Venezuela

Maracaibo, una ciudad castigada por la pobreza

Situada en el estado Zulia, al oeste del país, la ciudad de Maracaibo fue alguna vez una de las ciudades más ricas y prósperas del continente. Hoy sufre la pobreza, crisis política, económica y de servicios básicos.

Maracaibo, Venezuela, el 19 de noviembre del 2019. La anciana pareja sobrevive gracias a la caridad ajena.
AP |AP
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Gracias a la generosidad de sus vecinos, los ancianos Haydé Chacín y su esposo José Calderón sobreviven en los suburbios de la segunda ciudad más grande de Venezuela, Maracaibo.

Situada en el estado Zulia, al oeste del país, la ciudad de Maracaibo fue alguna vez una de las ciudades más ricas y prósperas del continente.

Pero para Calderón y Chacín esto no es más que un recuerdo lejano, la realidad es otra.

El administrador de un vivero de la misma calle les da un poco de arroz cuando no tienen nada que comer. El guardia de un restaurante del frente hace llegar una manguera a su casa día por medio para que llenen baldes con agua.

La pareja recoge botellas de plástico en la basura del barrio y recibe centavos por cada una. Usa leña para cocinar al aire libre en el patio. Se quejan de que los programas sociales del gobierno que no bastan.

“Somos dos que vivimos pobres, pero humildemente”, dijo Chacín, quien tiene 60 años de edad.

La pareja lucha a diario por sobrevivir y acepta filosóficamente su mala fortuna en momentos en que el jefe del Parlamento Juan Guaidó llama a la gente a salir a la calle para tratar de lograr el cambio del régimen de Nicolás Maduro.

Maracaibo marginada

Maracaibo ha sido muy golpeada por la crisis. Sus residentes soportan apagones diarios en una región muy calurosa.

El petróleo del Lago Maracaibo hizo de Venezuela una de las naciones más ricas de América del Sur. Pero dos décadas de socialismo acabaron con la industria petrolera, que hoy produce mucho menos que hace 20 años.

El gobierno atribuye sus problemas a sanciones de Estados Unidos. Aunque la realidad muestra que la crisis se avecinaba en los últimos años del mandato de Hugo Chávez, 2012 y 2013.

Algunas riberas del lago están cubiertas por manchas de petróleo que se filtra de plataformas desvencijadas y dificultan la vida de los pescadores de la zona. El olor del crudo cubre esta ciudad de un millón de habitantes.

A la espera del milagro

Los fieles abrieron la temporada navideña el lunes con una ceremonia que atrajo una multitud, por más que la crisis haga que escasee el dinero y se quiebren familias. Los zulianos se reunieron frente a la Virgen de Chiquinquirá, uno de los íconos religiosos más reverenciados de Venezuela.

Miles de venezolanos acuden a la basílica de Maracaibo en esta época del año para rezar a la virgen de la Chiquinquira (la chinita) por que Dios los ayude a superar enfermedades o a concebir hijos.

Pero muchos fieles dicen que la crisis que causó el éxodo de millones de venezolanos hace que pidan por algo más grande todavía.

Muchos migraron fuera del país o a otras urbes del país como la cercana Falcón o Caracas, la capital de la nación, afectada pero no de forma tan drástica por la falta de servicios.

“No vengo pedir milagros. Vengo a pedir es por Venezuela, por un milagro sumamente más grande, que nos ayude a todos los venezolanos a salir de este crisis”, expresó Jessica Araujo, de 36 años de edad.

Se emocionó al hablar de su marido, que se fue a Colombia hace cuatro meses con la promesa de enviarle dinero ella y sus dos hijos.

Todavía no ha recibido nada, indicó.

Araujo dijo que no podía plegarse a la manifestación porque tiene que atender a sus hijos pequeños, de tres y cuatro años de edad. Su esposo se fue a Colombia decidido a vender comida en la calle y enviarle dinero, pero cuando la llama lo único que hace es quejarse de lo difícil que es la vida en el país vecino, según contó ella.

Se la ve delgada y dice que sigue perdiendo peso. Relata que sobrevive con los cinco o diez dólares que de vez en cuando le mandan amigos desde el exterior.

“Con esto sobrevivo. Hay muchos niños en la calle que se están muriendo de hambre””, expresó.

Temor y desconfianza

Se calcula que 4,5 millones de venezolanos se fueron del país, mayormente a Colombia, Perú y Ecuador. Parten en busca de empleos que les permitan enviar dinero a casa, pero enfrentan dificultades y resistencia a medida que aumenta el flujo.

Guaidó fue juramentado presidente en enero y se comprometió a acabar con el gobierno socialista, pero su campaña se estancó, a pesar de haber sido reconocido por casi 60 países, incluido Estados Unidos, que impuso severas sanciones a Venezuela con el fin de forzar la caída de Maduro.

En Maracaibo, junto a la frontera con Colombia, muchos residentes dicen que ya no participan en marchas políticas porque no confían en sus líderes o temen por su seguridad ante la represión del gobierno.

Los fieles siguieron llenando las iglesias después de los festejos del lunes. Inclinaban la cabeza y decían que pensaban en sus familiares y en los amigos que se fueron lejos por la crisis.

¿Quien da la cara por mi?

Johan Bolívar, de 31 años de edad, vende verduras en el mercado al aire libre más grande de la ciudad. Dice que los vendedores como él están empacando vegetales en pequeñas bolsas, llamadas “combos”, con un tomate, una cebolla y una papa. Es una alternativa barata para quienes no pueden comprar cantidades más grandes.

Bolívar dice que no se suma a las protestas de la oposición porque perdería ventas y dinero que necesita para alimentar a su familia.

Acotó que en las protestas siempre hay algunos que apelan a la violencia y ponen en peligro a todos.

“Si me pasa algo en una marcha, ¿quién va a velar por mí y por mi familia?, Qué político va a dar la cara por mí?”, preguntó.

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