Invasión en Ucrania

La Ucrania que no fue

Los informes de Amnistía Internacional sobre Ucrania dejan al desnudo excesos, violaciones a derechos humanos y abusos que cometen tanto quienes tienen el aval de Rusia, como aquellas fuerzas que buscan defender la vigencia de Ucrania como Estado soberano y parte de Europa

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Hace cinco años se habló mucho de Ucrania en Venezuela. Entre activistas políticos prodemocracia y gente del mundo de las ONG se veía con simpatía lo ocurrido allí que fue retratado en el documental Winter on Fire, producido por Netflix.

A propósito de aquella producción audiovisual, que retrata lo ocurrido en 2014, se evidenció el entusiasmo de no pocos venezolanos con lo que fue la batalla en Ucrania, que llevó a la caída de Víktor Yanukóvich, y abrió paso al establecimiento de un gobierno prooccidental en el cabal sentido de ese término.

Sabía muy poco o nada de Ucrania hasta 2017. Ese año estuve como jurado internacional en el festival de cine documental One World en Praga, República Checa, y allí coincidí con Tetiana Pechonchyk, quien también formaba parte del jurado. Tetiana es una valiente defensora de derechos humanos y me ayudó a entender que Ucrania estaba lejos, muy lejos, de haber encontrado una solución al conflicto político-institucional que le atraviesa.

La decisión de Vladimir Putin de iniciar una operación militar en Ucrania, tal como lo había anunciado Estados Unidos, forma parte de aquella crisis de hace casi una década que no terminó de resolverse.

La batalla de 2014 abrió paso, efectivamente, a un cambio de envergadura porque puso fin al régimen antieuropeo de Víktor Yanukóvich, pero la violencia que se desencadenó en 2014 no volvió a su cauce, como suele suceder cuando se abre ese dique. Más de 10.000 personas han muerto por armas de fuego desde 2014 y un millón de ucranianos están desplazados dentro de su país o huyeron a países vecinos.

Obviamente la decisión de Moscú de este 24 de febrero profundizará en una crisis humanitaria crónica.

Los informes de Amnistía Internacional sobre Ucrania dejan al desnudo excesos, violaciones a derechos humanos y abusos que cometen tanto quienes tienen el aval de Rusia, como aquellas fuerzas que buscan defender la vigencia de Ucrania como Estado soberano y parte de Europa.

Ucrania, después de toda la polvareda mediática y política que levantó en 2014-2015, siendo un foco de las preocupaciones de diversos países y entidades como la Unión Europea, con el paso de los años pasó a vivir una guerra civil de baja intensidad que había sido olvidada por esa misma comunidad internacional. Ahora resurge como preocupación por la decisión de Rusia.

El factor Putin, sin duda alguna, le dio unas connotaciones específicas al conflicto irresoluto de Ucrania. Rusia en 2014 se anexó el territorio de Crimea, en medio de la batalla civil que se vivía en Kiev. Junto a esto tenemos las autoproclamadas “repúblicas populares” de Donetsk y Lugansk (que eran provincias de Ucrania), que días atrás finalmente fueron reconocidas como repúblicas por parte de Moscú.

Este desmembramiento efectivo del territorio ucraniano no ha podido ser detenido por las declaraciones, amenazas y sanciones de la comunidad internacional contra Rusia. Las declaraciones, llamados de atención y sanciones tampoco han servido para detener la decisión de Moscú de atacar abiertamente a Ucrania.

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