Venezuela

La pesadilla de ser vecino de Nicolás Maduro

Quienes viven cerca de Miraflores nunca han visto al Presidente caminar por las calles de Altagracia. Sufren, en cambio, la vecindad de su poder. No le encuentran beneficio a vivir en una zona de seguridad, donde la custodia militar se limita al palacio, mientras ellos son víctimas de la delincuencia

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Son pocos los que llegan a pedir algo a la esquina de Bolero. En otros tiempos —los de Chávez— la retahíla de ruegos era interminable: por vivienda, empleo, reivindicaciones laborales o ayudas para realizar procedimientos quirúrgicos. Al eje que conforman el Palacio de Miraflores, el Palacio Blanco y el Regimiento de la Guardia de Honor Presidencial se iba a suplicar. Los días y los presidentes cambian y cualquier protesta o intento de ella con suerte alcanza la Vicepresidencia de la República, en Carmelitas.

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