Cine y TV

"La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana": final explicado

La serie que protagoniza Kristen Bell usa los lugares comunes de las series y películas de suspenso para burlarse del género. Muchas veces, el espectador se pregunta si lo que pasa en pantalla es una tomadura de pelo. Aquí damos la respuesta definitiva a esta pregunta

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La mujer

Estamos frente al título más largo de las series disponibles en streaming y ante uno de los finales que más interrogantes ha dejado entre los espectadores. «The Woman In The House Across The Street From The Girl In The Window», traducida como «La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana», es el nuevo productor de Netflix, que tiene a miles de personas elaborando diferentes tesis sobre el enigmático desenlace.

¿Es todo un sueño? ¿Es una alucinación? ¿Qué es lo que está pasando realmente? Son preguntas que se repiten en las redes sociales. Pues bien, antes de empezar a responderlas, y aclarar otras cuestiones que quedaron en el aire, hablemos del tono de esta producción. Porque solo comprendiendo que es una sátira, encontraremos solución a un entramado que para muchos es absurdo.

¿De qué va «La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana»? Según el fichero virtual de películas, iMDB, la sinopsis es así: «Anna, que mezcla a partes iguales vino, pastillas y cazuelas con una imaginación exacerbada, se obsesiona con un atractivo vecino y presencia un asesinato… o eso cree». Y este es su tráiler:

Lo primero que debes saber sobre esta serie de ocho capítulos es que, aunque no es una comedia, sí quiere burlarse de los lugares comunes que vemos en las producciones en las que una mujer cree haber visto un crimen y, en general, de los tropos presentes en las películas y series de misterio.

No es casual que la protagonista de «La mujer de la casa…» sea la misma detective de «Verónica Mars»: Kristen Bell. Tampoco que el nombre del personaje principal, look, adicción al alcohol y fobia, sean las mismas de Amy Adams en «The Woman in the Window» («La mujer en la ventana»).

Si aun no te queda claro, los creadores de la serie, Hugh Davidson, Larry Dorf, Rachel Ramras, se encargan de darnos pistas durante los capítulos para que sepamos que la idea es parodiar y llevar a los extremos, incluso al absurdo, los clichés del género. Por eso la protagonista lee «La mujer al otro lado del lago» y «La chica del crucero» en referencia a «La mujer en la ventana» y «La chica del tren».

En una entrevista con EW, los showrunners hicieron énfasis en que todo lo que vemos es una exageración, una burla, una explotación de películas y series ya vistas.

Dicho esto, vamos a responder las preguntas que se están haciendo los que ya vieron la serie. Como es natural, la nota lleva spoilers.

¿Todo lo que vemos es una alucinación?

No. Anna toma mucho vino y eso se concluye no solo por la cantidad de copas que le vemos llenar sino por los corchos que están en un tazón, en la mesa de cocina. Esos corchos, por cierto, sirven de almohada en una alocada composición de escenas de sexo. Pero además, la protagonista toma psicotrópicos recomendados por su exmarido, Douglas (Michael Ealy), un terapeuta muy descuidado si revisamos sus decisiones laborales.

Douglas deja a su hija con un asesino en serie que se come a sus víctimas. Y luego, le recomienda a su esposa (que vive sola), un trabajador que había asesinado a su familia con un martillo: Buell (Cameron Britton). Por si fuera poco, este «profesional» se cuestiona la dosis y la medida del fármaco que le recetó a Anna. «Probablemente debería haberte recetado Wellbutrin o Zoloft», dice. El caso es que ella mezcla las dos cosas  (a pesar de que le advirtieron que no lo hiciera), lo que causa los apagones que le llevan a dudar sobre lo que hizo o no.

En este contexto, es clave un movimiento narrativo. Cuando nos indican, mediante un corte, que ha pasado «un año», ese tiempo es real, forma parte de una intención de los creadores de la serie para informarnos que ya ha pasado toda la locura. Es decir, sí, la pequeña Emma (Samsara Leela Yett) era una asesina en serie; Anna tuvo sexo desenfrenado con un estríper antes de resolver los asesinatos, volver con su ex y quedar embarazada. Ah, y perderle el miedo a la lluvia.

¿Por qué Emma es una asesina?

El guion no explica muy bien por qué Emma es como es. Inferimos, por lo que habla, que no tiene empatía. Probablemente sufre de alguna psicopatía, motivada por algún episodio de su infancia. Ella dice que no quería tener un hermano. Y que eso desató los crímenes. Pero resulta una razón fútil, por más que el guion sea paródico.

En todo caso, sabemos que no le gustó que la novia de su papá le dijera que el azúcar es mala y que odia la rutina como ventrilocuo de su Neil ((Tom Riley). Por esos detalles, los dos adultos pasaron a mejor vida.

Los creadores de la serie subrayan el abuso del viejo recurso de sorprender al espectador cuando llega el momento de desenmascarar al villano. Así, buscan que sospechemos de todos, para que al final se revele que el autor de los asesinatos es el menos esperado.

Y todo eso se hace más hilarante con la absurda pelea entre la Emma y Anna. Por más pequeña que sea la protagonista de estatura, la serie llega al punto más descabellado cuando vemos los ataques de… ¡una chiquilla de nueve años!

¿Qué significa la escena final?

Luego de que todo ha vuelto a la normalidad, si es que se puede ser «nomal» luego de sobrevivir a una asesina en serie de nueve años, al alcohol y  a los psicotrópicos sin traumas, Anna viaja a Nueva York para visitar a su gran amiga, Sloanne (Mary Holland). En el vuelo, conocerá a una misteriosa compañera de viaje, interpretada por Glenn Close (quien en los 80 hizo historia con su papel de mujer psicótica, obsesionada por Michael Douglas).

Luego de consumir varias botellitas de vodka, Anna se despierta y se dirige al baño y tras abrir la puerta encuentra a su excompañera con un hilo de sangre en el oído De inmediato, le pide al ayudante del vuelo que revise lo que ha sucedido y entonces presenciamos que el cuero no está. Es más, el azafato le asegura que ni siquiera había alguien en la butaca contigua. «No había nadie en el asiento 2A», dice.

Eso nos lleva a preguntarnos, ¿la protagonista está alucinando de nuevo? ¿Volvió a mezclar alcohol y pastilla? La respuesta parece estar en el compacto dorado que usó el personaje que interpreta Close para retocarse el rostro y que Anna encuentra en el asiento. La protagonista lo abre, mira dentro y dice: «bingo». ¿Qué significa esto? Para responderlo tenemos que devolvernos al principio de la serie, cuando ella creía que Neil había asesinado a la esposa y a la nueva novia. 

En la búsqueda de conseguir pruebas, Anna entra en la casa de su vecino y encuentra un arete. Para ella, eso es una demostración de que en esa casa sucedió un crimen. Y de hecho, como vemos al final, fue así. La cosa es que nadie le creyó al principio. Incluso la oficial Lane (Christina Anthony) desecha buscar alguna prueba de ADN en esa prenda. Pues bien, en el vuelo, este compacto tiene la misma función del arete. Es el principio de una nueva investigación que, presumiblemente, veremos en una segunda temporada.

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