Salud

La respiración, un arma que nos libera de la ansiedad

Sin notarlo contamos en nuestro cuerpo con un arma 24/7 tan poderosa que puede acabar con el estrés, la ansiedad y sus indeseables síntomas. Cultivar la respiración lenta, diafragmática va a permitirte tener un estado mental relajado y una sensación de bienestar psicológico en el que conseguirás la calma

Publicidad

La respiración es la fuente mágica de la calma, esa acción inconsciente y mecánica que nos mantiene vivos esconde lo que pudiera ser el principio para superar la ansiedad y los ataques de pánico, estados que nos llevan al límite y que nos hacen sentir que estamos al borde la muerte.

Los síntomas de la ansiedad se activan por ese miedo de que algo malo pueda suceder, y van desde palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de desvanecimiento, escalofríos, dificultad para respirar y un sin fin de expresiones físicas que se activan por nuestro sistema nervioso para protegernos de lo que registra como un peligro.

La relajación a través de la respiración consciente parece tener un efecto notable en la disminución de los niveles de estrés y los síntomas de la ansiedad. Diversos estudios han identificado que sus efectos pueden ser tan eficaces como la medicación ansiolítica en el tratamiento del trastorno de ansiedad.

La respiración viene a convertirse en una aliada para prevenir la sobreactivación fisiológica producida por la ansiedad y el estrés, y es que tal y como lo expresa la experta en mindfulness Yael Goldmann “en un cuerpo relajado no hay ansiedad”.

Yael Goldmann. Foto: Prodavinci

El mundo, en un respiro

Si nos preguntamos si es posible relajarnos en el demandante mundo actual, todas las respuestas apuntarían a que esta tarea tan necesaria se vuelve cuesta arriba. Sin embargo, la asesora Yael Goldmann asegura que siempre es posible relajarnos a pesar de las tensiones que llenan nuestros días.

“Hay que recordar que hay un estrés positivo que nos impulsa a salir de nuestra zona de confort y a acometer nuevas actividades. Tememos al estrés negativo, el distrés que nos ocasiona tantos malestares como sudor, palpitaciones, temblores al que a veces llamamos, ansiedad, angustia y miedo”, explica.

En medio de un ataque de pánico, o un estado de ansiedad, parecería casi imposible hacernos conscientes de la necesaria respiración, un arma poderosa que vive con nosotros las 24 horas del día pero que no sabemos cómo usarla y por ello desaprovechamos sus beneficios para la salud mental, emocional y física.

Cómo hacerlo

Goldmann nos enseña a usar la respiración para lograr esa anhelada calma, esa relajación que nos mantendrá sin los indeseables síntomas de la ansiedad:

  1. Prueba sentarte en un lugar con los pies apoyados en el piso, los brazos descansando sobre los muslos y la espalda recta, erguida.
  2. Ingresa el aire por la nariz llevándola a la barriga contando hasta 5, luego mantienes el aire en la barriga inflada contando hasta 4 y lo largas lentamente por la nariz contando hasta 6.

Todo el secreto radica en tratar de hacer que las respiraciones sean cada vez más lentas, así que estos números son relativos y los acomodas a tu capacidad. De a poco llegarás a respirar lentamente.

“Esta respiración te trae a la calma y a la vez que te trae a la calma te trae al aquí y ahora”, dice Goldmann quien promueve la práctica del Mindfulness.

“Toda la idea del mindfulness es aprender a vivir el presente sabiendo y disfrutando lo que hacemos en el presente, por eso decimos: vivir con conciencia plena”, señala.

Despídete del piloto automático

Ni con piloto automático, ni haciendo 3 cosas a la vez, ni viviendo sin saber qué pasa a nuestro alrededor. “El mindfulness es vivir con conciencia lo que nos sucede; activando nuestros sentidos; para oler y degustar lo que ingresamos a la boca; para oír y escuchar los sonidos a nuestro alrededor; para escuchar la vida natural que nos circunda, para percibir las texturas de los materiales con los que trabajamos”, expresó la educadora Goldmann.

El mindfulness reduce los niveles de cortisol, una hormona que se libera en respuesta al estrés, al aportar a los practicantes un estado de calma y serenidad. Un estudio de la Universidad de Utah encontró que el entrenamiento con mindfulness no solo reduce el estrés y controla la ansiedad, sino que puede ayudar a dormir mejor, tener un mejor control sobre sus emociones y mejorar la concentración.

Esta práctica además tendría la capacidad de aumentar el tamaño de los telómeros, unas estructuras que se localizan en los extremos de los cromosomas y que se relacionan con el envejecimiento y el desarrollo de ciertas patologías relacionadas a la vejez.

“Si nos permitimos darle lugar a los sentidos para que nos den información del mundo que estamos viviendo, dejamos de guiarnos solo con los mensajes de nuestro cerebro que no siempre trae informes reales. Si logramos conectarnos con nuestros sentidos, si dejamos de pasear por el pasado y el futuro, que no son la realidad y nos ubicamos en el presente donde realmente vivimos y donde sentimos la felicidad, entonces podemos superar la ansiedad y encontrar la calma”, explica Yael Goldmann.

Cultivar un mayor control sobre nuestros pulmones trae beneficios a nuestra salud. Asegúrate de respirar con el diafragma, en vez de movimientos con el pecho, para llenar tus pulmones de aire, mientras reduces conscientemente el ritmo de la respiración, estas respiraciones lentas y profundas desatan esas respuestas fisiológicas que te llevarán a un estado de relajación completa.

Publicidad
Publicidad