Opinión

Los dos viacrucis de Jabón

De visita en el pintoresco pueblo de Jabón, en la zona montañosa del municipio Torres del estado Lara, Andrés Cañizález se encontró frente a dos viacrucis: uno religioso y movido por la fe; y otro cargado de realidad y necesidades. Así relata su experiencia y la de los habitantes

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Lo que se supondría sería un espacio de descanso en esta Semana Santa tuvo otra connotación. De visita en el pintoresco pueblo de Jabón, en la zona montañosa del municipio Torres del estado Lara, estuve frente a la noción de viacrucis, muy a tono con los días santos.

El viacrucis, según se describe de forma extendida, ​ es una de las devociones o prácticas de oración más tradicionales entre los fieles católicos. Tiene lugar, por lo general los viernes de Semana Santa y constituye una representación de los diferentes y dolorosos momentos vividos por Jesús de Nazaret desde su detención hasta su crucifixión, sepultura y posterior resurrección.

El viacrucis de Jabón tuvo dos expresiones. La tradicional católica, con un par de centenares de feligreses caminando por las calles de este pueblo, de unos 1.500 habitantes, mientras otros habitantes hacían su mejor esfuerzo en personificar y desarrollar la práctica católica, en un viernes santo bajo una pertinaz llovizna. Fue un recorrido de oraciones, y en algunos casos risas disimuladas de los feligreses al reconocer a sus vecinos o amigos en la representación del viacrucis.

Muestra, sin duda, de fe. Caminamos por calles sin asfalto, sin aceras, otras engalanadas con empedrados. De las casas, muchas muy humildes, se asomaban sus habitantes ante el paso del viacrucis. Los más jóvenes del pueblo, haciendo lo que hacen los jóvenes de hoy en cualquier lugar del mundo, enfocados en registrar el recorrido y sus estaciones con sus teléfonos celulares.

La organización del viacrucis por las calles, fue además punto de inflexión en la vida católica del pueblo tras los dos años de restricciones de la pandemia por la COVID-19.

Mientras tenía lugar esta devoción católica, por las calles de Jabón corría otro viacrucis. El de los servicios públicos. Durante mis días de visita al pueblo hubo un apagón generalizado. Escribo el domingo de resurrección, orando por los jabonenses que conocí y con quienes compartí en estos días. Acumulaban ya cinco días continuos sin electricidad.

Mi estadía transcurrió en su totalidad sin electricidad y sin señal telefónica de ningún tipo. Las fallas generalizadas de los servicios públicos son en sí un viacrucis, que afectan además con mayor asiduidad a los más pobres o a los venezolanos en lugares geográficamente apartados. Sin energía eléctrica no hay conectividad, eso ya se viene documentando de forma amplia en el país.

Alojado junto a mi familia en la posada Monte Tabor, allí estuvimos estos días santos sin electricidad en todo momento, sin señal telefónica o de datos, sin una planta eléctrica de emergencia, solo conectados con el amable trato de la familia que maneja este magnífico hospedaje, ubicado en las afueras de Jabón. Este lugar bastante fresco, junto a la posibilidad de tener agua de manantiales, hizo muy llevadera la situación caótica de estar tantos días sin energía eléctrica.

Otra historia la vivían los habitantes del pueblo. En muchos lugares no hay agua si falla la electricidad. Sin luz por tantos días muchos alimentos perecederos sencillamente se descomponen. Asimismo, en medio del viacrucis, cuando caminaba junto a feligreses, escuché unas cuantas historias de los días de incomunicación familiar que prevalecían entre no pocos, debido a la falta de energía eléctrica. La gente del pueblo no podía comunicarse con sus familiares en otras poblaciones o incluso fuera del país.

Otra cara del viacrucis que han padecido los habitantes de Jabón es la falta de información oficial. Sin una versión oficial de Corpoelec sobre esta falla y detalles sobre los planes y trabajos para resolverla, la gente del pueblo sencillamente repite lo que ocurre en los contextos de vacíos de información. Se rellenan con diversas versiones e historias la falta de una versión oficial.

Al momento de escribir, este domingo de resurrección no había, aún, una versión oficial ni un estimado oficial de cuándo se repondría el servicio eléctrico.

Estuve de visita en Jabón y asistí a sus dos viacrucis.

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