Venezuela

Los “dueños” de la Simón Bolívar, otro disparate de Mario Silva

“Estudió primaria en el Colegio San Francisco de Asís en Ciudad Bolívar, donde obtuvo el bachillerato en el Ciclo Diversificado Antonio Díaz, antigua Escuela Técnica”, estas dos líneas contienen la formación académica de Mario Silva, presentador de Venezolana de Televisión.

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Por Milagros Socorro @MilagrosSocorro

Según su biografía en Wikipedia, a esto se limitan los estudios del conductor de un espacio en la televisora estatal. Y, efectivamente, cuando uno busca fragmentos de sus programas, disponibles en internet, encuentra un hombre naif, que cuando quiere hablar de asuntos que revisten cierta complejidad, debe leer los guiones que le preparan. En la misma búsqueda se encuentra que tiene fama de violento y soez. Curioso, porque la imagen que proyecta es la de un tipo inseguro, hasta bonachón, sin más agenda que la de repetir lo que le mandan. No parece tener criterio propio ni mayor consistencia política ni ideológica. Es, da la impresión, un muñeco de ventrílocuo, que dice lo que lo ponen a decir. Esto se deduce del hecho de que a lo largo de los años ha dado muchos bandazos.

Por la misma fuente, Wikipedia, nos enteramos de que Mario Silva apareció en 2004, cuando se creó La Hojilla TV, como parte de una estrategia comunicacional diseñada por el presidente Hugo Chávez. El hombre es, pues, un invento de Chávez. No era periodista cuando lo contrataron para ese programa. No lo es ahora tampoco. Es, básicamente, un disparatero. Un cómico de la política.

Lo descubrí cuando me llegó a un chat de periodistas una grabación donde Mario Silva aparecía, en la pantalla de VTV, asegurando que en la Universidad Simón Bolívar (USB) no hay profesores no porque hayan tenido que marchar a la emigración empujados por los pésimos salarios y la degradación de la vida venezolana, sino “porque quienes se enriquecen son los dueños de esa universidad. Son los dueños. Y, fíjate, entonces, hay que ser muy claros, entenderlo, saber lo que está pasando, entonces esa migración la van provocando…”.

Así lo dijo. Con ese aire de pobre tipo envalentonado, de folklórico que viene a decir cuatro verdades, pero lo dijo. Y lo dijo en una televisora propiedad de todos los venezolanos.

Ya el problema no es la mentira. Mario Silva es parte de “una estrategia comunicacional de Chávez”. No tiene ninguna credibilidad. Aunque indigna la banalidad con que los voceros del régimen usan los recursos del Estado para engañar a la audiencia, para adulterar la realidad, para manipular. En estos minutos de grabación vimos con cuánta desfachatez hacen afirmaciones sin ninguna base en la realidad. Mario Silva afirmó, por ejemplo, en el mismo medio, hace unos años (está en internet) que Chávez fue asesinado con algo relacionado con un tal “proyecto haarp”.

No explica lo que es, porque él mismo no tiene idea y nadie le hizo una ficha explicativa, pero lo dice por televisión, así, sin soportes, sin argumentos. Burlándose de los televidentes, a quienes no les concede el más mínimo derecho a que se les diga algo con alguna seriedad y con base en la realidad. Y así hacen con todo. En todos los escenarios. Así lo han hecho siempre. Así lo hacía Chávez, quien mentía sin ningún pudor ni medida, en lo que no le ha perdido pisada Maduro.

Pero todavía impresiona más, no solo de Silva sino de todo el chavismo, es que hayan estado 20 años en el poder y todavía no conocen el país. Mario Silva carece de formación. Eso está claro. Pero cualquier liceísta en Venezuela sabe que la Simón Bolívar es una universidad del Estado. ¿Cómo puedo ignorarlo una persona que ha estado por años en la programación de VTV? Esa era también una característica de Chávez, exactamente lo mismo que de Maduro, no conocen a Venezuela. No saben quién es quién, cuál es la tradición cultural del país ni la trayectoria de los individuos y las instituciones. Lo único que saben bien –y se encargaron de buscar tutores para ello- es dónde está el botín, cómo sustraerlo y cómo redirigirlo a sus cuentas corrientes. Esto también lo ignoraban cuando llegaron al poder, pero muy pronto lo aprendieron. Ahora saben cómo comprar apartamentos en Miami, Madrid y Roma; cómo acumular fabulosas fortunas en Andorra, Estambul y Medio Oriente, pero siguen ignorando qué es la Universidad Simón Bolívar que, a pesar de ellos, sigue siendo uno de los centros de educación superior más prestigiosos del continente.

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