Deportes

Lo bueno, lo malo y lo feo de la fase de grupos de la Liga FUTVE

Ahora es preciso hacer una pequeña revisión de lo que dejaron estas 28 fechas esparcidas en seis meses de competencia. Un formato que nació y murió por las circunstancias, que dejó cosas buenas, malas y feas y aquí enumeramos

Publicidad

Termina la fase de grupos de un campeonato muy particular. La campaña 2021 del fútbol venezolano fue una de las más tardías en comenzar en el continente. Dicho retraso, motivado por la situación de pandemia, obligó a comprimir un calendario que generó una división territorial necesaria, acorde a la realidad país. Sin vuelos internos y con una grave escasez de combustible, lo lógico fue lo acordado: tres grupos organizados por cercanía geográfica y cuatro vueltas para definir cuatro clasificados a fases finales.

Ahora, cuando comienzan esas instancias, es preciso hacer una pequeña revisión de lo que dejaron estas 28 fechas esparcidas en seis meses de competencia. Un formato que nació y murió por las circunstancias, que dejó cosas buenas, malas y feas:

Lo bueno

  1. Emocionante final: la lucha por dos cupos a la Fase Final A y el acceso a la Fase Final B se mantuvo hasta la última jornada. Calculadoras en mano, números para allá y para acá, la atención copó las tres últimas jornadas. Un check positivo al formato.
  2. El nivel de los extranjeros: Después de muchos años, el nivel de los refuerzos foráneos, con ciertas excepciones, cumplieron su finalidad, que es mejorar lo del patio. Los paraguayos de Portuguesa; los africanos del Caracas; los colombianos de Hermanos Colmenárez; los panameños Stephens, Ramos, Góndola, Jhamal Rodríguez; la importación de Monagas. Son más los que destacaron que los que no lo hicieron. Guiño al acierto de las directivas.
  3. Televisación de los partidos: la cobertura total en las primeras 26 jornadas del campeonato ha sido un logro jamás visto, además de hacerse en señal abierta, con el agregado de tener la posibilidad de ver las transmisiones en una aplicación de una cadena internacional de televisión deportiva, lo que amplió el abanico de posibilidades. Faltó que dicha cobertura se llegara a la totalidad de partidos en las últimas fechas. Mayor exposición para todos los involucrados en el evento futbolístico, beneficio común.
  4. Mejora en los campos de juego: la exigencia de la Liga FUTVE en presentar campos de juego en buen estado y visualmente óptimos para la puesta en escena obligó que infraestructuras como el Estadio Misael Delgado, la reformada Bombonerita, el Olímpico, el Brígido Iriarte, el Hermanos Ghersi, el Farid Richa y otros mostraran una mejor cara. Algunos casos fueron excepción, pero la mayoría de las directivas hicieron un esfuerzo por mejorar sus estadios.
  5. El innovador “Stadium Manager”: la manifestación física más importante de la nueva cara que trabaja por mostrar la Liga FUTVE de su torneo. Quizá el público que no asiste al estadio no se ha dado cuenta de su presencia y trascendencia, pero la figura de una persona encargada en cada estadio de velar por el cumplimiento de los tiempos y de todas las actividades protocolares, de prensa y reglamentarias que implican la puesta en escena de un espectáculo futbolístico, colaboró enormemente en el trabajo y desempeño de todos los que están involucrados en un partido de fútbol. Una novedad muy positiva, que acerca al fútbol local a los mecanismos que ejecuta CONMEBOL en los choques continentales.
  6. El nivel de los “grandes” y las sorpresas: hubo pocas sorpresas, pero en líneas generales los equipos llamados a ser protagonistas, cumplieron con las expectativas. Incluso, algunos equipos modestos como Carabobo, Gran Valencia y el recién ascendido Hermanos Colmenárez gustaron por su fútbol y competitividad.
  7. El regreso del “Penta”: que una institución tan importante en la historia del fútbol nacional como Portuguesa haya vuelto a ser protagonista es un hecho altamente positivo. Un equipo conformado sin aspavientos, con dos importados de altísimo nivel como el de los paraguayos Fernández y Cáceres y con una gerencia responsable, dejó un gran sabor de boca. Lucharán por volver al escenario internacional de la Copa Sudamericana.
  8. Los “refuerzos” Vinotinto: no se podía comprobar en un pasado reciente la filosofía que excluía al futbolista que juega en el balompié local del nivel para defender a la Selección Nacional, debido a que no eran tomados en cuenta. Con la llegada del portugués José Peseiro al banco del combinado patrio, esa filosofía cambió. En la emergencia que se presentó en la Copa América, los que salvaron los muebles fueron los muchachos que juegan el campeonato nacional. Luego, con el interinato de Leo González, continuó la presencia positiva de futbolistas que actúan en la Liga FUTVE. Se rompió el mito.
  9. Inagotable producción de juveniles: El fútbol local sigue pariendo futbolistas de la “norma” que irrumpen con gran nivel en el torneo. Yeison Chacón, Saimon Ramírez, José Riasco, Edgar Carrión, Jon Aramburu, Mauricio Márquez, Santiago Rodríguez, Diego Gil, la consolidación de Abraham Bahachille y Telasco Segovia… nombres que poco a poco comienzan a sonar con fuerza en el campeonato local.

