Salud

Los plásticos de alimentos y cosméticos pueden causar 100.000 muertes al año

Un nuevo estudio de la Universidad de Nueva York alerta que las toxinas de los ftalatos penetran en el cuerpo a través de la comida o los cosméticos en contacto con estos plásticos y su exposición está relacionada con la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares

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Foto Polina Tankilevitch / Pexels

La exposición diaria a los ftalatos, los químicos que se utilizan en la fabricación de plásticos para guardar alimentos o cosméticos, causarían 100.000 muertes prematuras al año en Estados Unidos, alerta este martes 12 de octubre un estudio de la Universidad de Nueva York.

Los ftalatos son una sustancia química que se usa para hacer flexible los plásticos rígidos. según explica la página Seguridad Alimentaria del Instituto Elika. Se usan en muchas cosas como pañales para niños y en plásticos para envolver comida.

Durante décadas se ha considerado que los ftalatos operan como «disruptores hormonales».

Los científicos creen que estas toxinas penetran en el cuerpo a través de la comida o los cosméticos en contacto con estos plásticos. Su exposición está relacionada con la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

La investigación que realizó la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York con más de 5.000 adultos entre 55 y 64 años muestra que aquellos que tenían mayor concentración de ftalatos en la orina tienen más probabilidades de morir de una enfermedad del corazón que aquellos menos expuestos.

Sin embargo, no parecen aumentar el riesgo de muerte por cáncer.

¿Dónde hay ftalatos?

Lamentablemente, estas sustancias son calificadas como «las que están en todas partes» pues realmente los ftalatos se utilizan para fabricar envases de plástico para muchas cosas rutinarias.

Según un trabajo de CNN, los ftalatos se encuentran en los recipientes de comida que se venden listas y congeladas para calentar, las botellas de agua, las latas revestidas con plásticos y en bolsas para alimentos al vacío.

Los esmaltes de uña son otro gran contenedor de ftalatos, porque esos químicos evitan que se agrieten. También en champú, pañales, lociones y selladores dentales.

Foto Karolina Grabowska from Pexels

Los juguetes para niños no se salvan. En unos especialmente ponen la alarma: en los mordedores blandos para bebés. Lo más probable es que contengan ftalatos, a menos que la marca certifique que no los usa.

Foto Pixabay / Pexels

Y en la casa pueden estar en pisos de vinil y en coberturas vinílicas para paredes, entre muchas otras cosas.

Una de las maneras de evitar el ftalato es fijarse que el plástico utilizado diga «libre de BPA».

Del envase al corazón

«Hemos encontrado que la creciente exposición a los ftalatos está vinculada con muertes prematuras. En particular en las enfermedades del corazón», dice el estudio dirigido por el profesor Leonardo Trasande, publicado este martes 12 de octubre en el Diario Environmental Pollution.

«Hasta ahora, sabíamos que los químicos tenían relación con las enfermedades del corazón que son las principales causas de muerte, pero no habíamos relacionado los propios químicos con la mortalidad», asegura.

No obstante, Trasande advierte de que el nuevo estudio no establece una relación causa-efecto directa entre la exposición a los ftalatos y la mortalidad, en parte porque los mecanismos biológicos específicos en dicha relación son inciertos.

Pero el análisis de otros estudios de salud previos sugieren que «el peaje de este químico en la sociedad es mayor que el que pensábamos», dice Trasande en un comunicado.  Asegura que es «innegablemente claro que limitar la exposición al ftalato tóxico puede ayudar a salvaguardar el bienestar físico y financiero de los estadounidenses».

Otros estudios ya han puesto de manifiesto que los ftalatos causan más de 10.000 muertes anuales. Esto por la caída de los niveles de testosterona en hombres adultos.

Las consecuencias económicas de la toxicidad de estos químicos para la salud se estiman en pérdidas de hasta 47.000 millones de dólares, cuatro veces más de lo estimado hasta ahora.

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