Sin Categoría

La Sub 20 de la buena vibra

Había mucha incredulidad sobre las capacidades de esta generación Sub 20 que está compitiendo en el Suramericano de la categoría. Es lógico: la vara estaba excesivamente elevada con los subcampeones del mundo que hicieron vibrar al país hace un par de años. Sin embargo, a medida que pasan las presentaciones, incluido el traspié ante Brasil, el equipo convence y muestra nuevas alternativas incluso a las que tenía el grupo de Corea del Sur.

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El seleccionado acumuló prácticamente la misma programación de preparación que aquel plantel. El trabajo y la concentración grupal fue clave en 2017 y ha resultado ser determinante en este 2019. El fondo físico es notable y en los tres partidos que ha disputado termina siendo muy superior en ese apartado a sus rivales.
Hay muchos aspectos que se deben resaltar de esta selección, más allá de los simples resultados. El primero de todos es el real mérito que tiene Rafael Dudamel como seleccionador en la apuesta de los efectivos electos para el plantel y el once inicial. Dudábamos mucho de lo que pudieran hacer tres jugadores que no eran considerados titulares como Anzola, Yriarte e Ibarra y se han convertido en bastiones de esta selección. Jugadores con más físico que juego que han sabido despuntar más allá de sus atléticas condiciones.
Mención aparte lo de Rommel Ibarra: el “5” de Venezuela no es habitual en su equipo (Deportivo La Guaira) en esa posición, y su aparición en el medio de los dos interiores impresionó de entrada, pero terminó dándole la razón total a Dudamel, quien le encontró en ese lugar, mediocentro, la posición en la que se ha convertido en un auténtico perro de presa para recuperar balones, recorrer espacios y salir en jugada limpia.
Hay quien todavía reclama la presencia de los Danny Pérez o Esli García, pero es justamente en esas posiciones donde el fútbol de Venezuela ha mostrado sus mejores protagonistas: Vargas y Sosa. Dos jugadores punzantes, escurridizos y con una pegada descomunal que garantiza hasta puntos.
El 4-1-4-1 puesto en cancha también funciona. Si bien Hurtado no ha marcado siendo el delantero centro, su labor es encomiable en la gestación del fútbol ofensivo. Desde los tiempos de Salomón Rondón cuando era muchacho, no aparecía un centro atacante tan potente, con tanto olfato y que haga todo bien con el y sin el balón. Sosa desde la izquierda es una daga y desde el primer partido Dudamel encontró en Jesús Vargas un extremo que hizo corregir su planteamiento, apartando a un cerebro como Palmezano de la titularidad para aprovechar el mordiente por el costado del jugador de Estudiantes de Mérida.
En los primeros dos partidos se observó el buen oficio del conjunto. Contra Chile las individualidades rayaron todas a buen nivel, salvo los temas de funcionamiento defensivo: el equipo fue superado en vía aérea por una selección que no le gana en talla. Contra Brasil, Venezuela desechó el pelotazo sorprendentemente y se dedicó a circular con pelota dominada. Le quitó la posesión a los amazónicos y el fútbol fue vistoso, de conexiones, de vértigo, de pisar el área rival con peligro. Sin embargo, el rival fue 100% efectivo y metió las dos que tuvo, suficiente para ganar.
A pesar del marcador adverso, Venezuela no solo ganó en confianza por lo que mostró, sino que además propios y extraños se han contagiado con las ganas y el pundonor de los muchachos. Quizá el episodio de Bonilla en el duelo ante Chile atrajo a más curiosos a ver el fútbol, pero todos han quedado convencidos que este equipo juega, tiene picos individuales altísimos y está mano a mano con el grupo del 2017 en cuanto a capacidades.
Según mis números la victoria de Colombia sobre Bolivia le dio la clasificación al hexagonal a Venezuela, pero lo mejor para disipar dudas y seguir enamorando a la gente que vuelve a buscar en su equipo de fútbol una bombona de oxígeno ante la situación país. Eso es lo que más resalto: los que no son seguidores del fútbol han sido conquistados por el juego de los muchachos y eso es otro punto realmente alto en la evolución futbolística que pueda hacerse del seleccionado.
Una amiga me escribió: “Disfruto mucho de los partidos de esos chamos. Uno se llena de buena vibra viéndolos”. Sí, este es el equipo de la buena vibra.]]>

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