Lo malo

  1. Formato agotador: si bien la estructura del torneo obedeció a la lógica, se hizo agotador ver enfrentarse a siete equipos cuatro veces en seis meses. En algunos casos, se hizo hasta monótono este formato “escocés”, en el que algunos equipos mostraron una superioridad abismal con el resto. La exageración de tener 21 equipos en Primera División tuvo mucho que ver.
  2. Actuaciones arbitrales: la amplia cobertura televisiva también sirvió para exponer los fallos arbitrales. Reiterados y en algunos casos decisivos, demostraron que el nivel debe mejorar. Hasta la actuación de los muy bien ponderados continentalmente árbitros FIFA estuvo en el ojo del huracán.
  3. Las deudas con los árbitros: si bien el nivel arbitral quedó en entredicho, también hay que admitir que las condiciones para que hicieran su trabajo fueron muy adversas. Una deuda importante en la cancelación de sus honorarios se arrastró por un buen trecho del campeonato. Costearse sus traslados, sus comidas, sin recibir el pago al día, fue un episodio que no debería repetirse.
  4. Poca comercialización del torneo: aunque la situación de pandemia ha obligado que el inversor patrocinante se haya alejado del deporte por la crisis, quedó pendiente acercar a la empresa privada al fútbol nacional. Algunos equipos hicieron esfuerzos individuales, pero es materia para 2022 que la LigaFUTVE incorpore “marcas” a su organización.
  5. Las cadenas: si bien la transmisión del fútbol en señal abierta amplía el rango de alcance y llegada a la gente del torneo nacional, las impredecibles cadenas gubernamentales afectaron la cobertura total de los juegos. Para quienes tenían acceso a internet, la APP de GOLTVPLAY terminó siendo la solución.
  6. Modificación en los criterios del descenso: las bases competitivas establecían un ascenso de Segunda a Primera y un choque de Promoción entre el segundo de Segunda y el “mejor” último de los tres grupos de Primera. Sin embargo, el criterio fue modificado bien entrado en jornadas el torneo. Creo que esas modificaciones en pleno curso de campeonato trastocan objetivos y otras planificaciones en clubes cuyas aspiraciones estén involucradas en esas transformaciones.

Lo feo

  1. Las deudas: cuando en los últimos años se había dado por superado este tema, el fantasma de los impagos se hizo real y golpeó fuerte a varias instituciones del campeonato nacional. El penoso transitar de Trujillanos, la espantada de jugadores de Yaracuyanos, las lágrimas de Joel Infante reclamando su salario en las cámaras, el bochorno de Lala en la última fecha y los constantes comunicados públicos de futbolistas de diferentes instituciones reclamando sus salarios influyó en el nivel del desempeño deportivo de sus equipos. Históricos como el propio Trujillanos o Mineros han visto sus colores manchados por ineficiencias administrativas. La Liga FUTVE debe ser más estricta con las condiciones, evitando que una situación tan delicada termine afectando el espectáculo, como ocurrió en 2021.
  2. Gitanismo: Trujillanos y Yaracuyanos deambularon por varias plazas del país, al no tener disponibles sus estadios. Nunca hubo intención de refaccionarlos para que sus equipos volvieran a sus escenarios. Aragua y Academia Puerto Cabello aprovecharon la ausencia de público para recuperar sus campos, caso muy diferente.
  3. Lesión de Pulga Gómez: llamado a ser una de las figuras del campeonato el año del cincuentenario de Estudiantes, el volante merideño sufrió una dura lesión que lo sacó de la fase de grupos del torneo. Apenas está volviendo a las convocatorias y se espera que su magia aparezca en la Fase Final A.
  4. Estadios sin público: seis meses jugando sin el aliento del aficionado es demasiado tiempo. Difícil hacer más atractivo un producto que, por fuerza mayor, no pueda contar con el color que añade el aliento del fanático. Con el permiso gubernamental del ingreso de público hasta el 40% del aforo para las Fases Finales, se espera que las emociones se incrementen en esa fase decisiva.
Publicidad
Publicidad