Venezuela

Liderazgo valiente y responsable

En un acto valiente de liderazgo responsable, la Asamblea Nacional presidida por Juan Guaidó aprobó el 1 de octubre un Acuerdo de la mayor importancia cuya mira es posibilitar elecciones libres y transparentes para salir de la crisis y reinstitucionalizar a Venezuela.

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FOTOGRAFÍA: EFE

La emergencia humanitaria compleja que puebla de penurias y carencias la vida de millones de venezolanos requiere de atención urgente. Una atención que, sin embargo, no pierda de vista la creación de oportunidades de progreso para esta y futuras generaciones de venezolanos, declara la representación legítima del pueblo venezolano. El origen de la crisis actual lo identifican con claridad, radica en la persistente violación del Estado de Derecho y de Justicia consagrado en la Constitución y la falta de instituciones al servicio de todos.

Todo está unido. Relacionado. La recuperación económica y social del país y el desarrollo armónico que requerimos construir, necesita de una institucionalidad confiable que incentive la inversión y la generación de puestos de trabajo. La base son Poderes Públicos equilibrados que sean renovados por consenso, con respeto a los derechos políticos. Así se puede lograr un amplio acuerdo político perdurable que ofrezca garantías a todos.

La negociación política es el mecanismo apropiado para buscar esas soluciones. Tiene el apoyo de la comunidad internacional reiteradamente manifestado y de los venezolanos que queremos una transición pacífica que nos permita abrir una etapa nueva y promisora para todos, independientemente de nuestras diferencias. El proceso iniciado en Oslo con la facilitación del Reino de Noruega ha sido una oportunidad valiosa con sólidas y amplias expectativas favorables en gobiernos, parlamentos, instituciones, organizaciones internacionales de todo el mundo. A todos estos actores se agradece la solidaridad con el pueblo venezolano y el interés por la solución pacífica de nuestras graves dificultades.

Las elecciones presidenciales libres, justas y transparentes, con observación internacional seria y calificada que permita la participación de todos los venezolanos, están en la propuesta formulada en las negociaciones de Oslo-Barbados y siguen sobre la mesa. Ellas, desde luego requieren de órganos del Poder Público que actúen en forma autónoma e independiente, lo cual supone su elección por el órgano competente, la Asamblea Nacional cuyos 167 diputados ostentan el mandato de más de catorce millones de ciudadanos, dentro de las disposiciones constitucionales, por supuesto.

Lo que se propone y propone al país, la Asamblea Nacional no es de sencilla concreción, pero sin duda es vital para la esperanza de los venezolanos. No aspiran nuestros diputados al monopolio de una tarea tan exigente y un logro tan grande. Estos deben ser nacionales. Por eso llaman a asumirlo a la Fuerza Armada Nacional, las universidades, las iglesias y todas las organizaciones de la sociedad.

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