Venezuela

María Corina Machado: "amenaza de EEUU contra Maduro es absolutamente verdad"

María Corina Machado jamás pasa desapercibida. Su llegada, incluso para esta entrevista, resulta arrolladora. Se despide de unos trabajadores que la rodearon en el patio de la sede de su partido, Vente Venezuela; saluda a unos jóvenes reunidos en una sala, reparte instrucciones cual dinamo, enciende el aire, responde un par de mensajes y se dispone a contestar, haciendo la advertencia del poco tiempo que tiene disponible.

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Por Claudia Macero (Especial para el estímulo) @claumacero

Afuera de su oficina algunos “hacen cacería” para hablar con ella. Su asistente entra sin tocar la puerta y en un descuido vemos a la dirigente política más polémica y acelerada probar el almuerzo que permaneció frío durante esta conversación de media hora.

En la pizarra detrás de su escritorio resalta un “Te quiero viejita”,  escrito en una esquina que no se borra; un poco más abajo, aparece el apodo de uno de sus tres hijos. También está un calendario con eventos que ya ocurrieron y otros imprevistos, como su aparición el 2 de febrero en una marcha en Carabobo. Estuvo con Juan Guaidó en Caracas, ese día en que las manifestaciones se extendieron en todo el país para agradecer el apoyo de la democracia internacional.

Aún estaba caliente el “absolutely yes” que la dirigente respondió en una entrevista, refiriéndose a su participación en unas eventuales elecciones presidenciales.

Ella insiste en que todo tiene su momento. Es prudente al hablar de una posible candidatura presidencial, pero en las redes y en la calle los comentarios son otros. Muchos la llaman “presidenta” y las encuestas no dicen lo contrario. En eso también es arrolladora.

“¡Vamos!”, dijo enérgica para arrancar esta entrevista donde sostiene tajantemente que es la hora de “rematar” a la tiranía. Luce optimista y no teme decir que es “absolutamente real” la amenaza creíble que hoy representa Estados Unidos para el régimen.

Según ella, cada hilo que se rompe es tan necesario como el último. Después de meses hablando del quiebre definitivo, su apuesta se ve intacta, y ante el “cese de usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, tiene su propio mantra: “libertad ya”.

-En las últimas manifestaciones usted ha decidido irse al interior del país, mientras Juan Guaidó y buena parte de la dirigencia política se han centrado en Caracas. ¿Es una decisión política o cuál es el objetivo?

Los objetivos son múltiples. Es demostrar que estamos movilizados en todo el país. Por razones obvias, Juan Guaidó se ha concentrado en Caracas, donde hay una gran demanda de su tiempo y presencia, y siento que parte de, precisamente, de la cooperación y el trabajo en equipo es decir “aquí estamos todos, juntos, en esta ruta, que es la ruta del coraje”, y yo creo que es muy importante que en ciudades emblemáticas, que han sido duramente reprimidas, esté nuestra presencia allí acompañando, escuchando, aliviando, pero reforzando que ahora más que nunca hay que rematar. Aquí no hay vuelta atrás, aquí hay que rematar.

MariaCorina por Claudia Macero

Foto: Pepe Mart IG @PepeJMart Twitter @pepejmartinez

-Usted fue una de las primeras en fotografiarse con Guaidó, pero ¿cómo es su relación hoy con él?

Mi relación con Juan Guaidó es una relación de respeto y yo, si algo repito, es mi reconocimiento a su coraje por tomar esa decisión. No fue una decisión fácil y enfrentó mucha resistencia para que no la adoptara. Era su deber, no tenía opción, así lo establece la Constitución, y cumplió. Eso hay que reconocerlo.

Por eso, si algo yo le pido hoy a los venezolanos es apoyarlo y defenderlo, porque hay muchos intereses que lo que buscan es frenar este proceso o convertir la transición en transacción. Para él, es una responsabilidad histórica que todos necesitamos que salga bien.

¿Pero qué significa que salga bien? ¿Cómo describe usted esa salida?

«Inevitable e impostergable. Espero que esa transición sea lo más ordenada posible, y debe ser pronto. ¿Cuál es el hito final que produce ya que se quiebre, el último hilito? Nadie lo puede anticipar, pero cada hilo que rompimos de esa conexión es tan necesario como el último. Por lo tanto, yo digo: aquel que grita, el que protesta, los guerreros del teclado, el que va y se para frente a la tanqueta, el que le habla a un militar, esta entrevista… todo suma, todo ha sido energía para provocar que cada hebra o fibra se rompa hasta llegar a esa última».

– Hay versiones, pero en su caso, usted ratifica que hemos llegado hasta aquí gracias a una Ruta de Coraje, ¿qué significa eso?

Son 20 años de lucha. El propósito de la ruta del coraje es alinear toda la fuerza necesaria para provocar el quiebre de la tiranía. Hemos ido, durante estos años, rompiendo y quebrando pilares de la tiranía y finalmente siento que el país ha entendido que estamos en una fase terminal porque ya lo único que le queda es un pilar fracturado del sistema de mafias. Tiene tres facetas: los grupos irregulares y criminales desplegados en el país; la guerrilla, los colectivos, los pranes (jefes de bandas criminales que operan desde las cárceles con la anuencia del gobierno), la Faes (Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional), que son grupos o anillos de protección del entorno de Maduro.

La segunda faceta son los apoyos internacionales y la tercera faceta, que es la menos conocida y quizás una de las más peligrosas, es toda la estructura criminal financiera que ha hecho fortunas con el manejo de la deuda, de los bonos, de las concesiones petroleras, de la importación de alimentos.

