Venezuela

Las elecciones se presentan como la mejor opción para Maduro

Nicolás Maduro evalúa aceptar el acuerdo de elecciones generales ante la presión de las sanciones internacionales, la pérdida de aceptación popular y el poco apoyo de los rusos. La meta es sobrevivir sin penalización y apostar al futuro (como Cristina en Argentina) y el único escenario factible para alcanzarla es el acuerdo político impulsado por el gobierno noruego.

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TEXTO: JUAN TORO (Analista de entorno Latinoamérica)| FOTOGRAFÍA: AFP

En las condiciones actuales, Nicolás Maduro tiene tres opciones:

• Todo sigue como está y continúa el deterioro social y económico.
• Acuerdo Político para elecciones generales, que le permita una salida sin penalidades de Miraflores y garantizar un espacio a los chavistas en la contienda.
• Conflicto armado, el cual solo tendría posibilidades para él si lo limita al plano doméstico sin intervención directa extranjera.

Para determinar cuál de estos escenarios tiene mayores probabilidades de ocurrir, deberíamos tomar en cuenta variables como:

-Luchas internas, tanto en el chavismo, como en la oposición.

-Decisiones en gobiernos internacionales, siendo los tres principales ejes de decisión: Rusia, Unión Europea y Estados Unidos.

-Mediación noruega mantiene interés y presión para llegar a una respuesta, sea ésta la negativa o la aprobación de un acuerdo.

Las luchas internas

Aunque pareciera que no ocurre nada, cada día el escenario político presenta una variable. Por ejemplo, las luchas internas del chavismo y las de la oposición van debilitándose o fortaleciéndose de acuerdo a los intereses de cada grupo y los logros o derrotas que van obteniendo.

En el chavismo, quienes defienden el escenario de la negociación han ganado unos espacios bajo el argumento de evitar más sanciones y obtener espacios políticos que les permitan participar en elecciones. Si bien están conscientes de que en unas elecciones transparentes saldrían derrotados, obtendrían una legitimidad que para ellos se traducen en no penalización para muchos de ellos y buscar repetir el fenómeno de Cristina Kirchne: salir derrotada por Macri, pero conservar un espacio e intentar regresar en próximos comicios.

Ante un conflicto armado y/o que continúe el declive del movimiento, a los chavistas les resulta atractivo una “derrota elegante” que garantice supervivencia. En público mantienen el “patria o muerte” pero en privado acarician la posibilidad de la supervivencia.

En el lado de la oposición, los negociadores llevan el liderazgo y siguen avanzando. Pero eso no significa que no haya disputas. La pugna principal no es entre defensores de negociación y los del conflicto. No, la lucha es por los puestos de liderazgos y aunque mantienen el silencio al respecto, comienzan a buscar posiciones sobre quién o quiénes serán los candidatos.

Más allá de las fronteras

Los noruegos, ayudados por las amenazas de sanciones, han logrado mantener las partes sentadas. Aunque el grupo chavista ha hecho desplantes y busca imponer posiciones que lleven a una legitimación de Maduro sin que ocurra ningún cambio significativo, los mediadores los han llevado al plano de la negociación y alejarlos de la imposición.

El chavismo ha dado mayor importancia a la mesa y ha entendido que el nivel obliga a reforzar el equipo y han buscado que Jorge Rodríguez asuma un mayor protagonismo. Ha pasado de ser parte del equipo que recibía reportes a sentarse en la mesa y buscar directamente respuestas e informaciones para construirle estrategias a Maduro y respuestas a Diosdado Cabello.

Estos avances de la mesa o cualquier otro que haya están influidos en gran medida por la posición que ha asumido la Unión Europea. Los chavistas dan por descontados las sanciones por parte del gobierno de Trump y saben que este es un contrario irreversible, su apuesta en las sanciones era (y buscan que siga siendo) la Unión Europea, pero cuando ésta amenaza con imponer sanciones va dejando sin espacios a los radicales y los lleva al terreno de la negociación.

Otro factor determinante ha sido la respuesta de Rusia. Wladimir Putin dejó de apostar a Venezuela como amenaza en la nueva era de guerra fría. Los rusos y los chinos buscan rescatar parte de las inversiones hechas en el país y saben que con las condiciones actuales no hay ninguna oportunidad. No les interesa si gana oposición o se mantiene Maduro, quieren condiciones. Donald Trump pareciera haber mandado un mensaje a Putin y éste dejó el camino libre, aunque se mantiene a la expectativa.

Maduro con la pelota en su cancha

Vistas la situación interna y la internacional, Nicolás Maduro tiene como mejor opción negociar unas elecciones, que aunque salga ampliamente derrotado el movimiento les da una carta de supervivencia. Ir a un conflicto armado tendría un alto costo, perdería todo espacio político internacional y ellos saben no están preparados.

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