Venezuela

La Venezuela después del 6D

Una elección no es el principio ni el fin de nada. Es parte de un proceso que comenzó antes de la elección y que continuará después. Los cambios sociales y políticos se dan como consecuencia del aprendizaje social y de sus mutaciones culturales, más allá de si aparece o no un líder especial en un momento del tiempo, o si se acelera o se frena con ciclos económicos malos o buenos, respectivamente.

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Por Benjamín Tripier. Economista. Consultor gerencial @BTripier

La elección del domingo próximo en Venezuela no hay que verla como un punto de inflexión. Ese punto ya ocurrió hace tiempo, un poco antes de la última elección que ganó el presidente Chávez, y la pendiente desde allí ha sido continua, mas plana a veces, con un repunte otras, pero básicamente en sentido negativo.

Se trata de una combinación de elementos externos interactuando con los internos y realimentándose mutuamente.

A veces las variables y sus impactos son muy notorios (caída del precio del petróleo) y a veces imperceptibles (crecimiento en la percepción positiva de la empresa privada). Lo cierto es que gane quien gane el próximo domingo en la lectura plebiscitaria del evento, los cambios no se detendrán.

El modelo necesariamente deberá ser ajustado, de una manera o de otra, para adaptarlo a los nuevos tiempos y poder mantener la gobernabilidad.

Me refiero a lo plebiscitario, pues es una de las lecturas políticas posibles; mientras que la lectura del poder real tendrá que ver con circuitos ganados y perdidos y con cantidad de curules “duras” para un lado y para otro.

Porque las curules “blandas” (aquellas que siendo de un lado podrían acompañar circunstancialmente al otro) deberán sumarse algebraicamente a las “duras”, sobre la base de negociaciones ad hoc por tema y por conveniencia, personal y de grupo; así de simple.

La campaña del chavismo en el último mes tratando de cerrar la brecha fue exitosa pues logró acercar los números de esta votación, al porcentaje tradicional del chavismo.

Esto complementado por una campaña poco ruidosa de la oposición que decidió ir al “puerta por puerta” considerando el “blackout” mediático al que está sometida y evitando caer en provocaciones.

La reputación y las expectativas, las internas y las del exterior, son que la oposición debe ganar; por mucho o por poco, pero debe ganar. De no resultar así le costaría al gobierno explicar la victoria.

Tal vez internamente algo podría conseguir si gana por poco, pero internacionalmente le resultará muy difícil dada la situación económica y social, mas el enrarecimiento del ambiente electoral por las duras declaraciones del presidente Nicolás Maduro y la violencia que se ha ido desarrollando. Mas los temas reputacionales vinculados con la droga, la corrupción y los Derechos Humanos.

Escuchando esta mañana las declaraciones de la canciller designada por Mauricio Macri, los ojos están puestos en la reacción que va a tener el presidente Maduro ante los resultados electorales. De eso dependerán los siguientes pasos en camino a la cumbre del Mercosur dentro de 20 días.

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