedetti; es ahí cuando el club se reafirma y me dice que no, que acá está Pedro, que tiene 20 años y es el que va a jugar«.

Esta reflexión no es casual, confirma el modus operandi del equipo llanero, ese que parece ir a contracorriente. No es novedoso porque otros clubes ya lo han intentado, pero el presente confirma a Zamora como el equipo que mayores oportunidades otorga a los jóvenes valores de sus categorías juveniles. Eso trae dos consecuencias positivas: a) Alimenta las posibilidades de vender futbolistas y así convertirse en un equipo autosustentable; y b) Cada jugador sabe que si su dedicatoria es absoluta podrá subirse al ascensor que lo lleve a primera división.

La charla tuvo lugar en un restaurante cercano al Brígido Iriarte con motivo del partido que enfrentaba a los suyos contra el Caracas FC. Stifano me confirmaba que para ese duelo había convocado a tres futbolistas nacidos en el año 1998, es decir, de 18 o 17 años, algo atípico en un equipo que pelea el campeonato. ¿Por qué es una excepción? Porque en este fútbol aún son mayoría quienes creen que los títulos únicamente los gana la experiencia, lo que nos ayuda a comprender muchas cosas, entre otras, que la educación de los jóvenes valores es vista por muchos casi como un estorbo económico. Cosas del fútbol, cosas del país.

«En la convocatoria de la selección nacional sub-20 hay tres futbolistas del Zamora» afirmaba, y al mismo tiempo confesaba que aún así, cuenta con otros jugadores de la categoría juvenil listos para asumir las responsabilidades: «El día que a Francesco Stifano le toque irse de Zamora, porque mi sueño es dirigir en el extranjero, se podrá decir que debutaron siete juveniles, que armó una categoría 99-00, que once de ellos ya tienen un semestre trabajando con nosotros y van a estar listos en enero para jugar en primera… Ese es el trabajo de mi cuerpo técnico y le agradezco a Zamora por impulsarme por ese camino«.

Escuchar al entrenador hace suponer que los llaneros tienen su propia constitución, algo así como un plan de acción que los ayude a mantener su norte, aún cuando la elección de jugadores o entrenadores no den los frutos esperados. Es el caso de Betancourt o Quintero, buenos entrenadores que no encontraron en ese contexto la posibilidad de crecer. Stifano sí encontró su lugar en el mundo, y desde su llegada, el club barinés ha campeonado en el Torneo Adecuación y el pasado Torneo Apertura, pero quizá su mayor logro es que su equipo sea referencia por estilo de juego.

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«(Antonio) Conte hizo de Italia un equipo«, afirma, con la contundencia de quien ve mucho fútbol. «Su salida es un retroceso para Italia. Creo que por nombres era la peor Italia de la historia; jugaba (Emanuele) Giaccherini, a quien nadie conocía; jugaba (Simone) Zaza; muchos jugadores suplentes en sus equipos. Hizo una gran Eurocopa. Los saca Alemania por cosas del fútbol, y porque también los germanos son la selección que mejor juega al fútbol hoy en día«.

Sobre la derrota teutona en el torneo del viejo continente reflexiona: «El fútbol es evaluado por victorias y derrotas, pero nosotros lo analizamos desde otro punto de vista y vemos que Alemania empezó jugando con un falso nueve y después terminó poniendo a Gómez para jugar con un nueve de área; los laterales se proyectaban por dentro para que los volantes originaran situaciones de uno contra uno por fuera; los dos centrales jugaban por delante de la mitad de la cancha para hacer un pressing altísimo, en fin, son muchas cosas que uno va sacando. Portugal gana con un fútbol más modesto, pero a mi gusto, aquella España de Del Bosque y esta Alemania de Löw son equipos consolidados«.

Del Portugal campeón de la Eurocopa reconoce la libertad otorgada por Fernando Santos a Cristiano Ronaldo y rápidamente lo asocia a su Zamora: «Con el respeto por las diferencias, me recordó mucho a Gaby (Torres). Yo en Zamora lo traté igual, le dije ‘Gaby, vas a correr hasta aquí (traza una línea imaginaria con su mano), después no vayas más, pero de aquí hacia adelante sé el jugador que tienes que ser’. No es sencillo pero uno piensa que dejando a Gaby arriba el rival se ve obligado a dejar jugadores atrás, pendientes de él«.

Torres ya no está, y para suplirlo llegó Richard Blanco procedente de Mineros de Guayana. “No es un goleador, es un jugador de fútbol que hace goles pero que asiste, pivotea, es decir, maneja muchas opciones. Además es un tipo muy trabajador y se ha integrado rápidamente al grupo y a la dinámica de trabajo”.

De la conversación con Stifano me quedan muchas sensaciones, pero quisiera resaltar un par de ellas: la primera es que Zamora tiene un rumbo institucional. Ganará y perderá, porque aunque la banalidad y los analistas inviten a ignorarlo, esto es deporte y nadie triunfa siempre. La segunda es que estamos en presencia de un entrenador que se respeta a sí mismo, a su profesión, a la institución que representa, y se guía por una regla muy sencilla que marca la relación con sus dirigidos: «En la cancha se hacen mucho más cosas por un amigo que por un técnico«.

Nadie sabe qué resultados le depara el futuro al equipo llanero. Bah, es que si a ver vamos, el futuro no es más que una ilusión. Pero como algunos se atreven a soñar, no cuesta nada imaginar que si la directiva sostiene a este grupo -ya se han renovado más de diez contratos- y Stifano sigue dando en la tecla motivacional, su participación en la próxima edición de la Copa Libertadores no será simplemente un paso testimonial.

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