Cultura

Monumento a la Paz, la escultura más alta pero poco visitada de América Latina

Con casi 40 años de inaugurado, el Monumento a la Paz, ubicado en el estado Trujillo, ofrece una vista panorámica de los andes venezolanos. Sus imponentes 1.200 toneladas de concreto y casi 47 metros de altura hacen de esta imagen la más grande de Latinoamérica, aunque sigue siendo una de las menos visitadas

Daniel Hernández |El estimulo
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Cuando se habla de monumentos imponentes en América, las primeras referencias que se pueden venir a la mente de la mayoría son la Estatua de la Libertad en la ciudad de Nueva York y el Cristo Redentor de Río de Janeiro. Ambos monumentos logran que millones de personas los visiten año tras año. Ambos se han convertido en íconos y escenarios para novelas y películas. Todos los conocen, todos saben que existen, aunque no hayan ido nunca a verlos. Sin embargo, con el monumento más alto de Latinoamérica no sucede lo mismo. A pesar de sus imponentes 46,72 metros de altura y sus 1.200 toneladas de peso, el Monumento de la Paz ubicado en el estado Trujillo no se ha convertido en el ícono mundial que pretendía ser.

A propósito de que este 24 de enero se celebra el Día de la Virgen Nuestra Señora de la Paz en el estado Trujillo, en El Estímulo te contamos las características del Monumento a la Paz, ubicado en la cima de la capital trujillana.

Gran altura, pocas visitas

En la entrada para el Monumento de la Paz, un pequeño museo con fotos deja en evidencia el proceso de construcción de la imagen de la Virgen de la Paz durante 1982 y 1983. También se ve al entonces presidente de Venezuela, Luis Herrera Campins, junto a su esposa Betty Urdaneta al momento de su inauguración el 21 de diciembre de 1983. De hecho, la idea de construir este monumento se le confiere a la primera dama, que al ser trujillana y amiga de la gobernadora de esa época, Dora Maldonado de Falcón, impulsó la realización de esta obra.

En el pequeño museo también se observa un mural que la mayoría de los visitantes miran y se sorprenden. En este mural aparecen monumentos de todo el mundo y la altura de todos ellos. El mensaje es sencillo, el Monumento a la Paz es más alto que todos, incluso que la famosa Estatua de la Libertad de Nueva York. Sin embargo, esto no significa que sea el más popular.

Más allá de aparecer en algunas cuñas navideñas, cuando los canales de televisión las transmitían, el Monumento a la Virgen de la Paz es un ícono trujillano que no recibe tantas visitas como debería si tomamos en cuenta el tamaño de su estructura.

Mientras la Estatua de la Libertad consigue que al menos 4,5 millones de turistas vayan a verla en un año y el Cristo Redentor recibe a unas 700 mil personas anualmente, la realidad con la estatua dedicada a la Paz más alta del mundo es distinta. En 2010, reportó durante todo el año solo 11 mil visitantes, mientras que el pueblo trujillano de Isnotú, cuna de José Gregorio Hernández, cuenta con 80 mil visitantes al año.

Más que un monumento, un mirador

«Fui al Cristo de Río de Janeiro y lo primero que pensé es que no es tan bonito ni impresionante como el Monumento de la Virgen de la Paz», señala uno de los turistas que llega al lugar. Las comparaciones son sencillas. Es más alto, el espacio a su alrededor y los jardines son más espaciosos e incluso de puede entrar.

Más que un monumento, esta obra también fue concebida como un mirador. Los visitantes pueden entrar a ella, subir sus escaleras y encontrarse con cinco miradores orientados a los cuatro puntos cardinales. Al encontrarse a una altura de 1600 metros sobre el nivel del mar, su capacidad de mirador es impresionante.

El primer mirador está ubicado al nivel de la rodilla de la virgen, a 18 metros de la base. Desde esta altura se puede observar la ciudad de Trujillo. El segundo mirador se ubica en la mano izquierda de la estatua, a 22 metros de altura. y desde allí se puede ver la ciudad de Trujillo y sus alrededores, incluyendo los Llanos de Monay, el embalse de Agua Viva, Betijoque, Motatán, los campos agrícolas del Municipio Pampanito e Isnotú—lugar de nacimiento de José Gregorio Hernández. Solo se asciende por escalones amplios.

Un tercer mirador está ubicado en la mano derecha de la estatua, a 26 metros. Se puede observar desde esta altura la Teta de Niquitao, que con 4.006 metros de altura es el punto más alto del Estado Trujillo. En el cuarto mirador, ubicado al nivel de la cintura de la virgen (28 metros), se puede observar La Ceiba, y la costa oriental del Lago de Maracaibo, las crestas de la Sierra Nevada de Mérida, varios páramos y la geografía trujillana hasta el Estado Lara.

Por último, hay un quinto mirador ubicado en los ojos de la virgen, a 44 metros y es desde aquí que se obtiene la vista más extensa e impresionante. Se sube siguiendo más de 200 escalones amplios.

La historia de fe a los pies de la Virgen

La obra diseñada por el escultor español Manuel de la Fuente está ubicada entre el Valle de los Cedros y el Zanjón de Los Mucas, a 20 minutos de la ciudad de Trujillo. Se construyó allí debido a las creencias religiosas que señalan que la virgen se apareció en senderos cercanos al lugar de la construcción.

En el cerro llamado Peña de la Virgen, según cuenta la leyenda, a finales de los años 1550, apareció la imagen de la Virgen María a varios vecinos del pueblo de Carmona. Con facciones muy originales y un gran ánimo de juventud, la joven aparecía caminando por las tardes a comprar velas. Al seguirle los pasos, los vecinos observaron que se ocultó entre una roca y de inmediato comenzaron a observar algunos destellos en la peña y descubrirían entonces de que no era una joven mortal que vivía en la comunidad, sino que era la Bienaventurada Virgen María.

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