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Miles de colombianos marchan en 50 ciudades para exigir respeto a la vida

En Colombia, donde el conflicto armado acumula medio siglo de tragedias, la tasa de homicidios se sitúa en "alrededor del 32 % cuando la media mundial es del 7 %".

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Foto: EFE

Miles de colombianos marcharon este domingo en unas 50 ciudades del país y otras del exterior para exigir respeto a la vida y enviar un mensaje de unidad en torno a una nación que pide que la violencia termine de una vez por todas.

En Colombia, donde el conflicto armado acumula medio siglo de tragedias, la tasa de homicidios se sitúa en «alrededor del 32 % cuando la media mundial es del 7 %», destacó el ministro del Postconflicto, Óscar Naranjo, desde Cartagena (norte), donde participó en un foro que analiza las relaciones transpacíficas.

La «inadmisible» cifra, en palabras del ministro y miembro del equipo negociador de paz con las FARC, muestra una realidad que harta a los colombianos y que los llevó a las calles hoy bajo el lema del respeto a la vida.

La «Marcha por la vida», convocada hace dos meses por el exalcalde bogotano y excandidato presidencial Antanas Mockus, contó con la presencia de numerosos políticos y miembros del Gobierno, encabezados por el jefe de Estado, Juan Manuel Santos.

Todos ellos, vestidos con camiseta blanca, elogiaron la iniciativa de Mockus, que generó controversia en los últimos días.

Y es que pese a hacer una invitación a toda la sociedad, ningún miembro del partido de derechas Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) asistió a la marcha al considerar que en la sombra era un acuerdo con el Gobierno para respaldar el proceso de paz que mantiene con las FARC en Cuba.

No obstante, los promotores han querido desvincular totalmente la iniciativa de las negociaciones que desde hace más de dos años se mantienen en La Habana, al considerar que va más allá de un acuerdo definitivo y promueve una cultura de respeto mutuo.

«La vida no es conservadora, ni liberal, ni comunista. La vida es de todos, es sagrada, ¡Viva la vida!», exclamó Mockus momentos antes de iniciar el recorrido.

El carácter apolítico del evento también fue defendido por el presidente, que en los últimos días instó a sus compatriotas a participar en esta marcha.

«Yo estoy aquí como ciudadano, por una buena causa, respaldando al profesor Mockus en este gesto por la vida y para la vida», sostuvo Santos durante su recorrido, en el que estuvo acompañado por la primera dama, María Clemencia Rodríguez, y su hijo Martín.

La familia presidencial realizó la última parte de la marcha, que arrancó desde varias zonas de la capital colombiana alrededor de las 10.30 hora local (15.30 GMT).

Los manifestantes bogotanos se unían así a otros muchos colombianos que desde países como China, Vietnam, Australia, España y Portugal han pedido que se respete la vida.

Dentro y fuera del país, los ciudadanos expresaron los mismos mensajes: «La vida es sagrada», «Paz con justicia social» o «No tomes lo habitual como una cosa natural, nada es imposible de cambiar».

Las autoridades no dieron cifras sobre la asistencia en Bogotá, pero según medios locales fueron varios miles.

Bajo un sol inclemente, los bogotanos completaron la marcha en la céntrica Plaza de Bolívar, donde Mockus y el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, recordaron que eventos como este son necesarios.

Entre la amalgama de asistentes figuraban el colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTBI) de Colombia, indígenas y organizaciones de defensa de los derechos de la mujer, que conmemoran hoy su Día Internacional.

Los actos reivindicativos de las mujeres se han integrado en esta «Marcha por la vida», una «coincidencia maravillosa», en palabras de la primera dama, que desembocó en una suerte de exigencia al respeto de los derechos fundamentales de cualquier colectivo.

«Son dos coincidencias maravillosas, nosotras las mujeres somos generadoras de vida, y qué mejor que manifestarse en apoyo a la vida», afirmó la primera dama.

Fuera de la capital colombiana, la asistencia fue numerosa, con unas 7.000 personas en la ciudad de Cúcuta (noreste), donde estuvo liderada por el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo; cerca de 5.000 en Ibagué (centro), unas 4.000 en Medellín (noroeste), 2.000 en Armenia (centro-oeste), y 400 tanto en Cartagena (norte) como Cali (suroeste), según medios locales.

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