¿Y la Fuerza Armada?

La Fuerza Armada es un hervidero. Hoy, la fuerza, la dinámica y la presión están concentradas en la Fuerza Armada, que hoy todos sabemos –ahora se ha hecho más evidente- se le ha volteado en su esencia a Maduro.

-Y allí es donde entra toda esta presión de la ayuda humanitaria…

Toda la operación de la asistencia humanitaria tiene un efecto directo en el seno de la Fuerza Armada, y fíjate el terror que tiene Maduro de calibrar y de poner a la Fuerza Armada en esa disyuntiva. Es ponerlos a escoger entre el hambre de su casa, porque es lo que está viviendo ese soldado y ese oficial en su propia familia, y la comida que está allí del otro lado de la frontera. En el medio está parado el militar.

-¿Pero usted cree que Maduro deje pasar la ayuda humanitaria?

Todo es posible, porque además creo que esto ya no depende solo de Maduro. El régimen cubano está convencido que de caer este régimen en Venezuela, la apertura de la democracia y la transición cubana es el siguiente paso. Se están jugando todo: 60 años de comunismo.

-Para Estados Unidos esto parece un punto de honor, aunque han planteado un salvavidas para aquellos militares que contribuyan con la salida del régimen, ¿está de acuerdo?

«Aquí lo que existe es un proceso directo hacia aquellos individuos -esto no es un planteamiento generalizado- que tendrían la posibilidad de impactar, de manera significativa, en el aceleramiento del derrumbe y el colapso del régimen. Y, como tantas veces insistimos, tienen que aumentar los costos de permanencia y reducir los costos de salida. Es decir, incentivos positivos y también negativos.
Lo negativo es hacer entender el costo personal que tendría mantenerse en este momento soportando la tiranía, porque, más temprano que tarde, Maduro y su tiranía van a caer, y los militares lo saben».

-La amenaza creíble de EEUU…

«Claro. Como los cubanos lo saben, se han dedicado a decirle a los militares venezolanos de todos los rangos, pero en particular a estos militares que tendrían la posibilidad real de facilitar una salida, que todo el planteamiento de los Estados Unidos y la coalición internacional es bluff, es mentira. A eso se han dedicado, a decir “no lo crean, que no es verdad”, y por lo tanto, con ello, tratar de desmontar la amenaza creíble».

-¿Y para usted es creíble?

«Es absolutamente verdad. Los países que se han comprometido en el reconocimiento de Juan Guaidó y que han avanzado con sanciones, claramente no tienen vuelta atrás, como no tenemos vuelta atrás los venezolanos».

-Y la ayuda humanitaria no es suficiente…

«Obviamente, la asistencia humanitaria busca aliviar situaciones extremas. Una vida que salves, con un tratamiento de cáncer, tiene un valor infinito, pero es evidente que un país que consume 33 mil toneladas de alimentos diariamente no puede depender de la asistencia externa. La única manera de parar el horror es sacando a Maduro y a las mafias de una vez. Y generar confianza en los actores, fundamentalmente en los mercados, esa es la fuerza más poderosa que hay en el mundo».

«Esos mercados que le dieron definitivamente la espalda a Maduro no tienen vuelta atrás, eso se quebró para siempre. Se quebró con Maduro y con el socialismo».

-Pero no son solo los mercados. El apoyo internacional, como dijo, ha sido clave. ¿Qué mensaje le envía a los presidentes o a aquellos actores que aún faltan por sumarse?

«Les hablaría como venezolana, les diría que la fuerza y la claridad de los venezolanos es conmovedora y admirable. Sabemos que este es un proceso liderado por venezolanos, y durante mucho tiempo nos hemos sentido muy solos, pero los presidentes y líderes mundiales no se imaginan lo que significa un twit.

Lo que pase en América Latina también se está luchando en suelo venezolano. Como lo fue hace 200 años, hoy, otra vez, depende de nuestro país, es como el signo de nuestra historia».

-Pero para llegar a eso hacen falta elecciones y ha dicho que no hay que anticiparse…

«Creo que cada cosa debe ser en su momento y este es el momento de concretar y rematar la salida del sistema de mafias. El país busca con avidez ese día en el que nuestro voto decidirá nuestro destino; un voto manual, depositado en una urna transparente, que tú sabes que se va a contar y que vamos a poder forjar un destino totalmente nuevo».

-¿Tiene un nombre para el CNE?

Para el CNE hay muchos nombres, hay que cambiar a los cinco rectores y cambiarlos ya, pero no hay que esperar al cese de la usurpación, hay que hacerlo ya.

-¿Qué pasará el 23 de febrero?

Todos los ojos del mundo van a estar sobre Venezuela, es una gran responsabilidad.

-Cese de usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, ¿qué dices usted?

Libertad ya.

–Siempre pone a la gente a pensar en el Día Después, ¿cómo es el suyo?

Yo, cuando me acuesto a dormir, hago siempre un ejercicio de imaginarme el día después, y por supuesto que mis hijos están ahí, es la imagen que me sale del corazón, pero a la vez, con tantos testimonios, me siento tan cercana a tantas mujeres que me han apretado y me han dicho “tráemelos de vuelta”, y esa es una vaina que a mí me une para siempre. Creo que nunca algo nos ha cohesionado tanto como la necesidad de reunificar la familia. Yo siento que esa es mi principal tarea. Si hay algo que quiero hacer, concretico, es reunificar la familia.

– María Corina, ¿cómo vamos?

Vamos con todo.

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