Venezuela

Lilian fue a McDonald's

Gran revuelo en las redes sociales: “¡Lilian fue a McDonald's con los niñitos!... ¡Cómo se le ocurre, con tanta gente pasando hambre en Venezuela!... ¡Y encima de todo, anda con una nana!”. Córtense las venas, señores. ¡Qué lástima que la gente no se muera de envidia, mucho menos de estupidez!

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Fotografía: Felipe Rotjes | Archivo

Lilian Tintori no es culpable de que en Venezuela haya personas muriendo de hambre. El gran culpable fue Hugo Chávez y Nicolás Maduro sigue su ejemplo. Apunten hacia donde es, culpen a los verdaderos culpables, exijan que se haga justicia y trabajen por su salida del poder.

¿Qué clase de personas se rasgan las vestiduras porque Lilian haya llevado a sus niños a McDonald’s? Resentidos, en primera instancia. Esos que no soportan que otros sean felices, que se puedan dar gustos. Si en el mundo no hubiera gente con dinero para gastar, ya estaríamos en vías de extinción. Porque el comunismo NO funciona… al menos no en sociedades libres. Uno de los grandes saltos en la evolución de la humanidad fue el apreciar la belleza en todas sus formas. Cuando las piezas utilitarias pasaron a ser también adornos. Cuando las comidas se sofisticaron. Cuando la ropa dejó de ser una cubierta para convertirse en moda. En los regímenes comunistas sólo la alta cúpula disfruta de estas cosas. Lo ideal sería que sucediera en libertad, pero en libertad el comunismo no funciona. Por allí rueda un video de un ex escribiente de un tribunal, millonario por obra y gracia del chavismo, disfrutando de unos güisquis carísimos en un local aún más caro fuera de Venezuela. ¿Por qué no le caen a él?

En segunda instancia están los “más papistas que el Papa”. Esos que exigen que como hay personas muriéndose de hambre, todos debemos morir de hambre también. Suicídense ya, señores, y dejen a los demás vivir. Aquí en Venezuela estamos librando una lucha denodada en contra de la miseria, la hambruna y la falta de medicamentos. Y me incluyo. Porque si uno no es parte de la solución, se convierte en parte del problema. Y no necesitamos más problemas. Con los que tenemos es más que suficiente.

En tercera instancia están los envidiosos. No soportan que alguien pueda tener y gastar su dinero –bien habido- como le dé la gana. Los López Tintori tienen dinero de familia, bien habido, y no le deben nada a nadie. ¿Por qué entonces Lilian no puede llevar a sus niños, que como tantos millones de niños alrededor del mundo les encanta McDonald’s? ¿Es que acaso tiene que “pedir permiso o pedir perdón” por poderlos llevar?

¡Quienes sí son responsables de nuestra desgracia son los ladrones que han desbancado, desfalcado y destrozado nuestra nación! ¡Tienen que ir a juicio y a la cárcel! Son ladrones y son asesinos. Si ven a esta gentuza dándose la vidorria en cualquier parte del mundo, ¡échenles a perder su placer!… Esos placeres sí son injustos, porque provienen de dinero robado. Esos personajes despreciables son los responsables de que tantos niños mueran de hambre y de mengua en hospitales vacíos. No Lilian Tintori.

De manera que, Lilian, no te sientas mal ni culpable por haber llevado a tus hijos a pasar un rato agradable y divertido. Te lo mereces tú y se lo merecen ellos. A palabras necias, como decía mi abuela, no hay cosa mejor que oídos sordos.

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