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MSF exige reglas claras para trabajar tras ataque a hospital de Kunduz

La organización humanitaria, fundada hace 42 años, sufrió este fin de semana el peor ataque aéreo de su historia con un bombardeo estadounidense.

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Médicos Sin Fronteras (MSF) consideró este miércoles indispensable que una comisión independiente establezca la verdad de lo sucedido en el ataque contra un hospital en el norte de Afganistán si se pretende que los empleados humanitarios sigan trabajando en situaciones de guerra.

La organización humanitaria, fundada hace 42 años, sufrió este fin de semana el peor ataque aéreo de su historia con el bombardeo estadounidense del hospital de Kunduz, donde perdió a doce empleados y murieron además diez pacientes.

«Si permitimos que esto pase como si no hubiera ocurrido, entonces estamos dando un cheque en blanco a cualquier país en conflicto y diciendo que pueden hacer lo que quieran porque no serán responsables de nada», dijo la presidenta de MSF, Joanne Liu.

Advirtió de que lo que está en juego es el trabajo humanitario en sí, no sólo en Afganistán sino también en otros lugares de conflicto donde ese tipo de organizaciones son muchas veces las únicas que prestan ayuda a las víctimas.

«Queremos saber cuál es el espacio que tenemos los empleados humanitarios para trabajar. Si no hay garantías para que cumplamos nuestras actividades médicas, entonces es imposible seguir trabajando en diferentes contextos… cómo continuar cuidando a pacientes en Siria, el Yemen, Sudán del Sur o República Centroafricana», se preguntó Liu.

Para MSF, la comisión humanitaria internacional es la instancia apropiada para esclarecer el trágico ataque al hospital de Kunduz y debe ponerse a funcionar, por primera vez, para que reúna evidencias y emita un informe de lo ocurrido.

Se trata de un comisión prevista en el primer protocolo de las Convenciones de Ginebra, que han ratificado 76 estados, de los que se necesita que sólo uno apoye la petición de MSF para que ese organismo se constituya y empiece a investigar.

El protocolo establece que estará formada por quince miembros de una moral intachable y reconocida imparcialidad.

«Estamos ante un crimen masivo. Somos cuidadosos con lo que decimos y no nos corresponde a nosotros investigar, hacer hipótesis ni ser culpados de nada. No hicimos nada malo, así que no nos toca ni explicarnos ni disculparnos», recalcó Liu.

La entidad remitió ayer una carta a cada uno de los 76 estados parte del protocolo en cuestión -los que han firmado y ratificado este instrumento- para solicitar su respaldo.

Igualmente, ha pedido formalmente a Estados Unidos y Afganistán, responsables del ataque, que acepten la investigación internacional.

EEUU no ha ratificado ninguno de los dos protocolos de las Convenciones de Ginebra, el compendio del derecho internacional que impone las reglas mínimas que todas las partes beligerantes en una guerra deben respetar.

Liu explicó que el hecho de que todos respeten esas reglas mínimas es lo que le permite «enviar a mis colegas a Siria y a otras zonas de conflicto, por que pensamos que las normas internacionales se aplican y que tenemos espacio para trabajar».

Los mandos militares estadounidenses involucrados han explicado que bombardearon las instalaciones a petición de Afganistán, que lo justificó diciendo que allí había terroristas y que estaban siendo atacados desde esa localización, lo que hoy fue desmentido por los responsables de MSF.

La responsable del área jurídica de MSF, Fraçoise Saulnier, indicó que el personal que trabajaba en el hospital en el momento del ataque ha asegurado que no había combatientes y que tampoco se efectuaban ataques desde allí.

Dijo que atender a un miliciano «no equivale a ayudar a los talibanes».

«Si un doctor se negase atender a alguien herido estaría cometiendo un crimen de guerra. Estamos obligados a tratar a todos los heridos y enfermos», dijo, desdeñando la versión afgana como «propaganda» para justificar el ataque.

Entre los pacientes podía haber «personas que pudieron ser heridas previamente en combates, pero eso no los hace combatientes», insistió.

El hospital atacado está parcialmente destruido y ya no funciona, lo que ha dejado a millones de afganos sin atención especializada en traumatología, pues este era el único lugar que ofrecía este servicio en el noreste del país.

«Se trataba de un centro especializado y de alta tecnología, que era conocido por todos, no de una pequeña clínica. Lo abrimos en 2011, después de años de negociaciones y cuando todo el mundo entendió nuestro trabajo», comentó Lui.

MSF había comunicado anteriormente a la coalición militar que combate a los talibanes -que se hicieron con el control de Kunduz semanas atrás y ahora lo mantienen parcialmente- de las coordenadas de su hospital.

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